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Iniciativas a favor del verde urbano

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El arbolado convierte a las ciudades en espacios más sostenibles, acogedores y resilientes desde el punto de vista socio ambiental

Las ciudades constituyen el hogar del 54 % de la población mundial. Según ONU Hábitat, las urbes son grandes consumidoras de energía y productoras de dióxido de carbono, así como de otros gases contaminantes que tributan al efecto invernadero.

En ese sentido son de vital importancia los llamados bosques urbanos, definidos por Fabio Salbitano, de la Universidad de Florencia, en Italia, como redes o sistemas que comprenden grupos de árboles y especies individuales ubicadas en urbes o áreas periurbanas. En esa clasificación se incluyen los bosques, árboles ubicados en aceras, parques y jardines, entre otros.

Los árboles contribuyen a modificar el microclima, disminuir el consumo de energía eléctrica y mejorar la calidad ambiental. A esos y otros beneficios de los bosques urbanos se refiere una ponencia de la Ingeniera Isabel Ruso Milhet, especialista de la Dirección General de Medio Ambiente (en el CITMA) y Antonio Guzmán, subdirector de la Dirección Forestal, del Ministerio de la Agricultura (Minig), presentada durante el Taller Internacional “Hablemos de los árboles urbanos”.

En el evento que se celebró durante el mes de octubre en la Quinta de los Molinos, de La Habana, –convocado por la Fundación Antonio Núñez Jiménez de la Naturaleza y el Hombre–, como parte de la iniciativa Proarbolado y Friends of Havana (Amigos de La Habana), los especialistas manifestaron que urge establecer el Servicio Estatal Forestal.

Ello posibilitará reorganizar el proceso de la ordenación forestal en Cuba, establecer el sistema nacional de monitoreo y evaluación de las especies y elaborar el Programa Forestal Nacional, a partir del concepto de economía circular.

Además es necesario potenciar la formación de obreros calificados, técnicos medios e ingenieros en el sector lo cual permitirá articular con profesionales de otras disciplinas afines a la protección y aprovechamiento de los recursos forestales.

Como parte del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030 se trabaja en la gestión forestal sostenible y en la implementación de una nueva política para el manejo del arbolado urbano.

Por otra parte, en el contexto de la Nueva Agenda Urbana, los gobiernos se han comprometido a promover la creación de espacios verdes de calidad, seguros e inclusivos, valorizar el patrimonio cultural natural, tangible o intangible y facilitar la gestión sostenible de los recursos naturales en el entorno urbano, apunta la ponencia del especialista de la Universidad de Florencia.

Agrega que los gobiernos y las comunidades deben diseñar, implementar, mantener, proteger y restaurar los árboles, los bosques y los lugares verdes de la ciudad. No se puede perder de vista que estos procesos están llamados a ser participativos y que se debe hacer hincapié en la educación de los niños, jóvenes y adultos.

Al tema de los riesgos asociados a la vulnerabilidad del arbolado urbano en la gestión ambiental de las ciudades se refiere la ponencia del Doctor en Ciencias Alberto Álvarez de Zayas, Investigador auxiliar del Instituto de Ecología y Sistemática, del CITMA.

El doctor alerta en su investigación sobre la manera de alcanzar la coexistencia armónica del arbolado urbano con las redes técnicas vitales y sobre cómo evitar las caídas o desgajamientos de los árboles.

Para ello se deben estudiar factores objetivos como son: la naturaleza de la especie, del sitio de plantación, el correcto manejo del arbolado, que en ocasiones solo se tiene en cuenta ante la inminencia de un evento meteorológico; la diversidad de actores involucrados, las insuficiencias de la legislación vigente y la falta de una autoridad en verdes urbanos.


Como parte del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030 se trabaja en la gestión forestal sostenible y en la implementación de una nueva política para el manejo del arbolado urbano.

El listado feliz para el arbolado viario en Cuba, elaborado en 2019 por la Fundación Antonio Núñez Jiménez, de conjunto con la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba recomienda las especies ideales para las ciudades.

