Código de las Familias con impronta de mujer (+ Video)
Los derechos de la mujer reflejados en el nuevo Código de las Familias fue el tema central de la Mesa Redonda de este martes, que contó con la participación de la miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), Teresa Amarelle Boué.
Al intervenir en el programa, la máxima representante de la FMC extendió una felicitación a las federadas en ocasión del Día Internacional de la Mujer que se celebra este 8 de marzo.
Amarelle Boué se refirió a la protección que ofrece la nueva normativa a las féminas cubanas y recordó que hace exactamente 47 años, el 8 de marzo de 1975, el Comandante en Jefe Fidel Castro entregó en un acto formal el Código de las familias hoy vigente a la secretaria general de la Federación Vilma Espín y al entonces presidente de la Asamblea Nacional, Blas Roca.
Aquel Código, aprobado en el Año Internacional de la Mujer, fue resultado de las luchas de todas nuestras mujeres por el reconocimiento de sus derechos, afirmó.
La secretaria general destacó la labor desempeñada por Vilma Espín y otras compañeras involucradas en la confección de ese Código y los programas a favor del desarrollo de las mujeres que se derivaron de él durante los años siguientes.
Al igual que la normativa de 1975, el Código de las familias que se debate hoy en el país, en su versión 24, reconoce a la familia como cédula fundamental de la sociedad, agregó.
Sostuvo que el Código garantiza derechos, oportunidades y posibilidades a las mujeres, a la vez que reconoce relaciones igualitarias a lo interno de las familias.
En ese sentido, Amarelle Boué subrayó el trabajo que se realiza desde la FMC para que el nuevo Código de las familias no sea simplemente asumido por la sociedad, sino que sea comprendido en su totalidad, que sea interpretado, y que esa interpretación se traduzca en cambios de actitud tanto en mujeres como en hombres a lo interno de los hogares, para beneficio de la sociedad.
La secretaria general de la FMC se refirió, además, al primer año de la entrada en vigor del Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres y los resultados que en esta etapa se han alcanzado.
El Programa ha permitido cerrar brechas de género, resaltó, al señalar que entre los resultados está precisamente el proyecto de Código de las familias y las leyes que se han aprobado en los últimos meses.
Otro resultado ha sido la Estrategia integral para la prevención y el enfrentamiento a la violencia de género, que es vinculante, dijo.
Por más derechos
Mujeres cubanas. Foto: Abel Padrón Padilla/Cubadebate.
Por su parte, la Dra. C. Yamila González Ferrer, vicepresidenta de la Unión Nacional de Juristas de Cuba, afirmó que tanto el Código de 1975 como el que se propone actualmente para su aprobación, son conquistas de las mujeres cubanas y de la organización que las representa.
Resaltó que la FMC participó activamente en la confección del Código de las familias en 1975, como parte de su comisión redactora, y en el proceso de modificaciones posteriores.
El Código del 75 fue resultado de todas las investigaciones sociales realizadas hasta la fecha y fue considerado en su momento un hito a nivel internacional por ser el primero de su tipo en reconocer el valor del trabajo en el hogar, desde la perspectiva ética, de los principios que deben guiar a las familias, consideró.
Esa norma estableció la igualdad de responsabilidades en el hogar, lo cual fue revolucionario para la época, pues rompía con estereotipos de género, agregó.
Tanto el Código del 75 como el que debatimos ahora son muestras de la voluntad política que ha existido en la Revolución de reconocer los derechos de las mujeres cubanas y apoyar su pleno desarrollo, dijo González Ferrer.
De acuerdo con la jurista, el nuevo proyecto de Código no solo brinda una proyección ética de las familias, sino que también va a las consecuencias y efectos jurídicos.
El Código de 2022 da un valor económico al trabajo en el hogar y enfatiza en la importancia de la distribución equitativa de las responsabilidades domésticas, eliminando criterios sexistas, los cuales no pueden generar asimetrías o desigualdades en las parejas, explicó la especialista.
