Ciencia y tecnología

La Tierra lanza su SOS

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El 2023 fue el año más cálido en el planeta desde que existen esos registros. La temperatura media mundial cerca de la superficie fue de 1,45 °C por encima de los niveles preindustriales.

Así lo recoge un nuevo informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) publicado hace solo días y cuyos datos son para alarmar a cualquiera.

No por gusto Celeste Saulo afirmaba en Ginebra al  dar a conocer ese documento a la prensa: «Como secretaria general de la Organización Meteorológica Mundial, estoy dando la voz de alarma sobre el estado del clima mundial».


Foto: Martial Trezzini Keystone / AP

Y si lo pasado ya asusta, lo que viene no pinta mejor. La ONU alerta sobre la «alta probabilidad» de que en este 2024 también se registren temperaturas récord, convirtiendo al actual año en el más caluroso de la historia.
Al respecto, el secretario general de la ONU, António Guterres, afirmaba que el planeta está «al límite», a la vez que pedía a los líderes que acometieran acciones urgentes y radicales para «evitar lo peor».

«La Tierra está haciendo una llamada de auxilio. El último informe del Estado del Clima Global muestra un planeta al límite», sentenció  el alto directivo.
 


Foto: Javier Carrión / AGM

Motivos para un pedido de auxilio

Desde hace más de medio siglo, la humanidad conoce gracias al quehacer científico sobre el cambio climático y sus peligros, pero ya ha dejado perder muchas oportunidades.

Foto clima 4 Imagen: tomada de Slideshare

Si no es por el presente, al menos por las generaciones que vendrán, ya debían de tomarse cartas en el asunto desde el modo más comprometido y responsable.

Los motivos para la urgencia resultan más que evidentes y públicos:

– Más del 90% de los océanos sufrieron el año olas de calor con un serio impacto negativo en los ecosistemas marinos y los arrecifes de coral

– Los glaciares sufrieron la mayor pérdida de hielo registrada desde 1950, con un deshielo extremo tanto en el oeste de Norteamérica como en Europa
 


Foto: Kerstin Langeberg

– En particular, la pérdida de hielo marino antártico fue el año pasado la más baja de la que se tiene noticias: un millón de kilómetros cuadrados menos que el año 2022, también récord en este orden. La masa de hielo perdida equivale al tamaño de Francia y Alemania juntas

– Las concentraciones de los tres principales gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, metano y óxido nitroso) continuaron aumentando el año pasado, rebasando los niveles récord de 2022


Foto: tomada de thefoodtech.com

– Al retroceso de los glaciares se añade la acidificación de los océanos y el aumento del nivel del mar

-Olas de calor, inundaciones, sequías, incendios forestales y la rápida intensificación de los ciclones tropicales siembran desolación e incertidumbre, afectando el vivir de millones de personas y ocasionando pérdidas económicas multimillonarias a nivel global


Foto: Flirck

De las peores caras de la tragedia

Sin dudas, la crisis climática es de los desafíos mayores que hoy enfrenta la humanidad, y lo peor es que trae como adjunto una acentuación de las desigualdades.

Atenta contra la resiliencia y genera nuevos riesgos entre las poblaciones ya de por sí más vulnerables.

Es así que se acentúan la inseguridad alimentaria, la falta de agua potable, los desplazamientos de poblaciones, el incremento de la morbilidad y la mortalidad.
 


Foto: tomada de un.org

Tan solo en el tema de la inseguridad alimentaria debe recordarse que hoy la cantidad de quienes padecen inseguridad alimentaria aguda en todo el mundo alcanzaba el año pasado unos 333 millones de personas en 2023.

No obstante tanto cataclismo, la ONU y otras entidades internacionales no abandonan el optimismo.

La OMM, por ejemplo, apuesta por la generación de energía renovable, impulsada sobre todo por las fuerzas dinámicas de la radiación solar, del viento y las aguas.

Sustentan sus esperanzas en que, por ejemplo, el año pasado aumentó casi el doble el empleo de dichas energías con respecto al 2022.

En su mensaje, emitido en video a propósito de la presentación del informe de la OMM, el propio Guterres se concentró en ofrecer alternativas «para evitar lo peor del caos climático».


Foto: Internet

Insistía en variar «la velocidad del cambio climático con una acción climática radical». Para ello, igual instaba a acelerar el fin de la era de los combustibles fósiles e impulsar la tantas veces invocada impulsando la transición energética.

Hablaba de establecer planes climáticos nacionales antes de 2025 y de financiar la protección climática de los países en desarrollo, así como de establecer, antes de 2027, un sistema de «alerta temprana» que proteja a toda la población terrestre, y dotar con recursos que calificó de significativos los nuevos fondos para daños y pérdidas. 

«Aún hay tiempo para lanzar un salvavidas a la gente y al planeta, y los líderes deben dar un paso y actuar ya», enfatizó.

Pero no basta con la buena voluntad para alcanzar esas necesarias modificaciones en los modos de vida de las naciones y las familias.

Hacen falta los recursos mencionados por el Secretario General de la ONU, y muchos otros, que precisamente poseen quienes más contaminan y atentan contra el planeta.


Foto: AFP
 

Y una parte de esos poderosos, en vez de mirar y actuar a favor de este panorama global, paradójicamente invierten sus recursos en guerras y empeños inútiles.

Habrá que confiar, una vez más, en la sensatez que aun sobrevive, antes que quede calcinada por las altas temperaturas del egoísmo, las ambiciones y la falta de humanidad.

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