Estamos vivos
Nos han tirado a matar, pero estamos vivos. Lo dijo Díaz-Canel y lo sabemos los muchos, muchísimos, millones, que día a día sorteamos las enormes dificultades que se interponen entre lo posible y lo real en un país sitiado, hostilizado, agredido.
Nos tiraron a matar al no poder acceder, por ejemplo, a un total de 32 equipos e insumos relacionados con la producción de candidatos vacunales contra la COVID-19 o con la ejecución de etapas que permiten la culminación de los estudios clínicos de la vacuna, dígase equipamiento para la purificación de los candidatos vacunales, aditamentos para equipos de producción, tanques y cápsulas de filtración, solución de cloruro de potasio, timerosal, bolsas y reactivos.
Por si fuera poco, han pretendido que nos matemos nosotros mismos. Que cunda el desánimo, la irritación y la desesperación. Que se produzca un estallido.
Como nada de esto sucede, la última moda es decir que no lo hacemos por miedo. Coinciden en el pataleo un youtuber histérico y, qué casualidad, una académica a la que no puedo respetar ni tomar en serio cuando, a base de lecturas apresuradas e incompletas, mal vende la idea de que aquí se respira una atmósfera orwelliana, propia de un país opresivo.
Pero estamos vivos. Con candidatos vacunales que han mostrado efectividad y de los que se benefician los cubanos sin distinción de ningún tipo. Vivos y muy bien acompañados en la batalla contra el bloqueo.
Cuba se levanta viva, sin miedo ni mordaza, de punta a punta. En defensa de la dignidad, de lo que somos y nunca renunciaremos a ser.
EN CONTEXTO
«Así reacciona el mundo a la demanda cubana. Son ya 28 años de rechazo mundial al bloqueo. Los bloqueadores se quedan sin argumentos. Los solidarios refuerzan su apoyo»», publicó en Twitter el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, al conocer los resultados de la votación en Naciones Unidas.
Por consenso de la comunidad mundial, se aprobó entonces la resolución titulada Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba.
En valores financieros, a precios corrientes, los daños acumulados en casi seis décadas de aplicación de la política de bloqueo ascienden a 147 853,3 millones de dólares, y tomando en cuenta la depreciación del dólar frente al oro en el mercado internacional, los perjuicios cuantificables equivalen a más de 1 billón 377 millones 998 mil dólares.