Eclipses sonoros de Nuevo Sol
En la versión que vemos acá se extraña la música baiana, de suculentas raíces africanas
Lo había notado previamente frente a culebrones brasileños precedentes, pero con Nuevo Sol el cuestionamiento se desbordó. Tratándose de una novela que tiene como protagonistas a dos músicos: Beto Falcón y a Lucía, a un popular defensor del axé y una DJ, Ariela, que según la trama alcanzó reconocimiento por fusionar ritmos típicos de Bahía. ¿Por qué, con la riqueza musical de Brasil, las bandas sonoras de estas telenovelas se colman con tantos temas extranjeros y en inglés?
La espinita por la que se trasmite por estos días en el Canal Cubavisión tomó las sendas de la investigación. Y descubrí, primero, que hubo una banda sonora nacional, para los televidentes brasileños, y otra para su exportación con canciones comerciales y extranjeras, como esta que nos tocó. Eso incluye la canción de apertura, que termina siendo la que identifica la novela.
El tema principal de la versión nacional, “O Segundo Sol”, fue interpretado por los brasileños Cássia Eller y BaianaSystem. Su letra resume el discurso central de Nuevo Sol (Segunda Oportunidad en algunos países de Latinoamérica); las segundas oportunidades están para tomarlas y hacer de nuestras vidas un “nuevo sol”. Habla de un momento en el que aparece un segundo sol para realinear las órbitas de los planetas, de ver dos soles en el cielo y sentir el misterio ardiente de la vida. Se trata de un remix en clave de reggae de una canción de1999 y que ya había sido banda sonora de otras producciones como Malhação (1999) y Tempos modernos (2010). No es lo único que se recicla en Nuevo Sol. No porque el poder del conglomerado brasileño haya mermado, sino por su interesado rejuego con la nostalgia, con el anhelo por lo ya consumido, de reavivar sinergias con otros éxitos y marcas asentadas ya en el imaginario.
Mientras, los 135 capítulos de la versión internacional abren y cierran con el tema «Swing All the Colors» interpretado por eI dúo italiano I Koko, integrado por Teresa Lannello, «La Tia» y Paolo Valli, «El Niño». El tema fue grabado a pedido de la propia TV Globo para formar parte de la banda sonora de Nuevo Sol. Es una versión de la canción «Swing da cor», de la estrella del pop latino Daniela Mercury. Los de I Koko habían llegado en 2017 a Brasil, donde crearon un disco para la Sony titulado “Back on the Top”. El álbum contiene el sencillo del mismo nombre que se convirtió en la canción insignia de la serie de televisión más exitosa de ese año en la programación de TV Globo, «Pega Pega», vendida en más de 45 países.
Segundo Sol, título original del teledrama producido por TV Globo, se transmitió desde mayo hasta noviembre de 2018. Contó con la dirección artística de Dennis Carvalho, al frente de la realización de otras novelas televisadas aquí como Una Mujer llamada Malú, Vale Todo, Paraíso Tropical, Insensato Corazón y Mujeres Ambiciosas. Fue creado por João Emanuel Carneiro, un guionista también conocido por los televidentes cubanos por novelas como La Favorita y Avenida Brasil. Experimentado en reutilizar los modelos, las fórmulas y sortilegios que ha probado efectivos para enganchar a las teleaudiencia; con efectismos, extravagantes puntos de giro y excesivas peripecias de los villanos. Con tal de mantener la tensión de la historia, aunque llegue a violentar la cohesión dramatúrgica y nos atragante con pasajes inverosímiles.
Como resumió un comentarista local : “Después de una escalada de sordidez y vileza, el escritor de Avenida Brasil (su gloria) y Las reglas del juego (su mayor ocaso), vuelve al modelo que lo catapultó en su debut como novelista titular: sol, playa y melodrama”. Con un “novelón de manual”, “lleno de ‘citas’, ‘inspiraciones’, lugares comunes, incluso auto-plagios, el folletín se articula y fluye con seguridad”.
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De lo que resulta una endeble construcción de los personajes que son músicos. Emilio Dantas no convence como cantante de axé, aunque se arrope de la imagen de Carlinhos Brown, con sus disfraces estrafalarios y proyección escénica, los que por cierto nunca más retoma. Pese a que Dantas es un intérprete reconocido en Brasil, con un disco producido en el año 2014 y de varias colaboraciones con artistas brasileros.
En los primeros capítulos, ambientados en el Salvador de bahía de 1999, se nos presenta a Beto Falcão. Tras una lluvia de dorados confettis que parece representar la apoteosis de su éxito, se abre el plano y descubrimos la verdad; falla el background y Beto no puede seguir “cantando” su único hit ante los tres gatos que se reunieron para verlo. Todo es mentira y su éxito es pura ilusión. En la segunda fase, 20 años después, parece más galán que músico de bahía; lo vemos unas veces con la guitarra y otras en el estudio, pero la mayor parte del tiempo se le ve fuera de eso.
Giovana Antonelli, la Anita Garibaldi de Siete mujeres y la Alicia Tanaka de Sol Naciente, tampoco convence como la cantante silvestre de un paraje tropical, alejado de la metrópoli. “La ‘sofisticación’ se le sale por los poros”. Le queda mejor la representación de Ariela, la DJ pulida en la fría Islandia.
Otro tanto, pasa con Manu y con Ícaro que en unos capítulos nos sorprenden con que saben tocar instrumentos, que son apasionados de la música que hace Beto, aunque nunca antes, ni después, lo veamos ensayando, ni con unos audífonos tan siquiera. Los son solo cuando encaja con la solución que precisa Carneiro, lo que importa es la trama que provoque y avance, lo que vale es rating.
