Cultivo adecuado de la lechuga
En Caibarién, cada día se potencia el cultivo de las hortalizas, sobre todo en las modalidades de la agricultura urbana y suburbana, con la cual se busca garantizar el suministro de hortalizas frescas a los consumidores; entre estos cultivos, la lechuga juega un papel importante dentro de las rotaciones de cultivos.
La lechuga (Lactuca sativa) es una planta anual de la familia Asteraceae. Se cultiva sobre todo como verdura de hoja, pero a veces también por su tallo y sus semillas. Se utiliza sobre todo en las ensaldas, aunque también se ve en otros tipos de comida, como sopas, emparedados, sándwiches y envoltorios; también se puede asar a la parrilla. La lechuga es la planta más importante del grupo de las hortalizas de hojas.
Ampliamente conocida, se cultiva en casi todos los países del mundo donde es consumida en ensaladas. Este cultivo presenta una gran diversidad dada principalmente por los diferentes tipos de hojas y hábitos de crecimiento de las plantas.
Aunque sea una hortaliza poco exigente, lo cierto es que las necesidades de la lechuga son muy específicas. Por sus pocas exigencias, es un cultivo ideal para huertos urbanos.
La lechuga exige un suelo rico en nutrientes. A pesar de su aparente simplicidad, este cultivo es uno de los más ricos en minerales; y necesita de ellos para poder crecer correctamente.
Demanda también terreno aireado y suelto que cumpla con un requisito fundamental: contar con un buen drenaje. La permeabilidad del suelo será crucial para que la lechuga pueda crecer correctamente y no se pudra incluso antes de comenzar a hacerlo.
Para poder germinar y crecer hasta ser un plantón digno de trasplantarse, la lechuga necesita unas condiciones muy específicas de temperatura. Salvo variedades excepcionales, solo si nuestros semilleros están entre 18 y 21 grados podremos sacarlos adelante. La duda de qué sucede de no ser así es sencilla de resolver. Si la temperatura es inferior 18, su crecimiento se ralentizará. Si están expuestos a más de 21 grados, la germinación puede detenerse.
Para que prosperen correctamente, tendremos que utilizar un sustrato para semilleros. Y no solo porque cuenten con el aporte nutricional que necesitan. Añadido, este tipo de suelo tiene otra virtud crucial: favorece el drenaje y mantiene la humedad.
En ningún caso admite la sequía, aunque es conveniente que la costra del suelo esté seca para evitar en todo lo posible la aparición de podredumbres de cuello.
Los mejores sistemas de riego son por goteo (cuando se cultiva en invernadero) y las cintas de exudación (cuando el cultivo se realiza en el exterior). Existen también otros sistemas, como el riego por gravedad y por aspersión, pero están en recesión.
La lechuga es una rica fuente de vitamina K y A, y una fuente moderada de folato y hierro pero si está contaminada suele ser fuente de brotes bacterianos, víricos y parasitarios en el ser humano, como E. Coli y Salmonella.