Olimpia, la gran mujer que acompañó a Manolín (+Audio)
Olimpia, la primera operadora de radio en Cuba. La mujer del pionero de los radialistas cubanos, Manuel Álvarez Álvarez, Manolín
Sin ánimo de ofender a las feministas, me gustaría retomar la antigua sentencia: «Detrás de cada hombre exitoso hay una gran mujer». Y es que así imagino «no la conocí- a Olimpia Casado Mena, la gran mujer que estuvo detrás del exitoso Manuel Álvarez Álvarez, Manolín, el pionero de los radialistas cubanos. Olimpia, la primera operadora de radio en Cuba.
Estoy convencida de que era imposible en el hogar de los Álvarez Casado estar ajeno a la práctica radial. Quienes tuvieron la suerte de conocer al asturiano devenido cubano, o mejor»¦caibarienense, dan fe de su pasión sin límites por los secretos de la radiodifusión, y su amante esposa lo acompañó en esta aventura a través de las ondas hercianas.
No haré alusión a la genial historia de Manolín, sino a la de Olimpia, la ilustre habanera con quien celebró sus bodas de oro.
Gracias al periodista y escritor de Caibarién, Jesús Díaz Loyola, quien en más de una ocasión ha narrado innumerables pasajes de la vida de este genio. En una de sus publicaciones puede leerse: «El año en que Olimpia murió, fue un año de recuerdos y rememoraciones, un año en que todo fue más feliz menos el día ingrato que se la llevó.»»
«Olimpia murió con el mejor legado a sus pies: bodas de oro celebradas y a punto de que la radio resurgiera en el pueblo, la misma radio donde adquirió su temple en los oficios de operadora.»»
Lo cierto es que la particular destreza de Olimpia al observar a Manolín frente a las máquinas de sonidos, rápidamente la hizo dominar el manejo de todos los sistemas. Primero se aplicó en el funcionamiento del fonógrafo y después llevaba los controles de la estación días enteros. Así, le sobraron méritos para que en el año 1938 recibiera el título de Operadora de Radio. A partir de ahí, Olimpia se convirtió en coprotagonista vocacional de la historia de la radio junto al pionero.
Manolín, en declaraciones exclusivas a Loyola aseveró «Vivíamos en un espíritu de común compenetración»¦-«¡Vas bien, Manuel!, exclamaba cada mañana al pie del primer caf黦El 23 de junio de 1985, le di a Olimpia las buenas noches por última vez. Y fue la última, porque al día siguiente, lunes 24, la mejor testigo de mi vida, entregó su alma a Dios. Tenía 87 años. -Han tenido una madre ejemplar-le dije a mis hijos. Ya era un nonagenario y ese mismo año, como el primer día, asistí a lo que era la expresión de una radio nueva, más sofisticada, más de este tiempo, y junto a mí estaba el espíritu de Olimpia, la gran mujer que me acompañó en vida.»»
Imágenes cortesía y colaboración de Ana Laura Rodríguez (Bisnieta de Manolín y Olimpia).