Cómo ayudar a tu hijo en su retorno a la escuela
En coyunturas normales, asistir a la escuela luego de las vacaciones puede resultar para algunos niños y adolescentes un suceso estresante, imagina entonces cómo pueden ser las cosas en este inédito escenario, luego de casi dos años de pandemia.
Durante este dificilísimo período, los más pequeños, que son precisamente quienes retornan a sus aulas hoy 15 de noviembre «de prescolar a quinto grado-, tuvieron que enfrentarse, sin las herramientas que da la adultez, a situaciones altamente estresantes: desde la pérdida de un ser querido, el miedo a contagiarse e incluso a morir, hasta el alejamiento de sus amigos y familiares, incluyendo la ausencia de besos y abrazos.
Todo eso, sumado a la tensión y a las medidas higiénicas para evitar contagios, pudiera haber dejado huellas en sus habilidades para socializar, en su desarrollo del lenguaje y en su bienestar general.
Sin dudas, la pandemia ha sido un acontecimiento de quiebre para todos, incluyendo por supuesto a los niños y adolescentes cubanos y de otros 193 países «el 91% de todos los escolares del planeta- que se vieron precisados a confinarse en casa por los altos riesgos que implicaba el nuevo coronavirus.
Ahora, felizmente, las cifras de contagios y decesos van en picada en nuestro país, ha comenzado el retorno a una nueva normalidad, y, por tanto, también a la vida escolar.
Este regreso a las aulas es algo por lo que Unicef y también la OMS han clamado, considerando que no han sido las escuelas fuentes importantes de contagio y diseminación de la enfermedad, y, sobre todo, por lo que significa ese prolongado alejamiento de la escuela.
Tanto ha sido el daño, también en el plano de la salud mental, causado por el coronavirus, que un reciente metaanálisis de 29 estudios que analizaban la salud mental de 80 mil 879 niños y adolescentes en todo el mundo durante la pandemia reveló que la prevalencia de síntomas de depresión y ansiedad durante la COVID-19 se ha duplicado, en comparación con cálculos prepandémicos. El 25,2% de la muestra sufría de depresión, y el 20,5 % de ansiedad.
Atendiendo a lo anterior, aun cuando este regreso a las aulas es un feliz acontecimiento -más aún si sumamos que Cuba es el único país que ha podido reiniciar las clases con sus hijos protegidos por vacunas hechas en el propio país-, pudieran presentarse conflictos con el niño.
Resultaría previsible si así sucediera, y, de ocurrir, sería bueno atender a estas recomendaciones hechas por especialistas:
-No pretendas que todo sea igual que antes, porque ellos y también nosotros, sus adultos, hemos cambiado.
-Ajusta paulatinamente los horarios de sueño del niño, que se acueste cada día un poco más temprano y se despierte también más temprano, para que el primer día de clases no le resulte tan chocante levantarse y lo haga descansado. Las rutinas son importantes para los niños.
-Comiencen a preparar juntos, compartiendo y pasándola bien, el uniforme, los útiles escolar y también lo necesario para seguir cumpliendo las medidas higiénicas: nasobuco, solución hidroalcohólica, etc.
-Si es la primera vez que asistirá a la escuela, en prescolar o primer grado, sería bueno, de ser posible, visitar días antes el lugar para que se vaya familiarizando con el entorno. Así, reducen la incertidumbre y gana en seguridad.
-Es aconsejable que intercambien días antes sobre lo bueno de empezar las clases. Que vea la vuelta a la escuela también como la vuelta a los amigos, al maestro y la posibilidad de aprender cosas nuevas.
-Si vas a darle indicaciones sobre su comportamiento, funcionará mejor que le digas de forma clara lo que debe hacer en lugar de insistirle en lo que no debe hacer. No lo recargues con prohibiciones y mucho menos amenazas, que sienta que confías en él porque, además, eso refuerza su autoestima.
-Tener listos el uniforme, la mochila y la merienda es una garantía de evitar ansiedades por la prisa y los inconvenientes de última hora. Además, eso contribuye a su entusiasmo por asistir a la escuela.
-Que el niño perciba que sus mayores asumen el comienzo de esta nueva etapa con serenidad y confianza. No debe olvidarse que ellos imitan las conductas de sus padres.
-Trata que la comunicación con tu hijo fluya libre y abundante. Háblale de ti para que sea igual a la inversa, y te explique sus preocupaciones o dudas sobre el comienzo de las clases.
-En cuanto a la ansiedad ante la separación, que igual se da en los niños que en sus familiares, proponte que la despedida al dejarlo en la escuela sea sin dramatismos ni excesos o preocupaciones evidentes. Asumir como algo totalmente normal la separación ayuda a que se adapte mejor.
-Los niños nos agradecerán siempre la honestidad. Por eso, habrá que explicarles que aunque se reinician las clases, la pandemia no ha terminado. De ahí que deberán mantener las medidas de protección que hasta ahora han seguido, aunque el contexto sea diferente. Pudiera ser complicado persuadirlos de que no besen ni abracen a amigos o maestros y que sigan guardando las distancias. Pero con argumentos claros se les convence, sin exagerar los riesgos y consecuencias porque podrías abonar miedos e inseguridades.
-Si está muy preocupado por riesgos y contagios, tranquilízalo hablándole que si cumplen con todo lo indicado nada podrá ocurrirle, a la vez que así ayudará a mantener controlada la enfermedad.
-En ese mismo sentido, explícale por qué no deben comer de la merienda de otro, ni compartir el pomo de agua, el jugo o refresco y tampoco tocarse el nasobuco; mucho menos quitárselo.
Los niños que el venidero lunes 15 de noviembre reiniciarán sus clases, lo harán protegidos y felices, como lo merecen y como toda Cuba se ha esforzado para que así sea.