Contra las fakes, la Bienal de la sonrisa y la reflexión (I)
Digamos que sinuoso resultó el trazo de esta XXIV Bienal Internacional de Humor Gráfico Cuba 2025

Digamos que sinuoso resultó el trazo de esta XXIV Bienal Internacional de Humor Gráfico. Cuba 2025. Fueron cuatro jornadas, de idas sucesivas y circulares retornos. No solo de La Habana a San Antonio, y viceversa, sino también de la tradición a la renovación, de la persistencia a la resiliencia, de la defensa reflexiva de lo que la singulariza, lo que se ha de mantener o recuperar, a las necesarias readecuaciones que imponen las condiciones socioeconómicas del país y que soplan desde otros lares.
De conquistas y retrocesos, de luces y sombras. De saetas que avanzan paralelas o que se contraponen de algún modo. De fuerzas y limitaciones que impactan sobre una expresión que integra comunicación y arte, políticas editoriales y motivaciones personales, hechas manualmente o con herramientas digitales, para circular en los medios, en las redes virtuales, y dignas de exponerse en las más lujosas galerías.
También fue la bienal de firmas que ya no están o que se extrañan, ya porque abandonaron este mundo, aun loco y perfectible, ya porque desecharon la plumilla y el wacóm para “luchar” el pan con otras “pinchas”. Y de las que regresaron a San Antonio, a saber por qué motivaciones. Y de las firmas nuevas, ah, las que emergen desde los sueños y la experimentación, por apuntar y colorear una idea, un chiste, o por seguir el ejemplo de otras “clásicas”.
Es esta, lo sigue siendo, una Bienal ariguanabense. Ha sido así desde la primera realizada en marzo de 1979, con el impulso de la dirección de la Unión de Periodistas de Cuba, promotores culturales, humoristas y las autoridades de la villa de San Antonio de los Baños.
De “La Villa del Humor” por el cruce de dos ríos: Azar y Concurrencia. Por ser la patria chica de dos grandes cultivadores que marcaron el devenir gráfico de Cuba: Eduardo Abela (Abela), creador de El Bobo, y René de la Nuez (Nuez) el de El Loquito. Además fue cuna de Jesús de Armas (de Armas), de Pedro Rodríguez García (Peroga), de Francisco Martínez Villamil (Villamil) y del multipremiado Ángel Boligán (Boligán). Donde se asentó por años el gallego José Luis Posada (Posada) y vio la luz un caricaturista del semanario Mella que terminó por convertirse en un trovador imprescindible: Silvio Rodríguez.
Sede, por demás, del Museo del Humor, el único de esta especialidad en nuestro país y de los pocos existentes en el globo. Institución que atesora lo más valioso de la memoria gráfica del archipiélago y también una considerable muestra de artistas internacionales que han participado en las bienales.
Eso explica el jolgorio que se arma cada dos años por la antigua Calle Real del poblado. Ese colorido pasacalle hacia el Parque Central, en el que desfilan, junto al júbilo carnavalesco y festivo, personajes que fueron tinta sobre papel, impresos para toda Cuba, pero que se redimensionan ariguanabenses: El Bobo, El Loquito y El Barbudo. También justifica el respaldo que le conceden a las bienales las máximas autoridades del Partido y el Gobierno, del Municipio y de la Provincia, en medio de tantas carencias y prioridades que atender.
Pero también ha tendido a expandirse hacia los predios de La Capital, donde se asienta su otra casona, la Sede Nacional de la UPEC, y donde se hace más viable que resuene. Para mantenerla entre las competencias más prestigiosas de las convocan a los seguidores de Daumier y Quino, en el planeta, y la más importante para los continuadores de Abela y Nuez, en el patio. Motivo de orgullo y regocijo para los pobladores artemiseños y para los cubanos todos.
Por ello, empieza siempre en San Antonio, con el desfile y con la realización en el Parque del Humor del tradicional mural alegórico a la XXIV Bienal y al lema que la identificó: “Menos fake y más news”, desde que se comenzó a circular la convocatoria, a inicios de año, junto con el cartel diseñado por Osval. Una decena de humoristas gráficos, entre los participantes en el Salón Internacional y otros invitados, plasmaron su impronta y marca reconocida: José Luis, Lacosté, Lema, Adán, Laz, Andez, Avilarte…
El mismo domingo, pero en la tarde, en la calle exterior del Museo del Humor en San Antonio quedó inaugurada oficialmente la XXIV Bienal, por el Presidente de Honor de la UPEC Tubal Páez, quien ha sido durante años entusiasta impulsor de estos certámenes.
Seguidamente, en el Museo del Humor, se cortó la cinta del Salón Expositivo de la XXIV Bienal Internacional de Humorismo Gráfico. Cuba 2025, el plato fuerte de este evento y al que dedicaremos un trabajo posterior.
Además, como se ha hecho habitual se pudo disfrutar en el patio del Museo de una pequeña muestra del quehacer creativo de tres de los miembros del Jurado Internacional del Salón expositivo de esta XXIV Bienal: el cubano Ismael Lema (Lema), el cubano residente en Chile José Pepe Pelayo y el mexicano Darío Castillejos (Castillejos).
Al otro día, la movida fue en La Capital, entre Centro Habana, La Habana Vieja y Plaza de la Revolución. Incluyó, la inauguración de la exposición “Al natural con Inteligencia Artificial” en el Palacio Central de Computación, desde donde se realizó el Taller Humor en redes. Luego, se efectuó la Donación de una valiosa colección de Palante al Museo Nacional de Bellas Artes y seguidamente la presentación de los libros digitales Arte visto en Cuba y Arte y Libros. Dos universos y una isla, de la Dra.C. Carina Pino Santos Navarro, integrante del Jurado de la Bienal.
