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¿Influyen las primeras etapas de la vida en la salud de los adultos?

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Aceptado hoy por la comunidad científica internacional, el denominado concepto sobre los Orígenes en el Desarrollo de la Salud y la Enfermedad (DOHaD, por su sigla en inglés) plantea que la exposición a condiciones ambientales adversas en la vida temprana (mala nutrición, estrés, enfermedades, experiencias infantiles adversas) puede traer consecuencias desfavorables para la salud a corto y a largo plazos.

Ello fundamenta la importancia de recopilar toda la información posible referida a la etapa perinatal y de la niñez y la adolescencia, con la finalidad de identificar aquellos factores que tienden a favorecer o a perjudicar el bienestar general de los individuos en la adultez.

Cuba es uno de los pocos países que dispone de un amplio conocimiento sobre el tema, al contar con una valiosa base de datos, obtenida a partir del Estudio Nacional de Cohorte del Niño Cubano, efectuado hace 50 años.

Dirigida por el Ministerio de Salud Pública (Minsap), en la primera semana de marzo de 1973 se realizó una investigación con todos los niños nacidos vivos en ese periodo, que eran producto de embarazos simples, con el consentimiento y la participación de sus madres.

El número de niños estudiados ascendió a 4 272, lo que representó el 99,4 % de todos los elegibles. Fue una investigación muy importante para el Sistema Nacional de Salud, ya que permitió conocer los factores biológicos, sociales y de atención médica que operaban desde el embarazo, el parto y el periodo alrededor del nacimiento, sobre la madre y el producto de la gestación.

Sus resultados ayudaron a perfeccionar el Programa de Atención Materno-Infantil, y a elevar la calidad de los servicios, además de adecuar los programas docentes.

Todo ese conocimiento se plasmó en el libro Investigación Perinatal, devenido obra de consulta para más de una generación de obstetras, pediatras, neonatólogos, clínicos, especialistas en administración de Salud, estadísticos y licenciadas de Enfermería.

La investigación continuó con el nombre de Estudio del Niño Cubano, en la cual se dio seguimiento a los infantes involucrados en el estudio inicial, al cumplir los siete meses, y luego a los siete, 11 y 17 años de edad. En cada una de esas ocasiones se recogió información sobre el estado de salud, crecimiento y desarrollo, condiciones de vida y atenciones médicas recibidas.

Al transitar por los distintos niveles de enseñanza, y con el apoyo del Ministerio de Educación, se incorporaron a la base de datos los rendimientos escolares.

La información que se reunió desde el nacimiento hasta la adolescencia de cada niño se ha preservado por el Grupo de Investigaciones sobre Crecimiento y Desarrollo Humano, de la Universidad de Ciencias Médicas de la Universidad de La Habana.

Su importancia trasciende actualmente porque, aunque brindó, en un momento histórico determinado, una detallada descripción de los aspectos básicos de la salud y el desarrollo infantil que incluían, entre otros, el ambiente, la familia, la morbilidad, el estado físico, aspectos sicológicos, las atenciones de Salud y el desarrollo dentario y escolar, junto a una variada selección de pruebas pedagógicas y test de inteligencia, el nuevo concepto DOHaD ratifica la valía de los primeros años de vida en la salud a mediano y a largo plazos, gracias a la información inicial recopilada y a la de los seguimientos posteriores.

CONVOCATORIA A UN NUEVO ESTUDIO

La doctora en Ciencias Mercedes Esquivel Lauzurique, coordinadora del Grupo de Investigaciones sobre Crecimiento y Desarrollo Humano, de la Facultad de Ciencias Médicas Julio Trigo, explicó a Granma que, tomando en cuenta que en el mundo actual se consideran decisivos los primeros mil días de existencia (desde el momento de la concepción hasta el cumplimiento de los dos años), para disfrutar de un futuro con bienestar y calidad de vida, nuestro país retomará el estudio de seguimiento a quienes, teniendo hoy 50 años, participaron en aquella primera investigación.

El objetivo, recalcó la también profesora e Investigadora Titular, es obtener información, a partir de la cual se adopten nuevas estrategias dirigidas a disminuir la prevalencia y mortalidad de enfermedades, tales como la diabetes, la hipertensión arterial, la obesidad, determinados tipos de cáncer y un conjunto de dolencias metabólicas y trastornos de la salud reproductiva, mental y del neurodesarrollo infantil.

«Es por eso que pedimos el apoyo de las personas que estuvieron en ese estudio, independientemente del lugar en que nacieron o haya transcurrido su infancia y adolescencia, pero que residen actualmente en la ciudad de La Habana, para sumarse a la nueva investigación».

Los que acepten colaborar, deben comunicarse con los teléfonos 52808707 y 59944520, del Hospital Clínico Quirúrgico Hermanos Ameijeiras y, a partir de expresar su disposición, serán citados en la fecha que les resulte conveniente.

Responderán un cuestionario que incluye preguntas relacionadas con datos sociodemográficos de la persona, estilo de vida, hábitos alimenticios y condiciones de salud actuales, y se les hará un examen físico y análisis de laboratorio, puntualizó la doctora Esquivel.

«Alrededor de dos semanas después, serán convocados para notificarles los resultados y, de detectarse alguna dolencia, recibirán la atención correspondiente».

Enfatizó la investigadora que los datos relacionados con cada persona conservarán el anonimato y se utilizarán solo con fines científicos. Igualmente, habrá un estricto cumplimiento de las normas éticas internacionalmente reconocidas, en cuanto a la divulgación de las conclusiones.

Dada su complejidad, la nueva fase del estudio constituye un macroproyecto, en el que participarán varias instituciones,  encabezadas por la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana, el Hospital Clínico Quirúrgico Hermanos Ameijeiras y el Centro Nacional de Neurociencias.

«La información obtenida contribuirá al establecimiento de nuevas políticas y estrategias de atención a la salud de nuestra población, enfocadas en mejorar el bienestar físico y mental».

Como aseveró la doctora Mercedes Esquivel, la identificación de las personas con mayor riesgo de padecer de estas entidades, desde la primera infancia, posibilitará implementar intervenciones específicas y validadas para revertir, en lo posible, que las desarrollen.

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