En el caso de aceras con redes aéreas del tendido eléctrico son: vomitel colorado, uva caleta, moruro rojo, júcaro, siguaraya, sabina de costa, uvilla, guairaje, jubabán, palo vencedor, plumería, falso copal y brasilete. Mientras que para las áreas sin redes aéreas son recomendados el ocuje, el roble blanco, la baría, el almácigo, la yarúa y el ateje.

El doctor Álvarez de Zayas dice en su investigación que desafortunadamente muchas especies autóctonas, ideales para el medio urbano, no han sido suficientemente estudiadas ni domesticadas para su cultivo.

Entre los factores objetivos destaca la naturaleza de la especie, la resistencia al viento de acuerdo con los tipos de madera que pueden ser: muy duras y pesadas (zapote, ocuje), duras y flexibles (dagame, casuarina), muy flexibles (sauce, pino), poco flexibles (paraíso, yagruma) o blandas y pesadas (ficus spp, framboyán).


Los restos de arbolado se acumulan en una esquina, juto a la basura (Pedro Pablo Chaviano/Cubahora)

En cuanto a la naturaleza del sitio de plantación hay que cuidar el tipo de suelo y subsuelo, su grado de salinidad y calidad, observar la inclinación del terreno (si es llano, algo inclinado, muy inclinado) o si se trata de áreas costeras.

Otros factores que no se pueden perder de vista son: el tipo de espacio urbano donde se van a plantar las especies (parterres, separadores de avenidas, parques, jardines, carreteras, intercambios viales o aparcamientos).

Algo que lastra la resistencia de las especies ante los vientos son las podas deformadoras (que buscan evitar interferencias con redes técnicas), la podas-talas, el vandalismo o el accionar de manera no coordinada entre muchos actores, cada uno de ellos con sus prioridades, señala el estudio.

En el evento trascendió que la Dirección del Minig otorga a Servicios Comunales la autoridad en materia de arbolado, pero ninguna de las dos entidades estatales organiza, dirige y comanda las acciones.

Como se conoce la Organización Básica Eléctrica es la facultada para acometer las podas y algunos de sus integrantes no poseen la capacitación adecuada. Varios especialistas han expresado que el arbolado urbano viario debe ser domeñado mediante podas oportunas para evitar el crecimiento libre de sus ramas y así reducir los riesgos de una potencial caída ante fuertes vientos.

En el año 2021, el Gobierno de La Habana creó un Grupo de Trabajo para la atención a estos asuntos de vital importancia para la capital. Está integrado por los Departamentos forestal, flora y fauna silvestre de la agricultura; áreas verdes de la Dirección de Comunales, la Delegación provincial del CITMA, el Jardín Botánico Nacional y la Empresa Agroforestal.


La vieja costumbre de caminar por la calle (Pedro pablo Chaviano/Cubahora)

El grupo reúne igualmente a otros miembros de los Institutos Agroforestal, de Ecología y Sistemática, de Sanidad Vegetal y Planificación Física, del Centro Provincial de Vialidad, el Cuerpo de Guardabosques; las empresas con redes técnicas como: Recursos Hidráulicos, Gas Manufacturado, Electricidad, Comunicaciones (Etecsa) y la Fundación Antonio Núñez Jiménez.

Así se han ido definiendo responsabilidades. El Centro Provincial de Vialidad es el encargado de la arborización de las fajas verdes en carreteras, autopistas e intercambios viales, de interés nacional. La Empresa Eléctrica, Etecsa y Recursos Hidráulicos y del Gas, intervienen en el manejo del arbolado para garantizar la vitalidad, seguridad y mantenimiento de sus redes.

Por último se determinó que la administración del arbolado urbano, ubicado en espacios públicos, recae en las estructuras municipales y provincial de áreas verdes en representación de los Consejos de la Administración municipales.

Tal como resaltaba la convocatoria al Taller Internacional “Hablemos de los árboles urbanos”, donde participaron especialistas de Cuba y otros naciones, resulta esencial revisar qué hacemos hoy en nuestros verdes urbanos y definir cómo podemos proteger, impulsar y mejorar estos espacios, especialmente el arbolado, tan dañado por los embates de los recientes eventos meteorológicos.


La fe… (Pedro pablo Chaviano/Cubahora)

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