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Año de proezas para las luchas

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Los gladiadores tributaron cinco de las nueve medallas alcanzadas por la delegación cubana en la capital francesa y el punto más alto lo tributó Mijaín López con su quinto oro olímpico

MUCHO disfrutó la familia de las luchas en Cuba gracias a la proeza de quienes le pusieron en alto en los Juegos Olímpicos de París, principal compromiso de 2024.

A puros tackle, desbalances y proyecciones, los gladiadores tributaron cinco de las nueve medallas alcanzadas por su delegación en la capital francesa. Fructífero saldo que valió para recibir la distinción de Mejor Deporte Individual de la temporada en la Isla.

Una presea de oro, otra de plata y tres de bronce conformaron la colección válida para obtener el quinto lugar por países a pocos metros de la mítica Torre Eiffel.

Allí se inscribieron con mayúsculas la hazaña de la estrella del estilo grecorromano Mijaín López (130 kg), quien completó la quinta corona olímpica de su vida, y el inédito subtítulo de Yusneylis Guzmán (50 kg) en la lucha femenina.

Sus hitos les condujeron a los premios reservados para los mejores del deporte convencional del año en Cuba, donde el Gigante de Herradura fue recibido como el héroe que es tras “pasear la distancia” en la Arena Campo de Marte.

Ningún rival le puso en apuros pese a tres años sin comparecencias oficiales sobre los colchones. Empujó más fuerte que todos e hizo quedar mal a quienes dudaron de su imbatibilidad.

Tras finalizar su último combate, frente al cubano nacionalizado chileno Yasmani Acosta, se quitó las zapatillas y las dejó sobre el colchón, en señal de adiós al deporte activo.

No lo veremos más como competidor. Desde ese día, sus rivales pudieron pensar en lo más alto del podio olímpico, algo que él no les permitía.

Aplausos también para la capitalina “Chiqui” Guzmán, que con la velocidad en función del ataque –especialmente el tackle a las piernas–, consiguió la primera medalla olímpica de una gladiadora cubana.

Bronces del monarca de Tokio 2020 Luis Alberto Orta (67 kg), repuesto de una equivocación que le costó no avanzar más, Gabriel Rosillo (97 kg) y Milaimys Marín (76 kg) completaron un desempeño de altísimos quilates en la fiesta bajo los cinco aros, al que no pudieron contribuir los hombres del estilo libre.

Fuera del contexto olímpico, también hubo destaque en la Bundesliga de Alemania, por intermedio de Orta y Oscar Pino (130 kg), llamado a convertirse en el sustituto de un Mijaín con quien ha compartido años de preparación, y el paso por la lid panamericana de Acapulco fue diseñado con la mira puesta en la Ciudad de la Luz.

En casa, aplausos para la decisión de mantener la Gala Nacional en homenaje a Pedro Val y el tope de control animado por los equipos femenino y masculino de la modalidad libre, sin obviar lagunas que fueron inevitables en un calendario nacional necesitado de más y mejores momentos.

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