Amanecer de pañoleta azul

Con prisa se pone los zapatos, toma su mochila y espera a que mamá abra la puerta. No es un día cualquiera, y por eso tiene la certeza de que algo cambiará a partir de esa mañana.

Papá hace el nudo conmovido, como si él también portara, a partir de ahora, la pañoleta azul que tanto simbolismo tiene para Cuba. Parece que fue ayer cuando lo vio entrar al aula con la sonrisa en el rostro; esa que ahora, tras recibir el atributo, se ensancha.

La esperanza está también en ese azul, en el pacto de amor entre la familia y la escuela; en ese sencillo acto en el que, más que iniciar en la Organización de Pioneros José Martí, se abraza a la Patria y al futuro.

«Hoy las redes están llenas de hermosas imágenes de nuestros pioneros recibiendo su pañoleta azul. Que no se pierda nunca esa alegría, esa sonrisa del “niño que se está haciendo grande”, esa comunión entre padres, escuelas, pioneros. Que ser como el Che siga siendo el paradigma», escribió el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en su cuenta en X.

No es coincidencia que el 8 de octubre, fecha en que comienza la Jornada Camilo-Che, casi 100 000 nuevos pupilos reciban su atributo y exclamen la consigna que los aglutina y los convierte en esos «pioneros por el comunismo», que se inspirarán en aquel de la estrella en la frente.

Este acontecimiento nos recuerda, además, que en Cuba siempre habrá aspiraciones por las cuales afanarse, ideas y horizontes limpios por los cuales perseverar.

Al uniforme blanco y rojo se suma el triángulo azul. Sublimes como la bandera son las niñas y los niños de la Isla. Cuba ya tiene a sus nuevos pioneros. Cuba tiene futuros hombres y mujeres íntegros que serán como el Che.