Señaló que el nuevo proyecto reconoce, además, la diversidad de los modelos familiares y el respeto a los derechos sexuales y reproductivos de la mujer.
El Código aborda consecuencias ante separaciones o divorcios, las preferencias para herencias de bienes y pensiones por viudez, entre otras temas relevantes para las mujeres, puntualizó.
González Ferrer subrayó que la normativa que se debate no establece límites por condiciones humanas para el reconocimiento de los derechos y aborda conceptos como la responsabilidad parental, las familias multiparentales, la guardia y cuidado compartida, la gestación solidaria, la unión de efecto afectiva…los cuales están muy vinculados con la lucha por la igualdad de las mujeres.
Asimismo, concluyó, el nuevo Código ofrece protección ante situaciones de violencia familiar de las que en ocasiones son víctimas las mujeres y niñas.
Focos rojos sobre la violencia
Por su parte, la Dra. C. Clotilde Proveyer Cervantes, profesora de la Facultad de Filosofía, Sociología e Historia de la Universidad de La Habana dialogó sobre la violencia de género.
Sobre este tema, expuso que en el país no se reportan altas cifras de hechos violentos contra las mujeres, «pero eso no nos puede hacer sentir más tranquilos o menos preocupados sobre el tema de la violencia de género».
En este sentido dijo que en la nación las manifestaciones violentas contra mujeres, niñas y adolescentes es un problema social. «Esta se manifiesta desde la violencia más sutil, la llamada violencia psicológica hasta la muerte. Aunque haya un solo caso, no podemos dejarle prestar preocupación pública no solo desde la academia, sino desde toda la sociedad».
Al comentar sobre los resultados de la Encuesta Nacional de Igualdad de Género del año 2016, sostuvo que por primera vez se daban cifras que muestran tendencias de esta problemática.
«Nos llama la atención que solo apenas el 3.7% de mujeres víctimas de la violencia han buscado ayuda. Esto nos demuestra que está tan naturalizada la violencia, existen tantos mitos y estereotipos que funcionan alrededor del maltrato, que es un problema que las mujeres no hemos enfrentado».
Advirtió que, aunque existen lugares e instituciones a las cuales acudir las mujeres no buscan ayuda. «Más de un 20% reconocen haber sido víctimas de hechos de violencia en algún momento de su vida, sin embargo, sabemos que es una cifra con datos invisibilidades por la propia naturalización de la violencia».
Valoró que el Código de las Familias es el código de la justicia porque no solo reconoce la violencia que se ejerce a lo interior de los hogares, sino aquellas manifestaciones que se dan por motivos de género, por discapacidad, contra niños, niñas y adolescente.
«Reconoce las lesiones no solo físicas, sino aquellas que laceran la dignidad de las personas y define la protección que debe dar el estado a las personas en estado de violencia. El Código establece que se puede perder la guarda y cuidado por casos de violencia, además por primera vez se propone que los hechos de violencias no prescriben ante la justicia».
La especialista exhortó a las familias a leerse el documento y recomendó a profundizar en su contenido antes de emitir criterios.
Los hombres también ganan
Paternidad. Foto: Alejandro Ramírez Anderson.
Entre tanto, para el Dr. Julio César González Pagés, historiador e investigador y fundador de la Red Iberoamericana y Africana de Masculinidades el Código de las Familias también beneficia a los hombres.
«Nos beneficia en temas como la paternidad, ya que en el actual texto jurídico no queda claro cómo los hombres tenían el derecho a hacerlo».
Igualmente considera aportador el tema de la violencia. «Este código no nos quita derechos, sino que nos convida a cambiar sobre todo estas actitudes delictivas, el machismo. Yo llamo a los hombres a que lo lean».
Para el investigar el nuevo texto legal democratiza la forma de educar a nuestros hijos. «El hecho de que aprobemos el Código no significa que tengamos un país mágico».