Canciones para ir al cine con Bola de Nieve
Las canciones de amor y desamorcde bola de Nieve, interpretadas «a mi manera y con mi piano», en su voz trasnochada y rota, atraparon la sensibilidad de un director que ha llevado a sus filmes, como pocos, la canción y el bolero latinoamericanos, en voces como las de Chavela Vargas, La Lupe, Olga Guillot, Los Panchos, Caetano Veloso, Lucho Gatica…
El Bola es melancolía y congoja. Nocturnidad y pasión. Tiene parte de escándalo, provocación, teatralidad y embrujo. De melodrama. Su música es parte de la síntesis más profunda de la idiosincrasia cubana, de la mixtura «en el caldero orticiano de la transculturación» de lo africano y lo ibérico. Mucho de esto también tiene el cine de Almodóvar.
Por eso un melómano como él, cuyos filmes destacan por el gran protagonismo tanto argumental como sentimental de la música, no podía estar ajeno a la fascinación por Bola.
Mientras ruedan los créditos de La ley del deseo, de 1987, su sexta película, escuchamos Déjame recordar, del compositor mexicano José Sabre Marroquín, en la voz de Ignacio Jacinto Villa Fernández, cuyo 110 aniversario de nacimiento, el 11 de septiembre en Guanabacoa, se conmemora este año. Se cumplen, además, los 50 de su fallecimiento, el 2 de octubre de 1971, en la Ciudad de México, con solo sesenta años.
En La flor de mi secreto, de 1995, Ay, amor, de la autoría del propio Bola, juega un papel significativo en el desarrollo de la historia (además de que Almodóvar la utiliza en una de las secuencias memorables del filme). En una conversación telefónica entre la escritora de novelas rosas Leo Macías/Amanda Gris, interpretada por Marisa Paredes, y el editor Ángel, por Juan Echanove, este le comenta sobre una de sus novelas:
« Me encanta el título Dolor y vida.
« Es una estrofa de una canción de Bola de Nieve.
« La conozco. «Si solo queda en mí dolor y vida, ay, amor, no me dejes vivir»¦» A nadie se le hubiera ocurrido relacionar el feeling cubano con Djuna Barnes y, sin embargo, tienen mucho en común»¦
« Sí, eso es justamente lo que yo quería destacar»¦
Una de las más recientes producciones de Almodóvar «casi» utiliza la música de Bola. La voz humana, cortometraje de 2020, en inglés, basado en la pieza teatral homónima de Jean Cocteau, cuenta con la actriz Tilda Swinton como protagonista. En el corto una mujer abandonada mantiene una última y desesperada conversación telefónica con su amante, pero el final «ha rememorado el director» se cambió sobre la marcha. Swinton y el perro de su amante comparten plano y duelo. Ambos han sido abandonados. Para este momento de desconsuelo, el cineasta tenía previsto el acompañamiento de Bola, pero el perro no colaboraba. «La verdad es que la canción le iba muy bien al personaje, pero como con el perro no había manera, improvisé sobre la marcha un texto nuevo que le ha dado otro sentido al final de la película y a la relación de ella con el animal. Eso sí, me quedé sin Bola de Nieve», contó Pedro a El País1.
A muchos el cine del manchego también les hizo descubrir y quedarse con la música de Bola de Nieve. Aunque su relación con el séptimo arte va más allá de la posterior inclusión de su obra como parte de varias bandas sonoras y llega incluso a los años adolescentes, cuando en Guanabacoa «donde también nacieron Rita Montaner y Ernesto Lecuona» acompañaba al piano las proyecciones silentes en el cine Carral del pueblo.
«Solo accidentalmente he hecho cine y me hubiera gustado haberlo hecho en serio, puesto que opino que el cine no es un arte de impresión sino de expresión. Es donde se llevan las cosas por las cosas mismas, donde no es tan necesario el movimiento como el sentimiento. Solo con sensibilidad es posible hacer cine, no con maromas ni muecas», contó al periodista y cronista Ciro Bianchi Ross en una entrevista realizada en 19702.
En 1935, Bola hizo su debut en Madre querida, primer filme del mexicano Juan Orol, uno de los principales promotores del «cine de rumberas» de la época de oro del cine mexicano. Junto a Esther Borja y Lecuona apareció en Adiós, Buenos Aires, de 1938, dirigida por uno de los pioneros del cine argentino, Leopoldo Torres Ríos, en la que se interpretó a sí mismo. También en Argentina participó, siempre como él mismo, en Embrujo (1941), de Enrique Telémaco Susini, y Melodías de América (1942), de Eduardo Morera, protagonizado por el tenor mexicano José Mojica y la argentina Silvana Roth. En México, en 1954, junto a Marga López y Ernesto Alonso, actuó en Una mujer en la calle, melodrama de Alfredo B. Crevena en el que cantó No puedo ser feliz, de Adolfo Guzmán.
Participó, además, en Kid Tabaco, también conocida como Mil besos, de 1955, dirigida por el mexicano Zacarías Gómez Urquiza, junto con Lilia del Valle y Ana Bertha Lepe. El argumento que recoge la Guía Cinematográfica 1955 promociona su participación: «Bola de Nieve no solo acompaña al piano a Lilia del Valle en varias de las canciones que la bella artista canta («¦) sino que él mismo nos brinda algunas llenas de sentimiento y honda emoción; porque este film, aunque basado en un episodio trágico de boxeo, tiene de todo: escenas de romántico y purísimo amor, otras de delirante pasión y celos, ambiente suntuoso de cabaret, y las siete canciones de moda. Ni una más ni una menos. He aquí sus títulos: «Mil besos», «Dos palabras», «Si me puedes querer», «No dejes de quererme», «Grito prisionero», «Morir contigo» y «Amor salvaje»»3.
Su música ha sido parte de la banda sonora de filmes como Las secretas intensiones (1970), del español Antonio Eceiza, y en el cine cubano lo encontramos en Nosotros, la música, de Rogelio París, de 1964, y en Viva papi, dibujo animado de 1982 de Juan Padrón.
En 1985 Mayra Vilasís dedicó a su vida y obra el documental Yo soy la canción que canto, que obtuvo el Premio Caracol de la UNEAC en dirección y edición, y el Colón de Oro, ex aequo, en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, España, 1987, y donde, además de su música, recopila testimonios de familiares y artistas como Esther Borja y Alina Sánchez, que compartieron escenario con Bola.
Mientras, en 2003 el español José Sánchez Montes dirigió Bola de Nieve, producido entre España, Cuba y México. «La idea («¦) surgió cuando descubrimos la personalidad apabullante de alguien que solo conocíamos por su música y sus canciones («¦) Queríamos que la gente se enamorase de un personaje fascinante; pero tampoco dejar sin tocar la parte enigmática que siempre tuvo», aseguró4.
Y aunque su vida aún no ha tenido abordajes desde la ficción, como merece, el cubano Lester Hamlet en entrevista en 2017 aseguró estar preparándose para contar «la vida de uno de los artistas más desgarradores e intensos de Cuba, Bola de Nieve. Es un proyecto que lleva tiempo haciéndome pensar y ahora parece que estamos encontrando la luz»5. Esperemos que así sea. Bola lo merece.