Que vivan el amor y la solidaridad en el tan amenazado planeta Tierra
El mensaje de los organizadores del evento es que sea disfrutado por todos, y que esa alegría se mezcle con la de la mascota del torneo, La’eeb
Catar se fue sin goles en su estreno en lides del orbe, frente a Ecuador. Pero la noticia ya había trascendido, en diciembre de 2010, cuando marcó su primer gol al ser elegida sede de la actual Copa Mundial de Fútbol, para sorpresa de los defensores de la candidatura de Estados Unidos, quienes se consideraban favoritos para llevarse a casa el gran torneo.
Hoy, 12 años después, el mensaje de los organizadores del evento –montado por primera vez en el Medio Oriente– es que sea disfrutado por todos, y que esa alegría se mezcle con la de la mascota del torneo, La’eeb.
«Es una victoria que acrediten a un país islámico y árabe para recibir la Copa del Mundo», tituló el periódico brasileño Folha, de San Pablo. Pero, tan pronto se desbordaron las energías para construir las modernas instalaciones, y darle la agradable bienvenida a la afición del orbe, comenzaron a soplar en contra vientos que ponían una cuota de inseguridad en los preparativos.
La candidatura de Catar debió sobrepasar bloqueos comerciales de naciones vecinas; sobrevivió a denuncias de presunta corrupción; al rechazo por el excesivo calor a lo largo del mes de competencia; a acusaciones y a manipulaciones vinculadas con que el Gobierno utilizaría la lid para mejorar su imagen ante la comunidad internacional, según Folhapress.
«Catar alberga la Copa Mundial, como parte de una estrategia para intercambiar con el mundo, crear relaciones de interdependencia con otros países. Se ha convertido en un importante y legítimo miembro de la comunidad internacional; por esas razones, merece la sede», declaró el analista Simon Chadwick, profesor de Economía Geopolítica de la Skema Business School, de París.
En algunos puntos de Doha, la capital, por estos días se observan imágenes de la Copa Mundial de 2018, en las que el presidente ruso, Vladímir Putin, está acompañado por el emir Tamim bin Hamad Al Thani, y el titular de la FIFA, Gianni Infantino, dándoles la bienvenida al evento de las multitudes en este 2022. Que el balón ruede libre, esperanzador, para que vivan el amor y la solidaridad en el tan amenazado planeta Tierra.