Derechos humanos, ¿y los de la humanidad?
«Se habla con frecuencia de los derechos humanos, pero hay que hablar también de los derechos de la humanidad. ¿Por qué unos pueblos han de andar descalzos para que otros viajen en lujosos automóviles? ¿Por qué unos han de vivir 35 años para que otros vivan 70? ¿Por qué unos han de ser míseramente pobres para que otros sean exageradamente ricos? Hablo en nombre de los niños que en el mundo no tienen un pedazo de pan; hablo en nombre de los enfermos que no tienen medicinas; hablo en nombre de aquellos a los que se les ha negado el derecho a la vida y la dignidad humana».
Así cuestionaba Fidel, en 1979, en la onu, el concepto de Derechos Humanos.
Un día como hoy, pero de 1948, se aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Es un histórico documento que establece los derechos inalienables que toda persona tiene, independientemente de su raza, color, religión, sexo, idioma, opinión política o de cualquier otra índole; origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.
Ninguna declaración se le compara en grandeza, pero tampoco ninguna ha sido tan manipulada por quienes pretenden convertirla en instrumento de sus espurios propósitos de dominación. Mientras se condena, por intereses políticos, a quienes cumplen cabalmente con los derechos humanos, se tienen oídos sordos ante la violación del más elemental de estos: el derecho a la vida.
El sionismo convierte una región en cementerio de niños, mujeres y ancianos; en ee. uu. millones de seres humanos carecen de seguro médico, de techo para vivir, de empleo; en muchos lugares del mundo, las minorías son discriminadas y no saben de elementales derechos…
Hay que ver cuánto se respeta el texto en la Vieja Europa; nótese la suerte de los millones de migrantes que cruzan desde África el mar Mediterráneo, hijos del saqueo y de las guerras que la otan promueve.
Cuba, signataria de 44 instrumentos internacionales de protección a estos derechos, el único país de América Latina y el Caribe que cumplió la totalidad de los objetivos globales de la Educación para todos en el periodo 2000-2015, la nación con mejor índice de médicos por habitantes, según la oms; con atención universal y gratuita, es acusada por la maquinaria infernal del odio de violar los derechos humanos.
Ninguna geografía del planeta conoce mejor que la Mayor de las Antillas, la tabla de doble rasero ni la burda manipulación política que se ensaya contra una nación.