La capacidad de imponerse a la discapacidad
Nunca en mi vida he pronunciado con tanta pasión un apelativo que tenga implícito el desprecio. No encuentro otra manera posible para dirigirme a él. Ironías de la Vida. Siempre que necesito nombrarlo ahí va el habitual «Cojo». Seguro que, empezando por él, comprende cuánto aprecio, cariño y hasta respeto encierra ese nombramiento.
Y lo hago porque a pesar de que todos conocemos de su discapacidad, la Vida lo ha premiado con una capacidad de incalculable valor a tal punto de convertirse en el guía de la familia porque todo lo que necesita su prole su decisión es imprescindible.
Y ya en el plano laboral no tengo la menor duda que nada le será imposible lograr como realizador de sonido en RadioCaibarién. No lo digo por simple compadreo. Lo afirmo categóricamente porque jurados de radialistas de Villa Clara y Cuba lo han elogiado con numerosos premios y menciones provinciales y nacionales de la radio que guarda con celo como trofeos de guerra, ganados en la mejor lid.
De enrolarnos en proyectos terminados y otros por llegar también es testigo Yaritza García y otros colegas. Por eso y por mucho más es que para Rafael Martínez, la discapacidad es simplemente la extraordinaria capacidad de crecerse y empinarse para salvar los obstáculos que le impuso la Vida.
Imágenes: del autor