Estampas cangrejeras (+Audio)
Si usted visita Caibarién seguro estoy que se tropezará con un cangrejo, puede que sea de concreto, puede que sea real. Lo de los cangrejos y Caibarién es un matrimonio, no por gusto a los que vivimos en esta villa marinera nos dicen cangrejeros.
Poetas, cantantes, pintores, escultores, todos alguna vez han encontrado inspiración en ese crustáceo que tanto nos identifica.
Por estos días de mayo suelen verse por las calles de Caibarién vendedores ambulantes de cangrejos, unas veces enteros, otras sus partes, entre las que se destaca por su aceptación las muelas.
La masa de cangrejo, junto con sus huevas, son muy apreciadas por mis coterráneos, y son pocos los que alguna vez en sus vidas no hayan degustado un buen plato de harina con cangrejo.
Mayo anuncia la corrida de los cangrejos, dicen los más conocedores que los truenos y el agua, que inundan sus cuevas, los obliga a salir de sus refugios, y mis coterráneos, ni cortos ni perezosos, allí están listos para echarle el guante.
De noche y mechones en mano, pueden verse grupos de cangrejeros desandando los parajes cercanos a la ciudad, van al encuentro de cada año con los cangrejos, de día, en las mesas reaparece uno de nuestros manjares favoritos.
Para algunos, el cangrejo, como muchas especies, no tiene el mismo comportamiento de antaño, las construcciones, viales y prácticas de caza, entre otras acciones del hombre en su habitad tradicional, han mermado la manifestación del cangrejo de la tierra en uno de sus escenarios más popular.
Por suerte, por estos días de mayo, como cada año, el cangrejo nos regala esa estampa muy propia que le arrancó del alma a aquel juglar que con trompeta en mano nos aseguraba que los cangrejos de Caibarién son los mejores.