Daños del bloqueo de EE.UU. a Cuba superaron los cinco mil millones de dólares en último año
El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, denunció este jueves el efecto agravado del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto al país por Estados Unidos, el cual del 1 de marzo de 2023 hasta el 29 de febrero de 2024 causó daños y perjuicios materiales estimados en 5 056.8 millones de dólares.
Esta cifra representa un incremento de 189.8 millones con respecto a la reportada anteriormente, apuntó el canciller, al presentar al cuerpo diplomático y la prensa el Informe de Cuba en virtud de la resolución 78/7 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, titulada “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”.
La cifra representa una afectación aproximada de más de 421 millones de dólares mensuales, más de 13.8 millones de dólares diarios, y más de 575 683 dólares en daños por cada hora de bloqueo.
A precios corrientes, los daños acumulados durante más de seis décadas de aplicación de esta política ascienden a 164 141.1 millones de dólares.
Tomando en cuenta el comportamiento del dólar frente al valor del oro en el mercado internacional, el bloqueo ha provocado perjuicios cuantificables por más de 1 billón 499 mil 710 millones de dólares.
Se estima que, de no existir el bloqueo, el PIB de Cuba a precios corrientes pudo haber crecido alrededor de un 8% en 2023, refiere el documento.
El canciller denunció que, entre marzo de 2023 y febrero de 2024, el gobierno de Estados Unidos mantuvo la política de máxima presión contra Cuba y la aplicación rigurosa del bloqueo económico, comercial y financiero como su eje fundamental.
Dijo que permanecieron invariables las medidas unilaterales con mayor impacto sobre la población y economía cubanas, lo que continuó reproduciendo y agravando los efectos demoledores de este sistema coercitivo unilateral, el más prolongado y abarcador de la historia.
Según lo expuesto en el Informe presentado este jueves, “la inclusión de Cuba en la lista unilateral del Departamento de Estado de EE.UU. sobre países supuestamente patrocinadores del terrorismo; la posibilidad de tomar acción en tribunales de EE.UU. para interponer demandas en virtud del Título III de la Ley Helms-Burton; las sanciones o amenazas de sanciones contra las empresas navieras, transportistas, aseguradoras o reaseguradoras involucradas en el suministro de combustible a Cuba; la persecución intensa y minuciosa a las transacciones financieras cubanas y los consiguientes obstáculos para el suministro de recursos de primer orden; así como la continuidad de otros listados también unilaterales, se confirmaron como las medidas de mayor severidad”.
Los días 29 y 30 de octubre próximos la Asamblea General de las Naciones Unidas considerará el informe de Cuba sobre el bloqueo.
Como cada año, el apoyo de la comunidad internacional será abrumador, una clara y contundente señal para cualquier Administración que resulte de las elecciones de EE.UU., consideró el ministro.
Rodríguez Parrilla aseguró que los problemas de la isla tendrían mejor y más eficaz solución sin el bloqueo.
En los últimos años, y de manera más aguda en los últimos meses, son más notorios los efectos del envejecimiento poblacional y la alta emigración, lo cual sería muy diferente sin el bloqueo, dijo.
De acuerdo con el canciller, al histórico cerco económico, comercial y financiero se sumó una política agresiva de máxima presión implementada por el presidente Donald Trump, que ha sido mantenida durante la administración de Joe Biden.
Se trata de una cruel política de castigo, un crimen de lesa humanidad, un acto de genocidio y una violación flagrante, masiva y sistemática de los derechos humanos de los cubanos, denunció.
El bloqueo es -dijo- el sistema de medidas económicas coercitivas unilaterales más abarcador, completo y prolongado que se haya aplicado jamás contra país alguno.
Las excepciones que existen para las ventas puntuales de alimentos son extremadamente limitadas, discriminatorias y no compensan el efecto destructivo del bloqueo en la economía cubana, afirmó Rodríguez Parrilla.
Refirió, asimismo, que entre enero de 2021 y febrero de 2024, se reportaron 1064 acciones por parte de bancos extranjeros, de negativas a prestar servicios a entidades cubanas para los compras de alimentos, medicamentos, combustible, piezas de repuesto para el sistema electroenergético nacional y bienes de consumo esenciales.
Injustificable permanencia de Cuba en listado de Washington
Durante su intervención, el ministro explicó que, en el mes de mayo de 2024, el gobierno de EE.UU. descontinuó la arbitraria e injustificada práctica de calificar a Cuba como Estado que no coopera plenamente con los esfuerzos antiterroristas de ese país.
