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El esplendor de las playas de Cuba, imán turístico

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Viajar en plan de vacaciones a Cuba mantiene hoy en primer término el deseo de conocer las playas de esta isla que se extienden por todo el archipiélago y cada año destacan en cuanto a belleza y conservación.

Este parecer lo sustentan las autoridades del Ministerio de Turismo (Mintur) y los guías que acompañan a los visitantes que llegan desde muchas partes del mundo.

En varias oportunidades web de viajes como TripAdvisor reconocieron las bondades de tales balnearios con elecciones, ejemplo, de las playas de cayo Santa María y Varadero, colocadas en puestos favorables en la lista mundial (dos y 12 de las 25 mejores).

Cuba en todo el archipiélago cuenta con más de 200 playas y para ser más precisos, de los 588 kilómetros de estas, 256 forman parte de 12 regiones principales de desarrollo turístico.

Cayo Santa María, en la región centro-norte cubana es uno de los puntos de recreo más sobresalientes en esta nación, y antes de la Covid-19, reportaba muchos viajeros repitentes, sobre todo europeos.

Se trata de islotes de arenas blancas y aguas sumamente limpias, característica que acompaña a otros cayos, no menos famosos, de su derredor como es el caso de Ensenachos y Las Brujas.

Para llegar a cayo Santa María, la manera ideal es a través de una carretera sobre las aguas conocido por los cubanos como pedraplén, de 48 kilómetros, que parte del poblado de Caibarién, en el norte de la central provincia de Villa Clara.

Además del disfrute que propone el sol y la playa allí, son sitios ideales para el buceo, el snorkeling, paseos en yate y otras excursiones.

En particular cayo Santa María cuenta con 13 kilómetros de largo y dos de ancho (18 kilómetros cuadrados). Sus playas alcanzan 11 kilómetros, con nombres significativos como Perla Blanca, Las Caletas, Cañón y Cuatro Punta.

Por su parte, Varadero es mucho más que una playa propiamente. Oficialmente fundada el 5 de diciembre de 1887 por la fusión comunal nombrada Los Decembrinos se fabricaron allí varias casas de madera y tejas españolas, para luego conocerse mediante el auge de regatas de remo.

La formación geológica del lugar proviene de la era cuaternaria y el nombre de la península donde está, Hicacos, responde a un árbol verde de hojas espinosas, típico cactáceo que antaño cubría esta porción de 22 kilómetros de largo (su parte más ancha es de 700 metros).

El nombre de Varadero proviene de ser una costa arenosa de poco calado, en la cual encallaban barcos llevados por la marea. El navegante español Sebastián de Ocampo la descubrió en 1508 durante su bojeo a la isla y la primera mención apareció en 1540 en un mapa de Alonso de Santa Cruz.

Varadero cuenta, además de sus playas, con 15 sitios arqueológicos, como grutas y cavernas, que servían de refugio, cuyo vestigio más visitado hoy es la cueva de Ambrosio, donde se encuentra la mayor pictografía del Caribe (cinco galerías y 250 metros de largo).

En 1950 se construyó el primer gran hotel de la playa, el Internacional, renovado ahora con una actual instalación protectora del medioambiente.

Para 1959 existían en Varadero sólo tres hoteles, y en estos momentos 40 con más de 10 mil 500 habitaciones y un desarrollo aún en perspectiva, convirtiéndose en el eje de recreo de toda la nación.

Por ello, estos dos destinos dentro de Cuba se pueden mencionar como destaque a los efectos de referir este país como destino de Sol y Playa, y sobre todo en esta jornada, declarada por ONU Turismo como Día Mundial de la Resiliencia del Turismo.

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