Irán puede ser un actor económico importante en el modelo de desarrollo cubano
«Aspiramos a que Irán se convierta en un actor económico importante dentro del modelo de desarrollo de Cuba», afirmó ayer el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, a representantes del empresariado de este país.
Este martes, el Jefe de Estado, junto a la delegación que lo acompaña, intercambió con cerca de 200 empresarios y empresarias de la República Islámica de Irán, sobre las oportunidades de negocios y condiciones e incentivos que Cuba ofrece al capital iraní.
El llamado que hicieron el lunes el líder de la Revolución Islámica de Irán, Ayatola Seyed Ali Jamenei, y el presidente iraní, Ayatola Seyyed Ebrahim Raisi, dirigido a impulsar las relaciones económicas y comerciales con la Mayor de las Antillas, ha sido, sin duda, un incentivo adicional.
La sala preparada para la ocasión fue desbordada, obligando a algunos hombres de negocios a permanecer de pie. El numeroso quorum llevó a decir a Díaz-Canel que la convocatoria había sobrepasado las expectativas que traía la parte cubana.
Tras repasar los sectores priorizados en el Plan de Desarrollo Económico y Social cubano y el régimen jurídico para la inversión extranjera, el Jefe de Estado aclaró que, además de estos, «Cuba está abierta a cualquier tipo de modelo de negocios en materia de cooperación e inversión que propongan los empresarios iraníes».
De acuerdo con el sitio de la Presidencia, el intercambio contó con la asistencia y participación del vicepresidente iraní para la Ciencia y la Tecnología, Ruhollad Dehghani Firouz Abadi, y el ministro de Salud y Educación Médica, Bahram Eynollahi, copresidente de la Comisión Intergubernamental Irán-Cuba, entre otros directivos del gobierno del país persa relacionados con la industria y el comercio.
El titular de Energía y Minas, Vicente la O Levy, informó sobre las oportunidades de inversión en sectores como el petróleo, la energía eléctrica, las fuentes renovables, la producción niquelífera y la fabricación de equipos de alta eficiencia energética, entre ellos los electrodomésticos.
El de la Agricultura, Ydael Pérez Brito, abundó en las potencialidades en la producción de granos, café y caña de azúcar, así como en la ganadería, incluidos huevo, pollo de ceba, ganado menor y otras carnes, áreas en las que los iraníes tienen vasta experiencia y reconocimiento internacional. También se refirió a equipos de riego, fertilizantes y pesticidas.
El presidente del grupo empresarial BioCubaFarma, Eduardo Martínez Díaz, hizo una presentación sobre las capacidades de exportación y ofertas de productos biotecnológicos y farmacéuticos, así como de las potencialidades en la producción cooperada, una de las áreas más emblemáticas de la colaboración entre Cuba e Irán, a partir de los vínculos de las instituciones científicas con el Instituto Pasteur, de Irán.
En la presentación de las oportunidades de negocios que ofrece Cuba, participaron el miembro del Buró Político y canciller, Bruno Rodríguez Parrilla; el ministro de Turismo, Juan Carlos García Granda; la viceministra primera de Salud Pública, Tania Margarita Hernández Cruz; el presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, Antonio Rodríguez Rodríguez; la viceministra del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Déborah Rivas Saavedra, y la vicecanciller Anayansi Rodríguez Camejo, entre otros miembros de la delegación.
La parte antillana informó sobre la apertura a la inversión extranjera del comercio mayorista y minorista, un sector en el que es conocida la experticia de los hombres y las mujeres de negocios de este país del golfo Arábigo-Pérsico.
Al abrirse el debate, más de media docena de empresarios iraníes, entre ellos líderes de grandes corporaciones, mostraron su disposición a invertir en Cuba en los sectores priorizados, y en otros.
Pusieron sobre la mesa posibles negocios para explotar las colas de las fábricas de níquel y cobalto de Holguín, la oferta de equipamiento para la generación eléctrica y varias industrias, la exportación de máquinas y herramientas y otros bienes. También fue patente la intención de invertir en determinadas áreas de la agricultura, el comercio y los servicios.
Díaz-Canel fue tomando nota de cada una de las propuestas del empresariado iraní, y subrayó las potencialidades que se abren para ambas partes, desde el beneficio común.