La experiencia con la música termina siendo un relleno o se instrumentaliza como recurso técnico, para crear atmósferas, reafirmar el perfil de los arquetípicos personajes, o paramodular el tono grave y en muchos tramos retorcido de la trama.
La Bahía que se nos vende tiene brillo, sí, colores vivos y paradisíacos paisajes. Hay ritmo, capoeira, gastronomía típica (acarajé, pan “delicia”, aceite de palma) y muchas postales. Algunas de las escenas fueron grabadas en Salvador, en barrios como Barra y Pelourinho. La Cruz do Pascoal, un monumento que marca Santo Antônio Além do Carmo, apareció en varias de las escenas. La colorida escalinata en la Terceira Travessa Ademário Pinheiro, en el barrio Nordeste de Amaralina, se ve en la apertura de la telenovela. Pero desde una mirada superficial, de realizadores que fueron hasta allá a refrescar las pantallas, en busca de exóticas pinceladas, distintas al manido escenario urbano de Sao Paulo y Río de Janeiro.
No es la primera novela que ha tenido como escenario a esta región del nordeste brasileño. A propósito, se recordó la primera, Verão Vermelho, exhibida entre 1969 y 1970. Se enumeran, además, Gabriela (1975), Rosa Baiana (1981), Terras do Sem-Fim (1981), Porto dos Milagres (2001), O Canto da Sereia (2013) y Velho Chico (2016). Más dos televisadas en Cuba: Renascer (1993) que tuvo algunos capítulos con locaciones en Salvador y Paraíso Tropical (2007) con grabaciones en el Mercado Modelo, Elevador Lacerda y Pelourinho. Sin embargo, se dijo que la capital bahiana nunca había aparecido en la novela de las 8 (9). Lo que algunos vieron como una respuesta a la drástica caída del rating en esa ciudad del nordeste brasileño.
En su momento, no pocos críticos y activistas señalaron la poca presencia de actores negros en una historia ambientada precisamente en el segundo estado con más afrodescendientes del Brasil y una ciudad tan marcada por su cultura. Incluso, el Ministerio Público del Trabajo instó a la Globo a hacer los ajustes necesarios.
La novela tuvo un prestreno en la capital bahiana el 14 de mayo de 2018 en el Teatro Castro Alves donde se presentaron varios artistas emblemáticos de la música local, entre ellos: Filhos de Gandhy, Armandinho, Dodô y Osmar, Luiz Caldas, Ilê Aiyê, Márcia Short, Olodum, Margareth Menezes, Timbalada y Saulo. Una de ellas, Margareth Menezes, icono de afropop bahiano, lideró la delegación brasileña que participó en las actividades centrales de la más reciente Feria Internacional del Libro.
Al menos, en la que vemos acá se extraña esa música baiana. Se desaprovecha la oportunidad de presentarnos la riqueza cultural y musical de Bahía. Como la propia historia del axé; un movimiento musical surgido en este estado en la década de 1990, que alcanzó la madurez en la década siguiente y se diseminó no solo en Brasil, sino también en gran parte de Suramérica. Un género enraizado en varios movimientos musicales como la samba, el frevo, el funk carioca y el reggae; impulsado por la fuerza de los ritmos afro como el ijexá y brasileros como el maracatú y la samba que caracterizan el Carnaval de Salvador Bahía. Como otro tantos los ritmos brasileros, este se destaca por su capacidad para transmitir alegría y movilizar a la gente hacia las pistas de baile. Haciéndole honor al término yoruba que significa energía y fuerza vital, y que devino un saludo para los practicantes del candomblé y en la umbanda (culto religioso bahiano).
Supimos que en la segunda parte de la versión local se incluyeron varios de los hits que sonaron en la primera etapa de la historia, con exponentes brasileños como: “Baianidade Nagô” de – Maria Gadú (tema de Lucía y Beto), “Rational culture” de Tim Maia (tema de Néstor y Naná) y “Sal na pele” de Luís Lobianco / Thalita Carauta (tema de Clóvis y Gorete). Más otras defendidas por exponentes emblemáticos del gigante suramericano: “Um Canto de Afoxé para o Bloco do Ilê por Caetano Veloso / Tom Veloso / Moreno Veloso / Zeca Veloso, “Afogamento” por Roberta Sá / Gilberto Gil y “O que seria” por Carlinhos Brown.
Lamentamos la política establecida de TV O Globo de armar una banda sonora con exponentes extranjeros. Recordemos que en la novela El otro lado del paraíso se escucharon temas como “Blaze of Glory” de Bon Jovi, “La Gozadera” de Gente de Zona junto a Marc Anthony. Nos perdemos así, la riqueza musical de una cultura mestiza como la nuestra, de una de las tres grandes potencias de la música popular en el mundo, junto a Estados Unidos y Cuba.
Se dice que Roque Santeiro (1985) fue la primera telenovela en quebrar el formato «nacional-internacional» y que la banda sonara más vendida fue la de El rey del ganado, concerca de 1,6 millones de copias vendidas. A través de estas versiones internacionales se difundió el movimiento “Made in Brazil”, en el que cantantes brasileños cantaban en inglés.
Son los impactos de la preponderancia del interés empresarial sobre el cultural, de vender mercancías sobre el de defender el arte o una identidad. Bajo esos eclipses andamos.