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Nicolás Díaz, un mambí en las luchas obreras

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“La verdad que después de tanta lucha me voy tranquilo. Orgulloso de la vida ¿ por qué no? De haber sido mambí como mi hermano Víctor y como todos los que lucharon. Por eso muero con vergüenza, porque todo lo malo que “vide” lo combatí”. Significó Nicolás Díaz Soa, el último mambí de la región central de Cuba, poco antes de su fallecimiento a la edad de 107 años, el 12 de diciembre de 1989 en Caibarién.

Nicolás Díaz, fue de esos hombres que hasta su último aliento, estuvo presto a desenfundar su machete por la defensa de su patria.

Nació un 10 de septiembre de 1882 en la zona del Santo, municipio de Encrucijada, provincia de Villa Clara. Sus padres Carmen y Víctor , tuvieron otros cincos hijos. Siendo Nicolás pequeño se trasladan a vivir para la zona del central Reforma, hoy Marcelo Salado en Caibarién.

Con solo 13 años, en 1895, Nicolás se incorporó a las tropas del Ejército Libertador, dirigidas por el General Francisco Carrillo, estimulado por su hermano Víctor Díaz que ya estaba incorporado a la lucha por la libertad. Nicolás participó durante toda la contienda, hasta que le fue arrebatada la victoria final con la intervención norteamericana en Cuba.

En los campos de Cuba, como combatiente del Ejército Libertador, tuvo la oportunidad de conocer importantes jefes de esta gesta de independencia: «Me parece estarlo viendo todavía. El Titán siempre dando al frente, llevando la pelea. Cuando se remangaba la camisa y levantaba el machete había que seguirlo. Con él no tenían cabida los hombres morosos. Su divisa era pelear frente a frente». Contaba Nicolás aquellos momentos cuando custodiaba la trocha de Júcaro a Morón, específicamente en el lugar conocido por la Reforma, por donde cruzó Maceo con su tropa durante la invasión de oriente a occidente. «La noticia de la muerte de Maceo, a todos nos conmovió», rememoraba este veterano cuando se hablaba del hecho.

Nicolás, recordaba con dolor, cuando presenció la muerte de Serafín Sánchez en el Paso las Damas, en el río Zaza. «Un balazo lo atravesó de hombro a hombro, desde que yo lo «vide» sabía que estaba muerto».

También conoció a Máximo Gómez a quien respetaba y admiraba mucho porque: «siempre trató de mantenernos unidos.»

Movimiento obrero

Después de la guerra, Nicolás Díaz regresó a Caibarién, donde sufrió en carne propia los rezagos del racismo, que lo obligaron hacer trabajos muy fuertes. Por el hecho de ser negro cortó caña, hizo carbón, cultivó el tabaco. También fue carretillero y estibador en el puerto donde se asoció desde su fundación al Gremio Marino de Caibarién, el cual presidió por algún tiempo en el histórico local de Alanzo 1, de esta Villa Blanca.

Fue este gremio quien convocó para la concentración del 1 de mayo de 1905, para celebrar el Día Internacional de los Trabajadores. En esa ocasión los obreros llevaron a las calles las carencias y peticiones que hacían sobre el salario y horas de trabajo.

Después, el 10 de Junio de 1909 se crea el Gremio de Estibadores de Caibarién y el 1 de Abril de 1911 se desarrolló una importante huelga portuaria que tuvo repercusión nacional. Esta huelga formó parte de un enfrentamiento sistemático de los portuarios, muy vinculados a demandas que en otros lugares de la isla hacían estibadores, marineros, etc.

El objetivo central fue el establecimiento de la jornada de 8 horas, en defensa de la cual participaron todos los asalariados de la ciudad; comenzó en los muelles y almacenes, se extendió a otros sectores obreros (panaderos, carretoneros). Como represión a esta huelga la policía publicó un bando en el que prohibía la reunión de más de 2 personas.

La repercusión del movimiento obro logró que el gobernador provincial de las Villas enviara un telegrama al presidente del Gremio de peones, condenando la medida Policial. La opinión de los comerciantes era que la «actitud débil» del gobernador respondía a sus aspiraciones políticas en la próxima farsa electoral.

