El 2022 será mejor si tenemos más espiritualidad
Preservar y gestionar eficientemente el patrimonio cultural de la nación, propiciar la participación activa y consciente de los ciudadanos en los procesos culturales para satisfacer sus necesidades espirituales y expectativas de recreación, elevar la capacidad para apreciar el arte y desarrollar las industrias culturales con un criterio descolonizador, fueron definidas como prioridades del sector
Los artistas son seres eternamente seducidos. Movidos por la belleza truecan en arte lo que tocan. Unos lo hacen con palabras, otros crean música, los hay que convierten en imágenes las ideas que los obsesionan, los hay que actúan, los hay que cantan. Todos llegan a calar tan hondo en los demás que al partir definitivamente no es posible olvidarlos, como si un trozo de lo que fueron pasara a vivir eternamente en el público al que se debieron.
De estas sublimidades bien sabe el Ministerio de Cultura de Cuba que, al realizar ayer, en la Biblioteca Nacional José Martí, su balance del trabajo correspondiente al año 2021, tuvo a bien empezar la jornada con una secuencia de rostros queridos que fallecieron recientemente. Visible fue advertir en los presentes la conmoción, al ir apareciendo en la pantalla, uno tras otro, el que fuera la compañera o el compañero inolvidable, al presenciar la estampa de los grandes que, de estar vivos, estarían emprendiendo la batalla incesante por la cultura que sigue librando la Isla, resuelta a no silenciar su cultura en las difíciles circunstancias de los dos últimos años.
En el teatro Hart de la Biblioteca se respira la labranza. Un ingente esfuerzo han realizado las instituciones culturales en este periodo en que otros se habrían obnubilado. Nadie se ha quedado esperando a que regrese como por arte de magia la nueva normalidad, que solo es posible haciendo y construyendo. Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, encabezó la reunión y acompañó a Alpidio Alonso Grau, ministro de Cultura, junto a Rogelio Polanco Fuentes, miembro del Secretariado del Comité Central y jefe de su Departamento Ideológico, y la vice primera ministra Inés María Chapman Waugh.
Un resumen de todo lo alcanzado en el año 2021 fue la primera de las acciones del balance.
Trascendió que, tras el cese de la programación habitual con carácter presencial, debido a la pandemia de la covid-19, que limitó el desarrollo de la confrontación de los creadores con el público, se buscaron alternativas para que no hubiera apagón cultural, y se consiguió realizar 479 conciertos en línea, más de cien videoclips, y 700 spots y cápsulas para diversas campañas. En este apartado se subrayó que la cadena Streaming Cuba, que enlaza a 140 páginas de Facebook, realizó 793 transmisiones de enero a diciembre, y su señal alcanzó a 140 países y 12 millones de internautas.
Sobre la atención a las comunidades, el pago salarial a más de 12 000 artistas de la música y las artes escénicas, la recuperación de la producción editorial, la elaboración de la estrategia de trabajo político e ideológico, la profundización de los diálogos de las instituciones con sus correspondientes creadores, el seguimiento a los acuerdos de los congresos de la Uneac, la ahs y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura, la firma de contratos comerciales, entre muchos otros tópicos, versó el resumen de lo realizado.
Lo que está por hacer quedó recogido en las fundamentales prioridades y líneas de trabajo del Mincult para 2022. En este periodo, entre otras propuestas, se trabajará en la preservación y gestión eficiente del patrimonio cultural de la nación; en propiciar la participación activa y consciente de los ciudadanos en los procesos culturales para satisfacer necesidades espirituales y expectativas de recreación, mejorar su calidad de vida y elevar su capacidad para apreciar el arte y desarrollar las industrias culturales con un criterio descolonizador.
Como un año complejo, sumamente duro, pero retador calificó Díaz-Canel el 2021. Lo hizo después de escuchar a directivos de las diferentes instituciones que expresaron sus consideraciones tras la emisión del informe ofrecido. Sus
palabras fueron el comienzo de una intervención larga y reposada, del que sabe al dedillo cómo trabaja el Mincult, porque le sigue los pasos, en permanentes encuentros con sus secciones.
No faltó la recomendación oportuna para señalar, recomendar y asistir a los presentes, decisores del mundo de la cultura, en un momento de «proactividad, aportes y reflexión, de rectificación y de entrega»» que perfeccionará desde el trabajo de la cultura el ámbito social.
El Jefe de Estado señaló que, en medio de una situación internacional extremadamente compleja, en la que convergen el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero, la agresividad de Estados Unidos y la covid-19, se han creado nuevas maneras de hacer «que ratifican ese concepto de resistencia creativa con el que hemos convocado
a nuestro pueblo a enfrentar la situación actual»».
Insistió en que ha sido este un año difícil, pero tiene que ser mejor, y lo tenemos que poner bueno nosotros, y tiene que ser mejor si también tenemos más espiritualidad y trabajamos más con los sentimientos, y eso hay que lograrlo desde la cultura.
El Primer Secretario del Comité Central del Partido destacó la importancia de que esas acciones se lleven a cabo siempre con un enfoque desde el socialismo, y que nos permita participación social y control popular por parte de la población.
Para conseguir efectividad en los proyectos culturales destinados a la comunidad, consideró esencial tener en cuenta la heterogeneidad, pues para cada una de las cosas que hacemos tenemos que trabajar con ella, y diseñar bien los espacios: si vamos a desarrollar un proyecto de desarrollo cultural y queremos que la gente participe, y alimenten su espíritu con lo que se va a presentar y no atendemos la heterogeneidad de la comunidad va a ser un fracaso, explicó.
Para eso es muy importante la vinculación de todas las instituciones con la población, dijo, y subrayó la necesidad de tomar en cuenta a los jóvenes, con los que hay que contar siempre y darles participación «como las tan importantes personas que son»», de modo que puedan ajustar su proyecto de vida con el proyecto social de defensa de la mayor justicia social posible; y siempre teniendo en cuenta, como conceptos de trabajo, el socialismo, la independencia, la soberanía, la democracia socialista, la paz y el antimperialismo. «El que en estos tiempos no sea antimperialista, no puede comprender los problemas que están pasando en el mundo ni en el país»», apuntó.
Con respecto al trabajo esmerado y eficiente de las instituciones, el Presidente cubano aseveró: «Donde hay una institución que funciona bien, ahí somos creíbles, somos fuertes. Cuando una institución maltrata, es insensible, es chapucera y no promueve las esencias, eso le quita credibilidad y nos fractura la unidad»».