Deportes

Decálogo dorado de Omara Durand en juegos paralímpicos

Vistas: 1

La paratleta conquistó su segundo cetro en la edición de París 2024 y llegó a diez en estas lides 

Omara Durand compite en la final de 100 metros T12 del atletismo con sede en Estadio de Francia durante los Juegos Paralìmpicos París 2024, el 5 de Agosto de 2024 en Paris, Francia. FOTO: Calixto N. Llanes/Periódico JIT (Cuba)

París.- OMARA Durand escribió su décimo “mandamiento” en el Estadio de Francia, en Saint Denis, uno de los escenarios más importantes de los Juegos Paralímpicos con sede en esta ciudad.

Lo hizo sin contratiempos, después de correr los 100 metros de la prueba convocada para la categoría T12 en apenas 11 segundos y 81 centésimas, que hicieron parecer congeladas a la ucraniana Oksana Boturchuk (12.17) y a la alemana Katrin Mueller-Rottgardt (12.26), sus escoltas en la línea de sentencia.

Salió sin prisas, con una confianza aplastante; levantó el pecho y aceleró a media máquina; se dejó llevar hasta la meta luego, sin arriesgar el físico. Ganó. 

Después celebró, recibió aplausos, y se dejó querer antes de preparse para la ceremonia de premiación.

Por décima vez apareció sobre lo más alto de un podio paralímpico. Siempre aprendió alguna lección y por cada ocasión puede evocar una virtud.

Sus diez coronaciones no se escribieron en piedra, ni siquiera en el oro que adornó siempre su pecho: se grabaron en el cuerpo imperecedero de la historia.

Pero también hubo sobresalto. Una reclamación del equipo de Alemania aplazó éxtasis y cortó de cuajo la celebración. 

Alguno hizo analogía con el décimo mandamiento bíblico, relacionado con la codicia, porque nadie entendía en qué otra clave podían cuestionar que no llevaba su cuerda guía durante el entrenamiento, cuando eso ni siquiera se contempla como una falta. Tampoco lo explicaron los reclamantes.

Alguien anheló ganar en un litigio lo que no consiguió sobre la pista, pero afortunadamente hubo justicia y el hecho apenas quedó en la anécdota.

«Estoy muy contenta con mi décima medalla de oro paralímpica, que es bastante», reconoció en total consonancia con su guía Yuniol Kindelán, quien también manifestó alegría, con todo el mérito de acompañarla en ocho de esas celebraciones.

La página del sobresalto pasó, como la del júbilo, porque al día siguiente deberán volver a la pista a dar continuidad a lo que empezaron, que demandará de nueve carreras.

«Nunca habíamos corrido tanto en un mismo evento. Es desgastante, pero estamos preparados para hacerlo, no tenemos otro pensamiento que revalidar los tres títulos que son nuestros», confesó Yuniol.

«Viene la prueba que más le gusta, los 200 metros. No hemos tenido descanso, pero estamos listos y saldremos a darlo todo para cerrar bien alto nuestra actuación», aseguró no con desdén por lo logrado, sino por convicción inquebrantable de que lo mejor aún no llegó.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *