En marcha hacia la victoria, y con el pie en el estribo
Fidel dijo: «el pueblo de Cuba vencerá»; Raúl afirmó: «qué clase de pueblo tenemos», y Díaz-Canel convocó «al heroico pueblo cubano a una marcha combatiente». Ayer esas palabras recorrieron el malecón habanero en las voces de más de 500 000 personas, quienes frente a la embajada de Estados Unidos se manifestaron en contra del bloqueo y por la exclusión de Cuba de la absurda y espuria lista de países supuestamente patrocinadores del terrorismo.
Se estremeció el verde e irredento caimán, cuando sobre él sintió los pasos de la generación del centenario, con Raúl al frente, marchando firme, como lo prometió, con el pie en el estribo. Junto a él, la juventud, que llevaba inscrita en el pecho la premisa de no fallarle a la Revolución.
Fue ella la que se inició, en 1868, en La Demajagua; la que condujo Martí en 1895; la de los jóvenes de la década del 30 del pasado siglo; la que se consagró desde que el 26 de Julio se convirtió en el día de la Rebeldía Nacional, cuando los muros del Moncada temblaron, en 1953; porque fue capaz de montarse en un yate del futuro y subirse a las cimas de las lomas, a fin de hacer tan altas como ellas sus fuerzas; la que defendió y venció, en nombre del socialismo, en Girón; la que vio a sus hijos comprometidos con su Patria, en la Crisis de Octubre; la de sus internacionalistas, la de sus científicos, la de sus deportistas, la de sus médicos y obreros, la de sus estudiantes y mujeres, la de sus niños, la que desbordó el litoral habanero, como un tsunami de victoria en Revolución.
Por eso allí estaba Fidel, porque siempre está en cada expresión de unidad del pueblo.
A eso le teme el imperio, por eso bloquea y asfixia, por eso mata; por eso nos tilda de patrocinar el terrorismo, en acto cínico, cuando esta Isla ha sido la víctima de ese flagelo, aupado, auspiciado y tolerado desde el propio Gobierno que la bloquea.
¡Con el puño cerrado vamos a enfrentar los problemas, con profundidad y la seguridad de que saldremos adelante! ¡Vamos a hacerlo! Podemos. Así convocó Raúl, y así respondió el pueblo, en una marcha antimperialista por Cuba –también por el mundo– que, al decir de Díaz-Canel, superó la imaginación más fértil.