Cultura

Las críticas al negocio de la música (I)

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Sinéad O’Connor se recordará  por siempre por su video «Nothing Compares 2 U»,  por su estilo,  voz increíble y un espíritu completamente indomable

Recien falleció Sinéad O’Connor. La cantante  irlandesa se recordará  siempre por su video de  «Nothing Compares 2 U«,  con su cabeza rapada  y enormes ojos rebosantes ya de  ira o de inocencia, por su estilo y  su energía punk, por su voz increíble y espíritu indomable. Fue irreverente por más de cinco décadas., desafió las normas establecidas y le plantó cara a los poderosos, a la Thatcher  y  al mismísimo Juan Pablo II. Se negó a tocar el himno estadounidense en un espectáculo en Nueva Jersey, por lo que le  llovieron críticas de personajes públicos como Frank Sinatra.Mantuvo un profundo compromiso social y político, feminista y antibelicista,  como pude apreciarse en  el documental «Nothing Compares» de Kathryn Ferguson. 

También luchó contra los prejuicios y la censura en la industria musical  mainstream. La castigaron por no encajar, por encarar  públicamente a los magnates  que dictaminan lo “políticamente correcto” en este  Olimpo de los famosos. No quiso ser una estrella del Pop, confesó. Fue una artista rebelde que criticó el “negocio de la música”. Quiso brillar por su talento musical, no por su apariencia.

https://www.cubahora.cu/blogs/candil-del-clip/encantar-o-cantar-bienquestion-i

A raíz de su muerte el pasado  26 de julio, y más acorde con  la  actitud a contracorriente de la  O’ Connor,  el cantante y compositor británico Morrissey publicó en su bloguna carta estremecedora por sincera  y completamente detractora de la Industria:

“Tenía tanto de ella para dar. Su sello la dejó caer después de vender 7 millones de álbumes para ellos. Se volvió loca, sí, pero poco interesante, nunca. Ella no había hecho nada malo. Ella tenía una vulnerabilidad orgullosa… y hay cierto odio en la industria de la música hacia los cantantes que no ‘encajan’ (esto lo sé muy bien), y nunca son elogiados hasta la muerte, cuando, finalmente, no pueden responder. El cruel corralito de la fama rebosa de elogios para Sinéad hoy… con las habituales etiquetas tontas de ‘icono’ y ‘leyenda’… La elogian ahora porque es demasiado tarde. No tuvieron las agallas para apoyarla cuando estaba viva y los estaba buscando. La prensa etiquetará a los artistas como plagas por lo que ocultan… y llamarían a Sinead triste, gorda, chocante, loca… ¡ay, pero hoy no! Los directores ejecutivos de la música que pusieron su sonrisa más encantadora cuando la rechazaron para su lista están haciendo cola para llamarla un ‘ícono feminista’, y las celebridades de 15 minutos y los duendes del infierno y las discográficas de diversidad excitada artificialmente están entrando en Twitter para tuitear su jibber-jabber… cuando fueron USTEDES quienes convencieron a Sinéad de que se rindiera… porque ella se negó a ser etiquetada, y fue degradada, como siempre son degradados los pocos que mueven el mundo” (sic).

Como para confirmar la tendencia, el exlíder de The Smiths   nombró otras artistas que fueron víctimas de este ecosistema  de  adoración efímera: “¿Por qué ALGUIEN se sorprende de que Sinéad O’Connor esté muerta? ¿A quién le importó lo suficiente como para salvar a Judy Garland, Whitney Houston, Amy Winehouse, Marilyn Monroe, Billie Holiday? ¿A dónde vas cuando la muerte puede ser el mejor resultado? ¿Esta locura musical valió la vida de Sinéad? No”.

“Ella fue un desafío y no podía ser encerrada, y tuvo el coraje de hablar cuando todos los demás permanecieron en silencio de manera segura. Fue acosada simplemente por ser ella misma. Sus ojos finalmente se cerraron en busca de un alma que pudiera llamar propia. Como siempre pierden el punto culminante, y con las mandíbulas trabadas regresan al “icono” y la “leyenda” insultantemente estúpidos cuando la semana pasada las palabras mucho más crueles y despectivas lo habrían hecho”, afirmó el autor de “Bigmouth Strikes Again”.

https://www.cubahora.cu/blogs/candil-del-clip/encantar-o-cantar-bienquestion-ii


Sinéad Marie Bernadette O’Connor nació  en Dublín en 1966, fue educada en el estricto catolicismo irlandés y quedó marcada desde pequeña por la mala relación entre sus padres. “Crecí con muchos traumas y abusos. Luego entré directamente en la industria musical y nunca aprendí realmente cómo hacer una vida normal”, contó ella misma en el libro de sus memorias.

Con 15 años, luego de que la atraparan robando en una tienda, fue enviada a un reformatorio dirigido por las Hermanas de Nuestra Señora de la Caridad. “El lugar donde las chicas lloran”, cual  lo calificara O’Connor. Allí fue donde entró en contacto con la música, después de que una monja la escuchara cantar “Evergreen” de Barbra Streisand e, impresionada con su talento, le comprara una guitarra y le pusiera en contacto con un maestro. Recurrió a la música en busca de consuelo. Por aquellos días, fue descubierta por el baterista de la banda In Tua Nua, mientras cantaba en una boda.

