Apostando por las velas
Una crónica sobre un caibarienense que no olvida navegar…
Han pasado muchos años. Rogelio Padrón sólo contaba con diez años y en su memoria perdura el día en que Rolando Pérez Yada, El Melón, lo sacó del estadio de béisbol. De su brazo hasta la Escuela de Velas Marcelo Salado no pararon. Tú vas a ser uno grande de la vela en Cuba, le dijo Melón. Eterno agradecido como es Rogelio, no olvida ese gesto de quien desde entonces fue su guía,su padre. Y los presagios de Melón siempre se cumplían, Rogelio Padrón llegó al equipo de las 4 letras. Por esos errores cometidos contra él en la selección, nunca pudo participar en un evento internacional. Se retiró del deporte activo y en Miami donde reside ahora sigue apostando por la vela, una de las pasiones de su vida. Allí siguió teniendo al Viejo lobo Melón como su paradigma de hombre de bien. Desde allí se empecinó y lo logró junto a muchos otros, donar medios para que los más pequeños y jóvenes veleros cangrejeros mantuvieran a Caibarién como la capital de este deporte en Cuba. Y este domingo lo concretó, cuando en la bahía local se inauguró una Copa Nacional con el nombre de su guía, el nombre de Rolando Pérez Yada. No es un ápice de culto a la personalidad, porque aunque lo sé, Rogelio Padrón pidió el anonimato. Pero amigo: Al César lo que es del César. Y sabemos que aunque estés a noventa millas de tu Caibarién, no hay segundos ni minutos para olvidar tus orígenes del niño que hasta descalzo desde la Ciudad Pesquera a la entrada de la playa atravesabas ese tramo de carretera soñando en ser el velero ilustre que fuiste. Cumpliste tu sueño con creces. Y sigues navegando con las enseñanzas, los consejos y hasta los regaños de Melón para hacer lo que él también supo hacer como tú a la perfección. Seguirás haciendo lo posible e imposible para que la vela de tu Caibarién siga como identidad de este, tu pueblo. Lo siento Rogelín no cumplir tu petición de anonimato. Tanto apego, tantos sueños hechos realidad imposible obviarlos. Al César lo que es del César.
Imagen: tomada del muro de Facebook del autor.
