Alerta Roja: 48 millones de niños sin vacunas en el mundo, ninguno es cubano
Justo en este momento un niño cubano puede estar siendo vacunado como parte de la segunda etapa de la 62 Campaña Nacional de Vacunación Antipoliomielítica Oral , iniciada el pasado 24 de febrero.
Dicha segunda etapa coincidió con la Semana de Vacunación de las Américas, y aquellos que no pudieron recibir su dosis hasta el día 29, tienen esa posibilidad entre el 2 y el 6 de mayo.
A pesar de las tantas dificultades que hoy vive Cuba, sus niños son privilegiados en este orden, mientras, dolorosamente, es una realidad muy diferente la que viven otros menores en el mundo.
Foto: tomada de cmkxradiobayamo.wordpress.com
Así puede constatarse en el más reciente informe Estado Mulndial de la Infancia 2023, presentado por Unicef a finales de abril y donde se informa que en América Latina y el Caribe actualmente 1 de cada 4 niños carece de vacunas vitales. Más de 1.7 millones de niños y niñas de nuestra región nunca han recibido una vacuna.
Esta área geográfica y también el mundo todo viven el mayor descenso en vacunación infantil acontecido los últimos diez años.
De modo particular, aquellos niños que residen en los hogares más pobres, tienen tres veces más probabilidades de no ser vacunados a corto o mediano plazo.
Foto: EFE
La pandemia y más culpables
Durante y luego de la pandemia de COVID-19 la cobertura de vacunación infantil ha sufrido una drástica reducción, pero aún antes de que ese virus endemoniado apareciera sobre la faz de la Tierra, ya muchos millones de menores, sobre todo en las geografías más desprotegidas del planeta, estaban desprotegidos ante graves y prevenibles enfermedades.
Entre estas últimas han resurgido la difteria, el sarampión y también la poliomielitis, que habían sido consideradas erradicadas o controladas en América Latina y el Caribe, las tasas globales de vacunación retrocedieron a niveles no vistos desde 2008. Tan lamentable es la situación que hoy esta es la segunda región en gravedad, antecedida solo por África Oriental.
Volviendo la vista a otras latitudes se observa con dolor que el año pasado, por ejemplo, los casos de cólera y los decesos de ella derivados aumentaron en todo el mundo, pero sobre todo en Africa Oriental, Oriente Medio y Asia Meridional, latitudes en los que no se registraba ningún brote hacía más de diez años; en tanto que en el Caribe, particularmente en Haití, miles de infantes fueron perjudicados por una grave epidemia de esa enfermedad.
También el pasado año, para no retroceder mas en el tiempo, decenas de brotes masivos de sarampión ensombrecieron al mundo, sobre todo a Afganistán, Etiopía, Nigeria, Somalia y Yemen. Es el amargo fruto de no haber vacunado en el 2021 a casi 40 millones de niños y niñas para protegerlos de ese mal.
Igual ha sucedido con la poliomielitis. Después de loables avances en su enfrentamiento, en los dos últimos años han emergido impresionantes brotes en naciones como Chad, Nigeria, República Democrática del Congo y Yemen o en Malawi y Mozambique.
El último informe de Unicef deja claro al referirse a América Latina y el Caribe que además de la COVID-19, otras razones han atentado contra la vacunación de los niños: desde los desastres naturales, la violencia, la urbanización, la inestabilidad y la migración que tributan al aumento de las desigualdades; hasta la falta de equidad en los gastos públicos en salud que hace la región y que igual conspira contra una atención primaria de salud, sobre todo para los más vulnerables.
Orgullo cubano
Los cubanos podemos alzar la frente con orgullo cuando de vacunación infantil se trata.
Lo reconocía la representante de UNICEF Alejandra Trossero, durante la presentación en la Isla, en conferencia de prensa, del Estado Mundial de la Infancia 2023.
La representante de Unicef en Cuba, Alejandra Trossero (izq.) junto a Lena López Ambrón, Jefa Nacional del Programa de Vacunación del MINSAP. Foto: tomada de radiorebelde.cu
«En un momento en que la vacunación ha retrocedido tanto en todo el mundo, particularmente en la región, Cuba ha podido mantener a pesar de todo, durante la pandemia, coberturas muy altas, y esto habla de un sistema primario de Salud que está pensado y está estructurado para asegurar que los niños reciben la vacunación que necesitan desde el momento en que nacen y eso creo que es una gran lección aprendida», aseguró.
De modo especial, la directiva de Unicef llamó la atención acerca de las campañas de vacunación antiCovid-19” aquí desplegadas con tres vacunas propias, lo cual nos convirtió en el primer país de América Latina y el Caribe en disponer de vacunas propias contra ese mortal virus.
Tanto fue el empeño, que en Cuba se logró vacunar a más del 98% de su población con el esquema completo anti COVID-19, y a un 98% con al menos un refuerzo. El 98.5% de la población pediátrica mayor a 2 años fue igual vacunado, y todo ello hizo de esta nación caribeña el país de mayor índice de vacunación mundial.
Y además del enfrentamiento al SARS-CoV-2, la doctora Trossero destaca que aún en el contexto de la crisis sanitaria pandémica, el Programa Ampliado de Inmunización (PAI) no se detuvo en Cuba, destinando recursos para asegurar una amplia cobertura a nivel nacional.
Voluntad política en pro de la vida
Los expertos coinciden en señalar que la vacunación es las intervenciones de salud pública menos complejas y más rentables, sobre todo considerando en primer lugar cuánto sufrimiento puede evitar a los niños y a sus familias, y también los costos posteriores que podrían acarrear esas enfermedades no prevenidas por las vacunas, en particular para las zonas y hogares más vulnerables.
Foto: Organización Panamericana de la Salud
Refiriéndose específicamente a Latinoamérica y el Caribe, el Director Regional de UNICEF para América Latina y el Caribe, doctor Garry Conille, lo decía en la presentación del informe: «Hace 10 años, esta región demostró que podía proteger a los niños y niñas de enfermedades potencialmente mortales. No hay ninguna razón por la que no podamos volver a hacerlo ahora, con más conocimientos, capacidad y recursos».
Sin embargo, una condición es igual de imprescindible en estos empeños, y el propio doctor Conille la indicaba: la necesidad de una voluntad política que impulse ese humanitario accionar, en defensa de un elemental derecho humano, el derecho a la vida.