Casas de Culturas en Cuba: estado actual
A pesar de esta difícil situación, estos sitios culturales mantienen su labor docente, con la realización de los talleres sobre las distintas manifestaciones artísticas
Las Casas de Culturas en Cuba fueron creadas para generar de manera permanente procesos de desarrollo cultural en las localidades. Estos sitios como labor social contribuyen a educar jóvenes interesados en las diferentes manifestaciones artísticas, pueden ingresar al Sistema Nacional de Escuelas de Artes. Y así, establecer un vínculo entre dichos espacios y la familia, donde se beneficia el pueblo.
Pero, ¿realmente estos centros siguen activos como en sus comienzos, y continúan la misma funcionalidad? Hoy, estos espacios han decaído, pues sus infraestructuras están deterioradas. No cuentan con recursos materiales esenciales para que los instructores impartan sus clases, como hojas blancas, colores, temperas, equipos de música, y el tabloncillo para la danza y el teatro.
Estos fenómenos están ocasionados por la escasees de recursos financieros que presenta el país, y cada año va en decreciente por causa del asfixiante bloqueo económico que afronta la Isla.
Debido a estos problemas el Sistema Nacional de Casas de Cultura ha hecho evaluaciones a sus 350 instituciones comunitarias para mejorar su calidad. En el informe de balance anual de dicho organismo se explica que 138 centros fueron evaluados de bien, 139 de regular, 73 de mal, dentro de las evaluadas de mal, nueve están cerradas, (Mayabeque tres, en los municipios de Güines, la municipal, y la casa comunal de San José de las Lajas y Santa Cruz).
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Además, en La Habana se encuentran en la misma situación tres; en Regla, la municipal y la comunal de Casa Blanca, la ubicada en Althabana, Boyeros. En Matanzas una en Pedro Betancourt (municipio); Cienfuegos la de Palmira, casa comunal San Fernando de Camarones; Ciego de Ávila dos (Venezuela, Bolivia), ambas municipales, y en las Tunas una (Centro provincial de Casas de Cultura).
A pesar de esta difícil situación, estos sitios culturales mantienen su labor docente, con la realización de los talleres sobre las distintas manifestaciones artísticas. En ellas existe balance entre los grupos etarios, para un total 146 926 con 1560 523 participantes relacionados con el Patrimonio Cultural Inmaterial 704 de sensibilización y 877 para formar capacidades.
Entre las esferas del arte están; repentismo con 372, artesanía popular tradicional 1412, clubes de danzón 417. Las manifestaciones más solicitadas en las clases son: Música, Danza, y Artes Visuales. Los grupos etarios beneficiados han sido: los niños y adolescentes.
Asimismo, se han realizado varios eventos que tributan al desarrollo de los ya mencionados espacios culturales, como explica Adrianna Martínez Sánchez, directora de Comunicación del Consejo Nacional de Casas de Cultura, “el CNCC ha constatado la realización del concurso “De Donde Crece La Palma”, donde se participó en Plástica y Literatura, simultáneo a este la Rueda de Casino, el Festival de Artistas Aficionados y el Festival Internacional Timbalaye”.
Todavía, no son suficientes estos acontecimientos para expresar el arte en las comunidades. Por ello, es necesario que dichos centros, realicen estrategias para llegar más al público. Una fórmula eficaz sería buscar alianzas con los proyectos comunitarios que realizan la misma labor educativa, y de esa forma ampliar el panorama cultural de la sociedad.
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En respuesta al planteamiento el artículo “Crearte: crecer con las artes”, su impacto como proyecto comunitario y espacio de aprendizaje (antes y durante la covid-19), explica que dicho proyecto de extensión universitaria, creado en Pinar del Río por jóvenes de la carrera de Estudios Socioculturales, en noviembre de 2012. Este grupo fundado con el objetivo de vincular a estudiantes de la enseñanza superior con la práctica comunitaria.
Ellos han hecho alianza con la Casa de la Cultura “Pedro Junco” de la provincia vueltabajera, y con la Escuela Primaria “Conrado Benítez”. Entre sus acciones educativas más importantes se destacan: el desarrollo del movimiento de artistas aficionados de la UPR, la revitalización de las Verbenas de san Rosendo (principal fiesta tradicional de la provincia), la celebración de festivales de tradición culinaria, mediodías culturales y galas artísticas; y la consolidación de la Galería “Nexos”, como espacio para integrar la comunidad universitaria con los artistas plásticos de dicho lugar.
También por su parte, el Taller de Dibujo “Ilustrando Sueños”, promovido por tal proyecto, con el acompañamiento del escritor y artista visual Néstor Montes de Oca. Este programa se convirtió en un espacio de creación infantil que, poco a poco fue multiplicando su impacto social y educativo, el cual impulsó el desenvolvimiento cultural en la provincia más occidental de la Mayor de las Antillas.
Sin embargo, persiste el mal estado en tales centros. ¿Qué gestiones podría hacer el CNCC o los actores económicos actuales para ayudar en la recuperación paulatina estos sitios?
Para llegar a concretar estas acciones, la Comunicadora del CNCC, Martínez Sánchez plantea que es importante el apoyo del gobierno. Al igual que los nuevos actores económicos del país llamados MIPIMES que su línea de trabajo sea el textil puedan una vez al año cubrir el vestuario de un grupo artístico.
“Hace dos años el CNCC recibió la cooperación de un proyecto italiano “la Casa de todos”, a través de ellos se repararon la Casa de Cultura “Carlos Borbolla” del Cotorro, “Justo Vega” de Arroyo Naranjo, y “Joseíto Fernández” de Centro Habana. Además, se les dio preparación metodológica a los instructores”, explicó la especialista.
Por lo tanto, para lograr la completa vitalidad de las Casas de Cultura es imprescindible la ayuda de todas las entidades del Estado. Y así, aumentar las actividades en estos centros y que el arte prolifere en la Isla.