Además, dada la gravedad de los hechos, el Jefe del Ejército Nacional se traslada a Caibarién. La participación del Cónsul norteamericano determina la intervención en el conflicto, el cual quedó resuelto por la aceptación de las demandas obreras. Más tardes en el mes de Julio de 1912 se crea el «Gremio de los obreros de las industrias del Mar», que unía a los trabajadores de la pesca de las distintas especies, a los esponjeros, además a los leñadores que se dedicaban a la extracción de mangles.

Algún tiempo después este se fusiona con el Gremio Marino, esta organización junto a otra trata de unir a todos los obreros para lo cual celebra reuniones, asambleas y mítines en los que se destacan José Portillo y Nicolás Díaz, un mambí devenido líder obrero, que participó activamente en las luchas obreras y llegó a ser secretario general del Gremio; a finales de 1912 se creó el » Gremio de Jornaleros y Peones» de Caibarién.

En los primeros meses de 1913 el «Gremio de Estibadores» inicia la fabricación de su nuevo local o edificio social Alonso 1, que hasta la fecha existía en una casa de madera y tejas en mal estado.

Este local se convirtió en un importante centro para la lucha del movimiento obrero en Caibarién, con repercusión a nivel nacional, en este lugar los trabajadores de Caibarién tuvieron la oportunidad de intercambiar con los máximo lideres del Movimiento Obrero Cubano como Jesús Menéndez, Lázaro Peña, Aracelio Iglesia, Blas Roca, Juan Marinello, entre otros.

En 1914 en Alonso 1 surgió «La Sociedad de Obreros Unidos de Caibarién», la cual creó condiciones para el surgimiento de «La Federación Local del Puerto de Caibarién» y de la «Confederación Obrera de Caibarién». En 1916 el «Gremio de Estibadores» sostiene dos cortas huelgas en solidaridad con otros gremios.

Toda esta ola de huelgas en los diferentes sectores de los trabajadores acrecentó en gran medida la conciencia política de la masa obrera, y a su vez demostró la necesidad que tenía este sector de cambios profundos que solo se llevaron a vías de hecho con el triunfo revolucionario el 1 de enero de 1959.

El último veterano de la región central, Nicolás Díaz, tenía dos motivos, después de la guerra, que lo hacían sentirse orgullo: haber logrado la creación del Hogar (centro) de veteranos de Caibarién, para estar todos unidos, y ser él precisamente su presidente.

El 26 de diciembre del 1958, coincidiendo con la liberación definitiva de Caibarién por las fuerzas de las columnas 8 «Ciro Redondo» y 2 «Antonio Maceo», bajo la dirección del Comandante Ernesto Che Guevara, había fallecido el combatiente de la Guerra de Independencia Cándido O’ Farril, uno de nuestro veteranos. Al conocer la noticia el Che ordena que se le hicieran honores con tres descargas de fusilería en el Cementerio. Así se rinde en Caibarién el primer homenaje póstumo, del ejército del pueblo a un combatiente mambí. Nicolás era el presidente de los veteranos en ese momento.

Otros de los momentos que le gustaba recordar a Nicolás Díaz, era el 28 de noviembre de 1986, cuando fue condecorado en el palacio de las convecciones por el Ministro de las FAR , Raúl Castro Ruz, con la medalla XXX Aniversario de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. El 2 de diciembre de este mismo año fue invitado a la Plaza de la Revolución para presenciar la revista militar por los treinta años de creada las Fuerzas Armadas Revolucionarias.

Este combatiente del Ejército Libertador, ostentaba la medalla 150 Aniversario del Natalicio del General Máximo Gómez Báez, una por el Servicio Distinguido de la FAR, la de Combatiente por la Producción y la Defensa y la 28 de septiembre, en el momento de su defunción.

Los hijos de este pueblo lo recuerdan, y muestra de ello fue la creación del «Parque del Veterano», ubicado en la intersección de la calle 22 o Zayas y avenida 11 o Céspedes, diagonal con el antiguo cuartel de la tiranía hoy escuela Fructuoso Rodríguez, donde se erige un busto del combatiente ejemplar que fuera Nicolás Díaz.

Máximo Luz

Máximo Luz

Periodista, director y guionista de programas de radio en emisora Radio Caibarién

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