El bloqueo a Cuba lo es también al empresariado de EE. UU.
Para Vicente Amor, vicepresidente de la compañía asc Internacional USA, agencia de viajes radicada en Tampa, el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos a Cuba hace más de 60 años, constituye un serio obstáculo para los vínculos empresariales entre ambos países
Para Vicente Amor, vicepresidente de la compañía asc Internacional USA, agencia de viajes radicada en Tampa, el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos a Cuba hace más de 60 años –recrudecido durante la administración de Donald Trump, con medidas mantenidas, en su mayoría, por el actual presidente Joe Biden–, constituye un serio obstáculo para los vínculos empresariales entre ambos países.
De raíces cubanas, este empresario tiene relaciones comerciales con la Isla hace más de 20 años y, a través de su firma, traslada grupos de personas interesadas en conocer el archipiélago y relacionarse, de alguna manera, con el Gobierno y el pueblo. «Hemos traído alcaldes, congresistas, senadores, personas del Gobierno, consejeros de ciudades, empresarios, abogados, y estudiantes de universidades», precisó.
Calificó de muy negativa la política estadounidense de bloqueo, porque esas medidas, dice, casi paralizaron toda la actividad comercial de su empresa, por no existir la posibilidad de conexiones aéreas con las provincias y otras muchas prohibiciones.
«A veces nosotros nos concentramos en el daño económico, que es devastador, pero la inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo, una medida totalmente absurda y sin sentido, también causa terribles consecuencias», reconoció el empresario, participante en la I Feria Internacional de Transporte y Logística, que sesionó, recientemente, en La Habana.
Argumenta que incluir a Cuba en esa espuria lista llevó a la restricción de las operaciones bancarias para su empresa. «Hay cubanos dentro de EE. UU. que no quieren ningún tipo de nexo o negociación con el Gobierno Revolucionario de aquí. Eso lo expresan libremente, y hacen lobby a favor de esas prohibiciones; dan dinero a políticos para que se les apoye en sus posiciones; pero existe otro grupo de cubanos que no estamos de acuerdo con ese enfoque, que creemos que, independientemente de las diferencias de carácter teórico, práctico o ideológico, podemos negociar y entendernos», comentó.
«Queremos hacer saber que, bajo el mismo derecho que les asiste a aquellos, nos interesa que se nos escuche, y vamos a estar interactuando con los políticos estadounidenses para mostrarles que debe existir una buena relación con este vecino que se llama Cuba».
Dijo que sus coterráneos llegaron a un país donde existen leyes que garantizan un ordenamiento para la sociedad y, sin embargo, prohíben al ciudadano natural de ese país, o sea, al estadounidense, que pueda venir a Cuba. «Ahora quieren prohibirle al grupo empresarial que no pueda hacer negocios con Cuba, ¿bajo qué principios, bajo qué fundamentos de la Constitución estadounidense se puede hacer eso?», se preguntó Vicente Amor.
Resaltó que las leyes cubanas estimulan el intercambio comercial entre empresarios privados de la Isla con el resto del mundo, y expuso que su empresa, por más de 20 años, ha tenido éxitos en Cuba, porque ha sido una relación respetuosa, y reconoció el nuevo escenario como una oportunidad para ampliar los negocios.