Esta decisión unilateral constituía una calumnia más, pero sin impacto práctico al no conllevar medidas económicas coercitivas unilaterales.
Por tanto, fue un paso que no implicó la flexibilización o levantamiento de ninguna de las medidas que forman parte del bloqueo ni de las medidas coercitivas adicionales que se desatan por la presencia de Cuba en la lista unilateral de Estados supuestamente patrocinadores del terrorismo.
Fue una decisión limitada, que hace aún más incongruente, confusa e injustificable la permanencia de Cuba en ese listado de Washington, en el que nuestro país nunca debió figurar, afirmó Rodríguez Parrilla.
Añadió que los anuncios del gobierno de EE.UU. del 28 de mayo de 2024 sobre algunos cambios en el marco regulatorio del bloqueo referido al sector privado, tampoco modificaron el cuerpo fundamental de esta política.
Esos anuncios no eliminan ni modifican las medidas coercitivas que más afectan hoy a la economía cubana y los servicios públicos, y que dañan duramente el bienestar de toda la población, dijo.
De acuerdo con el canciller, el propio entramado del bloqueo y su efecto disuasivo, permiten avizorar dificultades en la materialización práctica de estas disposiciones, máxime si se mantiene a Cuba en la lista unilateral de Estados patrocinadores del terrorismo.
“El gobierno estadounidense ha mantenido en el curso del último año leyes y disposiciones relacionadas con el bloqueo contra Cuba y las tradicionales prácticas para su implementación, sobre la base del objetivo histórico de deprimir la economía y los salarios, generar carencias materiales y daños a los servicios públicos, provocar insatisfacciones y desesperación en la población y subvertir el orden constitucional legítimamente establecido”, denuncia el Informe.
El canciller recordó que estos procederes se asientan en documentos oficiales desclasificados del gobierno de EE.UU., como el memorándum interno del subsecretario de Estado, Lester Mallory, del 6 de abril de 1960, en el que se apuntaba: “(…) hay que emplear rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica de Cuba (…) una línea de acción que, siendo lo más habilidosa y discreta posible, logre los mayores avances en la privación a Cuba de dinero y suministros, para reducirle sus recursos financieros y los salarios reales, provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del Gobierno”.
La arbitraria y fraudulenta inclusión de Cuba en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo que unilateralmente elabora Washington, se confirma como una de las medidas de mayor severidad y más dañinas de la cruel política de castigo que representa el bloqueo, agregó.
Periodo de ofensiva
Durante su intervención, el ministro explicó que, en el mes de mayo de 2024, el gobierno de EE.UU. descontinuó la arbitraria e injustificada práctica de calificar a Cuba como Estado que no coopera plenamente con los esfuerzos antiterroristas de ese país.
Esta decisión unilateral constituía una calumnia más, pero sin impacto práctico al no conllevar medidas económicas coercitivas unilaterales.
Por tanto, fue un paso que no implicó la flexibilización o levantamiento de ninguna de las medidas que forman parte del bloqueo ni de las medidas coercitivas adicionales que se desatan por la presencia de Cuba en la lista unilateral de Estados supuestamente patrocinadores del terrorismo.
Fue una decisión limitada, que hace aún más incongruente, confusa e injustificable la permanencia de Cuba en ese listado de Washington, en el que nuestro país nunca debió figurar, afirmó Rodríguez Parrilla.
Añadió que los anuncios del gobierno de EE.UU. del 28 de mayo de 2024 sobre algunos cambios en el marco regulatorio del bloqueo referido al sector privado, tampoco modificaron el cuerpo fundamental de esta política.
Esos anuncios no eliminan ni modifican las medidas coercitivas que más afectan hoy a la economía cubana y los servicios públicos, y que dañan duramente el bienestar de toda la población, dijo.
De acuerdo con el canciller, el propio entramado del bloqueo y su efecto disuasivo, permiten avizorar dificultades en la materialización práctica de estas disposiciones, máxime si se mantiene a Cuba en la lista unilateral de Estados patrocinadores del terrorismo.
“El gobierno estadounidense ha mantenido en el curso del último año leyes y disposiciones relacionadas con el bloqueo contra Cuba y las tradicionales prácticas para su implementación, sobre la base del objetivo histórico de deprimir la economía y los salarios, generar carencias materiales y daños a los servicios públicos, provocar insatisfacciones y desesperación en la población y subvertir el orden constitucional legítimamente establecido”, denuncia el Informe.
