Arbovirosis, la historia repetida
Mucho se ha hablado de la percepción de riesgo, pero todavía no es suficiente, aunque todo el mundo sabe que el dengue mata.
Dicen que las cifras aburren; sin embargo, en este caso ilustran un panorama real, porque los datos ofrecidos por el jefe del Departamento de Vigilancia Entomológica del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología (CPHEM), licenciado Wilfredo Castañeda López, son precisos y advierten sobre los peligros de un mosquito que llegó hace años a Villa Clara, y, al parecer, no pretende emigrar.
Al término de la reciente semana de control y lucha antivectorial, se mantiene la transmisión del virus del dengue en cuatro áreas de Salud de Santa Clara: Chiqui Gómez, Marta Abreu, Santa Clara y Capitán Roberto Fleites (Malezas), unidas a las dos de Sagua la Grande (Mario A. Pérez e Idalberto Revuelta).
Si bien la tendencia en las últimas ocho semanas es a disminuir el riesgo, en la provincia continúa reportándose un índice de infestación elevado (0.88 % de 0.05 permisible), con un total de 890 focos. Las alarmas se encienden en los municipios de Santa Clara, Placetas y Cifuentes, aunque la presencia del vector se reporta en la totalidad de la demarcación.
Se mantiene muy elevado el número de manzanas reiterativas y en 17 centros de trabajo se aplicaron las correspondientes multas por incumplimiento del autofocal. En este sentido, impera el llamado a los administradores a no confiarse y controlar el funcionamiento de las brigadas autofocales laborales.
Al valorar el estado del territorio en años anteriores, siempre aparece entre los de mayor incidencia. A tal punto que en 2021, cuando se reportó el mayor número de focos de los últimos 15 años en el país, la provincia figuraba entre las que acumulaban el 71.1 % de la focalidad, junto a Santiago de Cuba, La Habana, Holguín, Camagüey y Matanzas. En 2023 la historia se repite.
Mucho se ha hablado de la percepción de riesgo, pero todavía no resulta suficiente aunque todo el mundo sabe que el dengue mata.
Ahora se unen una serie de factores que conspiran, como la falta de combustibles y de otros insumos para asumir la fumigación y la deficiente recogida de desechos sólidos, mientras los microvertederos crecen en la ciudad, incluso en zonas céntricas.
Sume, además, las irregularidades en el abasto de agua, lo que lleva a acumular el líquido, porque se desconoce cuándo será la próxima entrega.
Estas realidades golpean día a día, aunque también debo llamar la atención sobre nuestra responsabilidad ciudadana. Cada uno debe convertirse en protagonista ante un panorama sanitario tan preocupante.
