La fuerte savia (+Audio)
Jóvenes o no, los instructores de arte llegaron a regalar arte a cada rincón, unos en las ciudades, otros en lugares de difícil acceso, pero todos con el fin de enriquecer la creación artística y entregar sus conocimientos en pos del desarrollo espiritual, el amor identitario y un excelente gusto estético.
Otras iniciativas florecieron como fiel y retribuido derecho a ese hombre universal con ideas que perduran; José Martí es el nombre de la brigada de jóvenes que en los centros educacionales dan vida a las manifestaciones artísticas, a las actividades culturales y enseñan a apreciar lo mejor del producto artístico.
Son ellos también los que, con altruismo, el deber con la humanidad y madera internacionalista en otros países han fusionado sus raíces con las de disímiles pueblos del mundo. Hoy se habla con orgullo de nuestros instructores de arte.
Es claro que se multiplican con honor cada 18 de febrero, porque es fuerte la savia: Olga Alonso, una inspiradora joven que mostró la verdadera esencia de una artista al moldear, con su cincel de valores, tantas y tantas almas ávidas de conocimiento cultural.
Una tropa con talento que con carencias y solo con la carga del saber, vemos en las escuelas, barrios, en las montañas, en las Casas de Cultura, desarrollar el Movimiento de artistas aficionados, asegurar la enseñanza artística de su pueblo.
Ideas e iniciativas novedosas surgen entre ellos, proyectos logrados y otros por establecer, pero como siempre inquietos, reanudan su labor, insertados en cada programa, en cada obra cultural del territorio. Retribuir su quehacer debe constituir la esencia de cada día en los centros e instituciones que los agrupan.
Imagen tomada de Ministerio de Cultura.