Ciencia y tecnología

Luna, fusión y terapias con células madre en la ciencia de 2025

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La nueva carrera hacia la Luna y las terapias con células madre en nombre de la medicina regenerativa se encuentran entre las principales promesas de la ciencia para 2025, junto con nuevos pasos hacia la energía de fusión que imita los procesos que tienen lugar en el corazón de las estrellas y de las grandes expectativas de la inteligencia artificial y las computadoras cuánticas.
    
«Sentaremos las bases para la exploración humana de la Luna y Marte», escribe la NASA en X, refiriéndose al programa Artemis que, a pesar de retrasos, pretende llevar astronautas a la Luna de aquí a 2026.
    
Participan numerosos socios, incluidas empresas y agencias espaciales nacionales, además de los 52 países que han firmado los Acuerdos Artemis que definen las reglas para el futuro de la exploración espacial.
    
Sin embargo, las próximas misiones que tocarán el suelo lunar serán módulos de aterrizaje construidos por empresas privadas, como la japonesa iSpace y la texana Intuitive Machines.
    
El estudio del viento solar será tarea de las misiones Smile, de la Agencia Espacial Europea y la Academia China de Ciencias, y de la NASA Punch, mientras que la misión Spherex (Nasa) tendrá como objetivo obtener un mapa del cielo con datos de más de 450 millones de galaxias.
    
También se esperan para 2025 los primeros datos técnicos sobre el telescopio Einstein, el futuro cazador de ondas gravitacionales que Italia ha solicitado albergar en Cerdeña y que los Países Bajos quisieran en la región de Euregio Mosa-Rin.
    
El observatorio Vera Rubin en Chile debería finalmente entrar en funcionamiento, esperado por los astrónomos de todo el mundo por los datos que puede proporcionar sobre los fenómenos más esquivos del universo, como la energía oscura, la materia oscura y el enigmático planeta Nueve.
    
La física de partículas, en cambio, está a la espera de que entre en funcionamiento la Fuente Europea de Espalación en Suecia, el nuevo acelerador europeo con mucha tecnología italiana, candidato a convertirse en la fuente de neutrones más potente del mundo y a realizar un importante contribución al descubrimiento de nuevos materiales.
    
También se esperan avances en la energía de fusión, que en 2024 batirá dos récords importantes gracias al reactor experimental europeo Jet y al surcoreano KStar.
    
En Europa, la industria también promete dar un gran impulso a este sector, que en 2024 se organizará en la Asociación Europea de Fusión en la convicción de que esta nueva energía limpia no es sólo la clave para lograr la independencia energética, sino uno de los motores de la economía europea.
    
Habiendo demostrado lo importante que puede ser una herramienta para la investigación, la inteligencia artificial seguirá su camino contribuyendo a análisis biológicos, diagnósticos, predicciones meteorológicas más precisas y modelos más precisos del cambio climático.
    
Competirán por ser el centro de atención, con ordenadores más potentes y comunicaciones más eficientes y seguras, probablemente las tecnologías cuánticas, a las que las Naciones Unidas han decidido dedicar el año 2025.
    
«Precisión» es también la palabra clave de la medicina en 2025, gracias a bases de datos genéticas cada vez más ricas y algoritmos cada vez más entrenados.
La medicina regenerativa también avanza rápidamente: hay al menos un centenar de ensayos de terapias basadas en células madre, algunas de ellas contra los tumores, la diabetes y el Parkinson.
    
Las principales expectativas para la neurociencia se refieren a las posibles secuelas de los experimentos con chips implantables iniciados en 2024 en muchos centros, incluido el de Neuralink de Elon Musk, y en 2025 China planea comenzar a probar nuevas interfaces cerebro-computadora.

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