Con sus primeros demos llamó la atención de la industria musical y firmó con el sello Ensign Records. El proceso de grabación de su álbum debut fue complicado, por sus diferencias con el productor Mick Glossop  y porque  quedó embarazada del batería John Reynolds, La respuesta de la discográfica fue presionarla para que abortara. Ella se negó y su primer disco The Lion and the Cobra acabó viendo la luz en 1987. Con él se ganó su nominación al Grammy, en la categoría de Mejor Interpretación Vocal Rock Femenina.

Los directivos de Ensign Records la presionaron igualmente para que tuviera un aspecto más femenino, que  se dejara el pelo largo y vistiera con minifalda. Su melena, contó, le había causado problemas previamente, en su familia. “Cuando yo tenía el pelo largo nos presentaba como su hija guapa y su hija fea. Por eso me corté el pelo, no quería ser guapa”, expuso en un entrevista. Pero esta  no  fue la única razón: “Era peligroso ser guapa porque me violentaban y me acosaban allá donde iba. No quería que me acosaran, no quería vestirme como una chica, no quería ser guapa, Hasta las chicas te pegaban por ser guapa”.

Tales presiones dejaron una profunda huella en su vida  y su reacción fue raparse la cabeza, tal como la recordaremos y apareció en el icónico  video de «Nothing Compares 2 U«.

Esta  canción y su video la catapultaron  a la fama mundial en 1989. Aunque ella no lo buscara. “Sinéad O’Connor nunca pretendió ser una estrella del pop. Realmente era una cantante protesta”, dijo ella misma en una entrevista de 2021. “Me metí en la música como terapia, por eso me chocó tanto convertirme en una estrella del pop”, reconoce la propia O’Connor en el documental Nothing Compares.

«Nothing Compares 2 U» había sido compuesta por el estadounidense Prince, quien  la grabó en 1984, pero no la lanzó. En cambio, se la dio a The Family, una banda de funk de su propia disquera que la lanzó en su primer y único álbum.

Sinéad O’Connor la grabó con un arreglo completamente diferente con meticulosa distribución  de emociones, como fue reconocida por la crítica. Bill Lamb de About.com escribió que “la interpretación visceral/emocional de O’Connor la convirtió en un clásico. Una perdida dolorosa encuentra una increíble belleza vocal y un sutil arreglo instrumental”. Matthew Hocter de Albumism la describió como una canción “profundamente enraizada en emoción y desespero que llevaría a O’Connor y a la misma a uno de los momentos más inolvidables de la historia de la música”.  Por su parte, Tom Ewing de Freaky Trigger la destacó como una canción “muy sobrecogedora, que captura la quietud, ira y devastación de un duro rompimiento con suma exactitud”

Se  incluyó en el segundo fonograma de la artista I Do Not Want What I Haven’t Got  que vendió millones de copias en todo el mundo y le valió para ser reconocida con un Grammy a Mejor Álbum de Música Alternativa.

Fue nominada en otras tres categorías de tan publicitado premio, pero O’Connor se negó a aceptarlos. “No acepto premios que se me hayan concedido por mi éxito material los Grammy se dan al disco que más ha vendido, pero no al mejor artísticamente hablando. No me interesan. No quiero tomar parte en nada que anime a la gente a creer que el éxito material es importante, especialmente si eso representa que te has de sacrificar personalmente para obtenerlo”, se pronunció  entonces.

Con solo 21 años, la noche del 22 de febrero de 1989, durante  una de las galas de la   31ª entrega de los Premios Grammy,  y en la que sería su primera presentación en televisión estadounidense, sorprendió a los mandamases de la industria con  un performance de protesta. Cuando se disponía a interpretar su tema «Mandinka», O’Connor apareció en el escenario, con el cabello casi rapado, luciendo una camiseta de tirantes negra y unos vaqueros bajos rasgados. En el costado de su cabeza rapada un enorme punto de mira,  el logo dela banda de rap  Public Enemy.

Se manifestaba contra los ejecutivos de su sello discográfico le habían amenazado al quedarse embarazada de su hijo Jake, alegando que ser madre era incompatible con tener una carrera musical.  Ella se sentía  en el punto de mira, tal y como los negros discriminados en los EE. UU.. Al mismo tiempo, se solidarizaba con Public Enemy y  apuntabacontra lacensura hacia el rap por parte de la Recording Academy que, aunque entregó  un premio a la Mejor Interpretación de Rap, decidieron no televisarlo. No fue la única vez que lo hizo.

Su valiente postura en defensa del rap, por la justicia y la equidad en la música, dejó una marca indeleble en  artistas como Flavor Flav.  El rapero, hablando en nombre de banda dijo que la noticia de su fallecimiento le rompió el corazón y a continuación declaró: «Ella era un gran pilar de Public Enemy y una leyenda que nos dejó demasiado pronto. Mis condolencias a su hijo y familia”.

Imagen: tomada de Internet.

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