Ecuador decidirá entre modelos contrapuestos, advierten desde Europa (+Foto)
La candidata a asambleísta en el exterior Esther Cuesta advirtió hoy que los ecuatorianos tendrán ante sí en las elecciones generales del 20 de agosto la oportunidad de pasar la página de un país abandonado y sin esperanzas.
“Nos tocará decidir en las urnas: o un gobierno de muerte o uno de derechos”, precisó en entrevista con Prensa Latina la aspirante por el movimiento Revolución Ciudadana 5 (RC5) a un curul por Europa, Asia y Oceanía, que ya poseía cuando el presidente Guillermo Lasso optó en mayo por disolver la Asamblea Nacional.
De acuerdo con la política, se trata de escoger entre modelos contrapuestos, uno de violencia, inseguridad y nueva ola migratoria, legado por el neoliberalismo representado por Lenín Moreno (2017-2021) y los dos años de gestión de Lasso, y otro al servicio de las personas y garante de derechos.
Desde la RC5 proponemos salidas a los grandes problemas de Ecuador para enrumbarnos hacia el progreso y el bienestar, subrayó.
En ese sentido, Cuesta recordó que con la presidencia de Rafael Correa, entre 2007 y 2017, el país sudamericano ya transitó por un camino de garantías y de protección de los derechos de los ecuatorianos de dentro y fuera de la patria.
Con la experiencia acumulada, daríamos continuidad a ese proceso, profundizándolo, afirmó la candidata, quien recordó que el binomio presidencial de cara a los comicios del 20 de agosto lo integran Luisa González (presidenta) y Andrés Arauz (vicepresidente).
Ecuador sufre un abandono evidente, en las escuelas, las universidades, las carreteras y los hospitales sin medicinas, con la desnutrición infantil y una violencia indiscriminada, denunció.
A propósito de la violencia imperante, explicó a Prensa Latina que la tasa de homicidios cerrará el año en 34 por cada 100 mil habitantes, mientras el año pasado fue de 26.
Para ilustrar el desafío, señalamos que durante los gobiernos de Correa y la Revolución Ciudadana este indicador se comportó muy diferente, y en 2016 la tasa se situaba en cinco, bien lejos de la media de América Latina entonces (17), abundó.
Asimismo, lamentó que la nación sudamericana enfrente una nueva ola migratoria, un éxodo de seres humanos en condiciones mucho más precarias, ante el cual llamó la atención sobre el hecho de que los ecuatorianos prefieran arriesgar su vida a aceptar la falta de oportunidades y de acceso a la salud, la educación y a un futuro digno para sus hijos.
Para Cuesta, el país lidiará en poco más de dos semanas con un momento decisivo para el presente y el futuro de su habitantes y de quienes residen en el exterior.