Muy acorde con los principios fundaciones de esta Bienal, resultaron los actos solidarios con los pueblos hermanos de Vietnam y Palestina, con sendas muestras inauguradas en la tarde. La exposición “Viet Nam, la Victoria”, en la galería de la Editora Juventud Rebelde y la exposición colectiva “Gaza”, en la céntrica Galería de 23 y 12. Esta última organizada originalmente bajo el título “Screams Gaza”, fue curada por el palestino Fadi Abou Hassan y por Ares y se conformó con 60 obra de 58 autores, procedentes de 30 países.
Tres exponentes del centro del país protagonizaron igual número de muestras, entre las exposiciones colaterales inauguradas para esta Bienal.
En la Casa de la Cultura Raimundo Valenzuela, “Osval en nuestros salones”, una retrospectiva del avileño Osvaldo Gutiérrez (Osval) curada por los especialistas del Museo. Son 11 obras seleccionadas entre las tantas con la que ha brillado en los salones convocados por la institución. Con diversas temáticas, retratos con su finísima comicidad de los problemas que aquejan a los cubanos y los habitantes del “aldea global”, entre costumbrista y más editoriales. Ilustrativa de la peculiar impronta de Osval, mas asiduo en el Invasor, Escambray, Juventud Rebelde, Melaíto, Dedeté y Palante, pero que es, junto a Martirena, al que más viñetas le replican los demás medios nacionales.
Allí mismo, abrió parte de su “librito”, según reseñó el periodista Enrique Milanés León, ante los más jóvenes y algunos de su colegas, en el Taller programado para el tercer día.
El Cineteatro Círculo de Artesanos cedió su antesala para la muestra del Maestro santaclareño Pedro Méndez (Pedro), a quien pudimos ver en la pasada edición cuando en este mismo espacio se inauguró una muestra colectiva de los de Melaito. Precisamente, “Pedro: de Melaíto a San Antonio” fue el titulo escogido por los del Museo para esta muestra homenaje a quien ya es un “clásico” del Humorismo Gráfico Cubano.
La exposición reúne diez obras de quien fundó en 1968 y dirigió por varios años, la más importante publicación humorística de aquella región, suplemento del periódico Vanguardia y escuela de una decena de cultivadores que hacen humor en todo el grafipiélago cubano. El quehacer de “Pedruco”, como le llaman sus más cercanos colegas villaclareños, se distingue por su picaresca costumbrista y el encanto de sus líneas. El creador de la tira Los Microbios, ha publicado sus viñetas en Melaito y Vanguardia, como en medio de mayor alcance como Bohemia, Dedeté y Palante. También ha sido participante habitual y reconocido en las bienales internacionales y en los demás salones celebrados en San Antonio.
El día antes, en la galería de la sede nacional del UPEC se había inaugurado la muestra persona del joven espirituano José A. Rodríguez Ávila (Avilarte). Una muestra curada por el Premio Nacional de Humor Arístides Hernández (Ares), con una docena de caricaturas editoriales del joven arquero, quien al decir del propio Ares, tiene todo lo que se necesita para ser un buen caricaturista.
En la tarde del martes, en la Fundación Ariguanabo se suscitó un “desquite”, pero de elogios y afectos, entre los dos humoristas gráficos cubanos más premiados internacionalmente: Ares y Boligán, amigos desde 1986. El cumpleañero de hace dos años honró esta vez Ángel Boligán, quien lo honró la pasada bienal por el mismo motivo, por sus 60 años. De la misma manera, inaugurando una muestra personal, ahora “Con un poco de amor” del genio ariguanabense. Y compartiendo en un picacake, apretaditos en el patio, con los colegas participantes de la cita, admiradores de su quehacer.
Ares habló por todos nosotros al plantear en el catálogo: “Es un ejemplo de caricaturista. En el sentido técnico ha logrado aunar en un estilo muy personal lo mejor de la tradición del humorismo gráfico cubano y después lo mejor de la tradición del humorismo gráfico mexicano, que es pura maestría, y esa absorción de todo lo que se hace en el mundo en la caricatura. Se ha convertido, y de eso no le queda duda a nadie, en uno de los más importantes referentes de la caricatura mundial. Su línea ha marcado a muchísima gente y no son solo los alrededor de 200 premios: tiene una producción de envidiar en la caricatura general, en la caricatura personal y en el humor general”.
En la mañana del 23 de abril, en el patio del Museo del Humor tuvo lugar el acto de premiaciones del Concurso Infantil «Riamos Siempre», en su decimotercera edición. A la convocatoria respondieron 48 pioneros de 6 escuelas del municipio. Los premios se dieron a conocer por tres de los miembros del Jurado Internacional de la Bienal: Ismael Lema Águila, Presidente del Jurado y Director de la Publicación Parlante; Carina Pino Santos, especialista en Arte; y Jesús Victores Rodríguez, Director del Museo del Humor.
Con “broche de oro” cerraron las decenas de exposiciones programadas para esta edición. La última jornada, fue presentado por el Director del Museo el merecido homenaje a José Luis López Palacios (José Luis), bajo el título “José Luis en las Bienales”. Las obras montadas en el Museo Municipal, son solo una muestra de las ingeniosas viñetas que ha presentado palantero en las 23 bienales precedentes, y que forman parte del valioso patrimonio de la institución ariguanabense.
Como destacó Gerardo Hernández Nordelo, Héroe de la República de Cuba y Coordinador Nacional de los CDR, “Si antes otros caricaturistas reconocieron a otros maestros, ahora puede decirse que José Luis pertenece al grupo de clásicos respetados como guías por mi generación”. Y me consta que es un Maestro siempre dispuesto a trasmitir su experiencia a los más jóvenes caricaturistas.