El canciller recordó que estos procederes se asientan en documentos oficiales desclasificados del gobierno de EE.UU., como el memorándum interno del subsecretario de Estado, Lester Mallory, del 6 de abril de 1960, en el que se apuntaba: “(…) hay que emplear rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica de Cuba (…) una línea de acción que, siendo lo más habilidosa y discreta posible, logre los mayores avances en la privación a Cuba de dinero y suministros, para reducirle sus recursos financieros y los salarios reales, provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del Gobierno”.
La arbitraria y fraudulenta inclusión de Cuba en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo que unilateralmente elabora Washington, se confirma como una de las medidas de mayor severidad y más dañinas de la cruel política de castigo que representa el bloqueo, agregó.
Periodo de ofensiva
En el período que abarca el Informe, las acciones de EE.UU. se encaminaron a identificar y perseguir, de manera quirúrgica, las principales fuentes de ingreso de la economía cubana, en aplicación estricta de las disposiciones de la Ley Helms-Burton, incluyendo aquellas que estipulan su alcance extraterritorial.
En ese sentido, el canciller denunció la ofensiva contra el turismo, la alegación de ataques sónicos inexistentes a diplomáticos estadounidenses como justificación para calificar a Cuba como país poco seguro, la persecución de los convenios de cooperación médica internacional, entre otras acciones que responden a un diseño coercitivo perfeccionado, dirigido a impedir la entrada de los ingresos imprescindibles para atender las necesidades crecientes de la población.
Afirmó que todas las dificultades de la sociedad cubana no se deben exclusivamente al bloqueo, pero faltaría a la verdad quien no lo reconozca como el principal obstáculo para nuestro desarrollo.
“Ningún país, incluso con economías mucho más prósperas y robustas que la cubana, podría enfrentar una agresión tan despiadada, asimétrica y prolongada, sin un costo considerable para el nivel de vida de su población, su estabilidad y la justicia social. Ese costo se evidencia hoy en las carencias de todo tipo que enfrentan las cubanas y cubanos, incluyendo de alimentos, medicamentos, combustibles, medios de transporte; así como en el deterioro de otros servicios básicos”, dice el Informe.
El gobierno de EE.UU. despejó cualquier duda respecto a la naturaleza cruel y genocida del bloqueo, cuando utilizó el peor momento de la pandemia de la COVID-19 para imponer medidas coercitivas adicionales a los cubanos, reiteró Rodríguez Parrilla.
Oportunidad para el cambio
Al responder interrogantes de la prensa, el ministro de Relaciones Exteriores consideró que denunciar el bloqueo de EE.UU. en Naciones Unidas, ofrecerá a la Casa Blanca una oportunidad de cambiar su relación con la isla.
Aseguró que será un llamado al presidente Joe Biden a que utilice sus facultades ejecutivas, que son amplísimas, para modificar esa política que heredó del gobierno republicano y que, sin embargo, él ha aplicado con similar rudeza.
El proyecto de resolución que será presentado en la AGNU en octubre demostrará, en opinión del canciller, que los Estados miembros del organismo consideran el bloqueo una política extraterritorial, que daña su soberanía, sus intereses, sus economías, sus empresas y empresarios.
Volverá a demostrar que condenan los daños humanitarios que provoca en Cuba, reiterará que el bloqueo afecta a los ciudadanos estadounidenses y de otros países, que afecta a las familias de cubanos residentes en EE.UU., añadió.
Asimismo, lanzará un mensaje poderoso de orden legal, jurídico, político, moral. “Será muy oportuno, porque apenas unos días después serán las elecciones en EE.UU.”, dijo.
Será, insistió, “una oportunidad para el próximo presidente o presidenta de EE.UU. para reparar una injusticia, para pensar en los daños humanitarios, para ganar credibilidad en política exterior”.
Rodríguez Parrilla subrayó que Cuba siempre ha expresado disposición para tener un diálogo con EE.UU. basado en el respeto mutuo, la igualdad soberana, la no injerencia en los asuntos internos, y en pie de igualdad sobre bases de beneficios recíprocos.
Las autoridades cubanas están en condiciones de debatir asuntos bilaterales “con cualquier gobierno, con cualquier presidente de EE.UU., siempre que sea un diálogo serio y responsable”, concluyó.