El Eclipse Total de Sol de este lunes y qué veremos los cubanos (+ INFOGRAFÍA)
Una simple alineación de tres cuerpos y una coincidencia geométrica hacen que los eclipses solares sean de los fenómenos naturales que más han cautivado y cautivan aún a la humanidad.
Que la Luna sea 400 veces más pequeña que el Sol y a la vez se encuentre 400 veces más cerca que este, hace que, en apariencia, oculte perfectamente (en ocasiones) al Sol durante dicho fenómeno.
Eclipses solares han servido a algunos para “vaticinar” la caída de un imperio ya en decadencia, y también para cambiar nuestra visión del universo. La primera deducción fue fruto de la superstición y la ignorancia; la segunda, resultado de la razón y la curiosidad humanas.
Hoy, también supersticiones pero, felizmente y sobre todo, aproximaciones desde la ciencia y la sensatez, acompañan a este Eclipse Total de Sol, que acontecerá en horas de la tarde y será visible en todo el territorio nacional como un eclipse parcial, según el Instituto de Geofísica y Astronomía de Cuba (IGA)
Imagen elaborada por Raidel Sosa Armas, auxiliándose de la plataforma Stellarium 0.15.2
Muchos están ansiosos por el advenimiento del eclipse, en cuya zona de totalidad –donde se perciba como eclipse total- se podrán observar varios planetas cercanos (en apariencia) al sol, así como el tan esperado cometa 12P/Pons-Brooks. Sin embargo, la «cercanía» al Sol hace que se deba usar equipo especializado y una técnica refinada al contemplar este fenómeno.
Para observar al Sol, desde cualquier punto del globo terráqueo se necesitan filtros potentes y con ellos no se podrá ver ningún otro objeto en el cielo. En caso de retirar dichos filtros para observar los planetas o el cometa, la persona quedará indefensa frente a la peligrosa radiación solar.
Sombras y luces para esta geografía
En esta Isla, el eclipse será visto de manera parcial debido a que la región donde será percibido de manera total es una franja muy estrecha de unos 200 km, donde incide la sombra de la luna.
Lo que incidirá en nuestra región en particular, será la penumbra y no la umbra –el cono proyectado de la sombra más oscura y central formado durante el eclipse. Aun cuando se trata de un Eclipse Total de Sol, se apreciará el cielo con distintos grados de luminosidad en dependencia de donde esté ubicado el observador. En las Antillas Menores, por ejemplo, la luminosidad será la misma de siempre, pero a medida que avanzas al oeste en dirección a la llamada franja de la totalidad, la luminosidad disminuye.
Mirar a la tierra, además de al cielo
Durante la ocurrencia de este fenómeno, es usual dirigir la mirada al cielo, solo unos pocos se percatan de lo que ocurre a su alrededor.
Y, sin duda, también acontecen cambios. Por ejemplo, el comportamiento de los animales, en especial de las aves, es atípico. Al sentir que disminuye la luz incidente, regresan a sus hogares confundidos, creyendo que ha llegado la noche.
Las aves vuelan de regreso al nido pensando que llegó el anochecer. Foto: Igor Zhuravlov / Lasistock
Edmund Halley, mundialmente conocido por predecir el regreso de un cometa que hoy lleva su nombre, designó al estado del tiempo imperante durante el Eclipse Total de Sol observado desde el Reino Unido el 22 de abril de 1715 (3 de mayo del propio año si seguimos nuestro calendario actual) como chill and damp (frío y húmedo).
Le acompañaba toda la razón al sabio inglés, dado que al disminuir la radiación proveniente del Sol sobre una región determinada, en esta se sienten los efectos del crepúsculo vespertino.
Esto no solo ocurre en la pequeña franja en donde se observa el eclipse total. En los lugares cercanos a esa franja también se pueden sentir tales efectos, sobre todo si el mayor oscurecimiento es durante el mediodía porque la variación de temperatura es mayor.
Durante el eclipse anular de Sol acontecido el 14 de octubre del año pasado y visto como parcial desde nuestro país, se sintieron dichos efectos, que impactan en la temperatura, la nubosidad y la velocidad del viento.
El eclipse anular de Sol visto desde La Habana. Foto: Ismael Francisco
Para medirlos fueron utilizados equipos certificados por el Instituto de Meteorología (INSMET) emplazados en la Estación Meteorológica de Güira de Melena. Se utilizaron termómetros para medir la temperatura del aire y del suelo a diferentes profundidades en tanto un heliógrafo determinó la radiación incidente sobre el terreno.
Gráfico de la temperatura generado por la Estación Meteorológica Automática de Güira de Melena, el 14 de octubre pasado. Véase el descenso de 2,4 °C al mediodía durante el máximo oscurecimiento.
Un anemorrumbógrafo registró la dirección desde donde se movió el viento y su velocidad, en tanto un higrómetro midió la humedad relativa en la estación durante el período de tiempo que duró el fenómeno.
En esta ocasión, igual los expertos en el tema de seguro harán sus mediciones, y en ese empeño el quehacer de los observadores meteorológicos será también de suma importancia, como en otras ocasiones ha destacado el Ministerio de Ciencias, Tecnología y Medioambiente.
No mirar sin la debida protección
Vale insistir en los cuidados que han de tenerse para observar el eclipse porque una equivocación en este sentido podría costar muy caro.
Foto: Getty Images
Daños irreversibles en la retina que pueden causar desde disminución permanente de la visión e incluso ceguera; también estrés oxidativo en las células de esa retina, produciendo inflamación y deterioro de la vista, y también quemaduras en la córnea y el cristalino, son los riesgos a los que se exponen quienes piensan que “eso de usar protección es una bobería”.
Y no es una protección cualquiera, nada de gafas de sol comunes, tampoco el plástico oscurecido de las radiografías, ni binoculares, lentes de cámaras fotográficas o telescopios convencionales. Deben ser lentes debidamente certificados que incluyan filtros para la visión directa del Sol y para ello han de cumplir la norma internacional ISO 12312-2.
Una alternativa más viable sería proyectar de forma indirecta la sombra del eclipse y así disfrutarlo. Puede observarse la luz, proyectada en el suelo, que se filtra entre las hojas de los árboles y será una sorpresa agradable.
Foto realizada por el Dr. Bruno Henríquez Pérez, quien fuera presidente de Cubasolar, usando un utensilio de cocina como cámara oscura
*Observador del Instituto de Meteorología y profesor de Física y de Matemática de la Universidad de Artemisa. Integrante de la iniciativa cubana Proastronomía