Veneración a San Lázaro, muestra del sincretismo religioso en Cuba
Cientos de cubanos realizan hoy una peregrinación hasta el Santuario o Iglesia de San Lázaro en El Rincón, ubicado en las afueras de La Habana, una tradición que es muestra del sincretismo religioso en el país.
La víspera, en varias calles de la capital cubana ya se veían a personas con indumentarias hechas con sacos de yute y prendas moradas, el color que distingue a San Lázaro y al orisha del panteón afrocubano Babalú Ayé.
Creyentes de la religión católica y la yoruba lo consideran un santo milagroso y sus devotos suelen peregrinar para pagar promesas por la restitución de la salud y el bienestar familiar.
Hasta el Santuario o Iglesia de San Lázaro en El Rincón, ubicado en el capitalino municipio de Boyeros, llegan por estas fechas cientos de personas de diversas partes del país, como es usual cada año.
Muchos fieles suelen entrar de rodillas, descalzos o arrastrando piedras y cruces para cumplir promesas pendientes.
En los altares del santuario se encienden velas, las flores de color morado inundan el lugar y los fieles se acercan a una conocida fuente de agua y llenan sus frascos.
San Lázaro es una de las figuras más veneradas entre los católicos cubanos y su imagen también se asocia al orisha de las enfermedades, la salud y la misericordia.
En tiempos de la colonia, los africanos traídos como esclavos vincularon a sus deidades con santos y santas de la iglesia católica para poder seguir venerándolos en fiestas y ritos propios.
Representado como un anciano humilde acompañado de perros y con el cuerpo cubierto de llagas, Babalú Ayé simboliza la superación del sufrimiento físico y espiritual.
Por eso para muchos cubanos, San Lázaro no es solo el personaje bíblico amigo de Jesús y hermano de Marta y María Magdalena; o Lázaro, el mendigo de una parábola del Evangelio de San Lucas; es también Babalú Ayé, una deidad del panteón yoruba a quienes acuden para pedir salud y consuelo en la enfermedad.