«Poner el hombro» y hacer juntos
Mi Cuba profunda está llena de matices; de hombres que sudan en el surco y también en el quirófano… ambos, de alguna manera, se empeñan en salvar vidas.
Mi Cuba profunda conoce muy bien de resistencia, de esperanza, de hacer y crecer juntos…
Hay que conocer Cuba, en lo más profundo, también en sus montañas y riachuelos, en sus bateyes azucareros… para entender cómo y por qué solo juntos podremos superar los actuales retos que definen nuestros días.
Mientras más complejos sean los desafíos, ya lo ha dicho el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, más fuerzas, dedicación, inteligencia, optimismo y crecimiento tenemos que poner en el trabajo cotidiano: todos juntos, en la ruidosa capital y en la campiña apacible; desde una oficina inundada de papeles urgentes y desde la estridencia de una fábrica.
Es la manera de hacer que nos ha enseñado la Revolución cubana y a la cual estamos convocados todos a lo largo y ancho de esta Isla nuestra hacedora de imposibles.
Es el desafío al que nos sigue convocando el Jefe de Estado junto a su equipo de Gobierno que, en 18 días recorrió todas las provincias del país y el municipio especial Isla de la Juventud, no solo para analizar y evaluar en primer lugar cómo avanzamos en el enfrentamiento a la COVID-19, la implementación de la Tarea Ordenamiento, y la producción de alimentos, sino también para acompañar y conducir, desde los diferentes territorios, las acciones que en ellos se realizan, allí donde en esencia se decide el desarrollo económico y social de Cuba.
Son tiempos retadores. Es cierto…
Y son tiempos que, inevitablemente, requieren del hacer común; de «poner el hombro» y acompañarnos en el trabajo; de pensar, en primer lugar, qué necesitamos hacer como nación -sin intereses personales de por medio-, para superar nuestros actuales retos.
En el esfuerzo conjunto de todos tenemos las mejores respuestas para crecernos, una vez más, también ante estas nuevas complejidades. Porque entre todos, ya lo sabemos, es la mejor manera en que podremos avanzar por el camino de solucionar lo que más nos daña y desvela, asumiendo el reto de hacer, allí donde sabemos que podemos ser más útiles.
Un niño recibe fisioterapia en el Hospital Pediátrico Borrás-Marfán de La Habana. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Amanecer en San Cristóbal, Artemisa. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Marcha del Pueblo Combatiente en La Habana, 2 de enero de 2017. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Enfermeros de la sala E del IPK, debidamente protegidos para el manejo de cualquier paciente con alguna enfermedad infecciosa. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Diestrísimas manos elaboran en La Corona 110 tabacos como promedio al día. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Cría de cerdos en la finca «Los Sementales», en el municipio Candelaria, Artemisa. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Empaque primario de los biosensores o tiras reactivas en el Centro de Inmunoensayo. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Trabajador de la Empresa Siderúrgica José Martí, Antillana de Acero. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Una enfermera atraviesa un terreno de pelota improvisado para llegar al hospital provincial Comandante Pinares en San Cristóbal, Artemisa. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.