Arte de todos, con todos, por todos
Cada 15 de abril se celebra el Día Mundial del Arte, una jornada para recordar la importancia de una de las más grandes conquistas del ser humano: su capacidad de crear, de expresar lo indecible, de trascender lo inmediato. El arte ha demostrado una admirable capacidad de resiliencia a lo largo de los siglos, sobreviviendo a guerras, crisis, censuras y desinterés, para seguir acompañando a la humanidad en su eterna búsqueda de sentido. Allí donde todo parece derrumbarse, suele asomar el arte como refugio, como resistencia, como luz.
Las concepciones sobre el arte son múltiples y en ocasiones hasta contrapuestas. Hay quienes lo conciben como experiencia estética pura, otros como herramienta de transformación social; algunos lo entienden como juego, otros como compromiso. Pero hay un consenso fundamental: el arte tiene una vocación emancipadora, y su ejercicio contribuye a enriquecer la espiritualidad del ser humano. El arte no reproduce la realidad: la recrea, la cuestiona, la reinventa. Nos devuelve, en imágenes o sonidos, lo que somos y lo que podríamos ser. O lo que no queremos ser. Ámbito de los sueños y aspiraciones.
Asumir el arte como patrimonio común y no como privilegio de unos pocos es una necesidad urgente. El acceso al arte y a la creación artística debe estar garantizado para todos, más allá de su origen social o geográfico. No se trata solo de «consumir» arte, sino también de hacerlo. Arte para todos. Arte por todos. Son ideas que honran la naturaleza misma de la creación, porque el arte florece cuando se comparte, cuando circula, cuando se vuelve experiencia colectiva. Es en ese intercambio donde se fortalece su capacidad transformadora.
En Cuba, esa visión ha echado raíces profundas. Este es un país que ha hecho valiosas contribuciones al acervo universal en todas las manifestaciones: música, literatura, danza, cine, artes visuales, teatro. Pero más allá de la calidad de sus creadores, lo más notable ha sido el empeño en democratizar el acceso al arte y en fomentar el gusto estético desde edades tempranas. El Día Mundial del Arte es, también, una ocasión para defender esa vocación humanista, y seguir apostando por una cultura viva, inclusiva, comprometida.