El tesoro de Guaqueyes
Cuentan que en el año 1925, tres amigos bebían en un bar de Caibarién cuando llegó el joven Pepe Castro con un mapa raído de lo que parecía ser la ubicación de un tesoro.
Después de conversar acordaron partir esa noche en busca de la fortuna. Prepararon una cachucha con provisiones para la aventura, y salieron a la mar.
Los cuatro mozalbetes siguieron la descripción del mapa y llegaron hasta Guaqueyes, al sur de Cayo Fragoso, en Punta de Palo.
En Guaqueyes encontraron un rancho viejo para pasar la noche. A las cuatro de la mañana ya estaban en pie, colaron café, y mapa en mano fueron en busca del tesoro.
Las disposiciones del viejo plano los llevó hasta una laja grande que tenía un mapa de Guaqueyes, con un canarreo y una laguna pequeña, una uva caleta y frente una lomita y ahí pintaban una botija.
Pepe y sus amigos cavaron en el lugar un hueco profundo, cuando ya estaban muy cansados, de pronto sintieron un golpe de marea muy fuerte, por el hueco empezó a brotar agua, la tierra comenzó a temblar y la arena que habían sacado, durante la excavación volvió a su lugar.
Los jóvenes corrieron despavoridos, se detuvieron para tomar aliento, y a lo lejos vieron como dell lugar del enterramiento salía como una bola gigante azul que se elevó al cielo.
Pepe y sus amigos jamás regresaron a Guaqueyes, pero contaron su aventura una y otra vez hasta que se convirtió en una de las leyendas de Caibarién.
Fuente:
-Leyenda narrada por el historiador Ramón Rodríguez (Richard), en el espacio televisivo «La hora popular», de CNTV, Caibarién.
