¿Son eficaces los antibióticos como tratamiento de la COVID-19?
Declaraciones del Máster Dr. Ricardo Pereda González, coordinador del Grupo de Expertos Clínicos del MINSAP para el Enfrentamiento a la Pandemia
Un mito asociado a la pandemia de la COVID-19 desde sus inicios es que los antibióticos son útiles para prevenir o curar la enfermedad. En Cuba, por ejemplo, son varias las personas que, una vez confirmadas, empiezan a consumir este tipo de medicamentos, incluso sin ninguna preinscripción médica. Tampoco son pocos los casos en que se recetan a los pacientes de modo innecesario.
Precisamente, este contexto trae como resultado otros dos escenarios que merecen particular atención. En primer lugar, genera una alta demanda de antibióticos, que actualmente tienen poca disponibilidad en la red de farmacias. En segundo, provoca el uso indiscriminado del medicamento, una cuestión que puede traer consecuencias a corto o largo plazo.
Sobre este tema, Cubahora conversó en exclusiva con el Máster Dr. Ricardo Pereda González, especialista de 1er Grado en Medicina Interna y de 2do Grado en Medicina Intensiva y Emergencias, Profesor Auxiliar de la Universidad Médica de La Habana y Coordinador del Grupo de Expertos Clínicos del MINSAP para el Enfrentamiento a la Pandemia.
¿Son eficaces los antibióticos para prevenir o tratar la COVID-19? ¿Por qué?
La primera y única respuesta es NO. Los antibióticos están indicados en infecciones de origen bacteriano. En el caso de la COVID-19 es una enfermedad causada por virus, en este caso el SarCoV-2 que es un virus ARN perteneciente a la familia de los Coronavirus.
En los primeros momentos del enfrentamiento mundial a la pandemia, en algunos protocolos internacionales iniciales se planteaba la posibilidad de utilizar un macrólido, como es el caso de la Azitromicina, en combinación con medicamentos antimaláricos como la Cloroquina. Estudios posteriores no demostraron eficacia frente a la enfermedad y desde la Versión 1.3 del Protocolo Nacional, se decidió no utilizar la Azitromicina en la terapéutica, así como de la Cloroquina.
Constituye una inadecuada indicación médica, partiendo de que la enfermedad es de causa viral y la neumonía que suela acompañarla es de esta etiología.
¿En qué caso específico se requiere el uso de antibióticos?
Desde la versión 1.1 del Protocolo nacional se plantea con total y absoluta trasparencia que los antibióticos sean indicado cuando existan manifestaciones clínicas, de laboratorio y radiológicas de posible sobreinfección bacteriana, como complicación en la evolución de la neumonía viral que puede aparecer en el curso clínico de la enfermedad viral.
- Consulte además: Situación epidemiológica en Cuba: nuevo protocolo
¿Qué consecuencias podría traer el uso indiscriminado de antibióticos?
El uso indiscriminado de antibióticos es un problema a nivel mundial por las altísimas tasas de resistencia microbiana a un uso casi irracional de antibióticos. A esta realidad nuestro país no escapa, lamentablemente se ha demostrado con total rigor científico que también enfrentamos en la práctica médica cotidiana este difícil y cierto escenario.
El arsenal terapéutico de antibióticos, no solo en Cuba sino también en el mundo, está limitado y son numerosísimas las cepas de múltiples familias bacterianas que presentan resistencia tanto en vitro como en vivo a la acción de los antibióticos.
El uso indiscriminado y muchas veces no adecuado de antibióticos, formando parte de una automedicación o de indicaciones médicas no correctas, es frecuente en nuestro país.
Forma parte de una «cultura» de nuestra población que, si una indicación médica para diferentes tratamientos no incluyen los antibióticos, no está bien tratado el paciente. Esta es una cuestión completamente alejada de una práctica médica coherente, racional y efectiva. Lamentablemente, el personal médico no está excluido de realizar indicaciones innecesarias y a veces muy inadecuada de tratamientos con antibióticos.
La indicación de cualquier antibiótico debe responder a las causas que pueden originar las afecciones, fundamentado en el juicio clínico y resultado de estudios complementarios donde se incluyen los cultivos bacterianos.