Con Covid-19 y dengue hay que ser doblemente precavidos
Aunque el verano en este archipiélago casi que se manifiesta todo el año, los meses de julio, agosto y septiembre son de los más atractivos por lo cálido de sus aguas marinas, la vegetación verde y un sol bien intenso que irradia en las maravillas del cielo un azul saturado con toques de nubes blancas.
Septiembre, a punto de llegar, es considerado uno de los periodos más lluviosos del año en Cuba. Entre el calor típico del verano por las tardes y el paso de ondas y bajas tropicales, es usual poder contemplar varias veces a la semana buenos aguaceros acompañados de descargas eléctricas.
El Instituto de Meteorología de Cuba, informó que debido a «las condiciones actuales existentes en el Pacífico ecuatorial que se corresponden con la fase neutral del evento El Niño-Oscilación del Sur, se pronostican acumulados de precipitación en la norma para todo el territorio nacional».
Las lluvias siempre son bienvenidas puesto que alivian los niveles de sequía y benefician los acumulados de agua en embalses para su consumo posterior en cultivos, ganados y el sector residencial. Que caiga agua del cielo, es como sentir agua bendita, una ofrenda de vida proveniente de los dioses.
Sin embargo, ante tales precipitaciones hay que tomar medidas para evitar se estanque agua en neumáticos, palanganas, depósitos sin tapa, cascarones de huevo, bases de macetas. Como mismo dijimos que la lluvia es sinónimo de vida, así mismo se comporta en la reproducción de los mosquitos.
La molestia de estos insectos no es algo que nos tome de sorpresa, nuestra convivencia con ellos está dada a lo largo de los años producto de nuestras condiciones climatológica y geográfica. Claro está que la picada pasa de lo incómodo a lo preocupante cuando vienen enfermedades de por medio.
El Aedes aegypti es el vector transmisor de enfermedades como el dengue, zika y chikungunya. Es por ello, por segundo año consecutivo nuestro país vive bajo una mayor presión epidemiológica, y por ende se necesita de mayores cuidados no solo por el dengue sino también por la amenaza de la Covid-19.
A propósito del Día Mundial contra el Dengue, el pasado 26 de agosto, Osvaldo Castro Peraza, Máster en infectología y enfermedades tropicales, precisó que «esa enfermedad prevalece en el país y existe el peligro de que aumente su incidencia en los próximos meses según su comportamiento habitual».
¿Cuáles son los síntomas del dengue?
De acuerdo con un texto del portal oficial del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), este padecimiento se caracteriza por una etapa afebril en los primeros tres o cinco días, donde predominan síntomas como malestar general, fiebre, dolores de cabeza, detrás de los ojos y en la columna lumbar.
Castro Peraza enfatizó que hay gran probabilidad entre el segundo y cuarto día aparezca una erupción de la piel, el rash que además de enrojecimiento provoca mucha picazón. Los contagiados con dengue pueden presenciar trastornos del gusto, pero no la pérdida del mismo como sucede con la Covid-19.
La etapa de mayores complicaciones suele presentarse cuando desparece la fiebre, por lo general, al tercero o quinto día. «La complicación más severa resulta el choque por dengue como consecuencia de la extravasación (pérdida) de plasma y la reducción del volumen de sangre, ante lo cual el tratamiento más efectivo constituye reponer la pérdida del líquido», precisó el especialista.
Es vital las personas sepan diferenciar los «signos de alarma que preceden al estado crítico». Estos son: «dolor abdominal intenso y mantenido, vómitos frecuentes, irritabilidad y somnolencia fuera de lo habitual -especialmente en niños pequeños-, desmayos, sangrados de mucosa y aumento del hematocrito (volumen de sangre ocupado por glóbulos rojos)».
El dengue tras su desarrollo, cuando ya el paciente se haya en estado de recuperación, «puede pasar o no por una convalecencia asociada generalmente a la fatiga crónica (conocida como pos dengue)». Es lo que algunos describen como un decaimiento intenso durante una o dos semanas tras la enfermedad.
¿Dengue o Covid-19?
Ante el indicio de algún síntoma, lo más aconsejable es acudir al médico, pues no es menos cierto que a veces pueden confundirse los síntomas y tanto el enfermo como familiares pueden titubear, no obstante, es más seguro buscar el diagnóstico médico que caer en suposiciones.
El doctor Osvaldo Castro Peraza, también jefe de Servicios de Medicina y Consulta Externa del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK), expresó que «la COVID-19 pudiera confundirse con el dengue («¦) los síntomas iniciales son similares: fiebre, malestar general y alguna diarrea».
Empero, estos se distinguen «a partir de las 24 y 48 horas; al estar acompañada la COVID-19 por síntomas como tos, secreción nasal, alteración del gusto y del olfato, mientras que en el dengue predominan dolores generalizados, cefalea, erupción en la piel y presencia de los signos de alarma».
Otro punto a destacar por el investigador del IPK es que «las complicaciones del dengue son post febriles y en los contagiados por el nuevo coronavirus la fiebre puede presentarse en cualquier momento». El médico es quien siempre deberá definir la enfermedad y no el paciente.
Por otro lado, Castro Peraza no descarta el peligro de que una misma persona enferme al mismo tiempo de Covid-19 y dengue. Es la llamada coinfección, «lo cual se manifestó anteriormente con la influenza y es una posibilidad que se incrementa si aumenta la transmisión del dengue», añadió.
El dengue fue valorado en el 2019 una de las 10 enfermedades de mayor interés a escala mundial. Expertos estiman en los últimos años los enfermos hayan ascendido producto de una mayor cantidad de mosquitos Aedes aegypti por la proliferación de espacios para la reproducción de estos.
Las estadísticas apuntan por año se dan más de 390 millones de infecciones y con ello más de 96 millones de contagiados, comportamiento se cree, a raíz de la Covid-19, incluso sea mayor, ya que la atención médica en casi dos años se ha desplazado más hacia el tratamiento del nuevo coronavirus.
El autofocal es de las medidas preventivas más eficientes para evitar criaderos de mosquitos y con ello brotes de dengue que pueden involucrar a comunidades. Próximo a llegar a septiembre con más precipitaciones, se debe priorizar esta tarea en el hogar por el bien y la salud de la familia.