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Dormir con lluvia

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Uno de los placeres que más recuerdo desde niña —y que aún mantengo— es el sonido de la lluvia. En esas tardes y noches cerradas por la tempestad mi mamá, tan dormilona, siempre decía “¡qué rico, vamos todos a dormir!” Y verdad que se sentía hipnótico el tintinear contra las ventanas, el techo metálico del vecino, los árboles y toda superficie alrededor. Era, en realidad, una auténtica orquesta, perfecta, armoniosa.

Ese también denominado ruido blanco es goce para muchos. Y por esta época, cuando tenemos lluvias a cada rato, bien por el paso de una onda tropical, o por el efecto del calentamiento del día junto al elevado vapor de agua en la atmósfera —tan típico del verano— pienso en ese gustazo que adormece, procura bienestar, nos hace descansar, creo, mejor, ¿será? ¿Por qué?

Algunos estudios refieren que esta satisfacción está muy ligada a nuestro antepasado prehistórico cuando se vivía en contacto directo con la naturaleza y no existía más sonido que el medioambiental, de los animales y el viento, por ejemplo, y que al no representar amenaza ofrecía relax.

Esta es una información heredada y subliminal en nuestras mentes desde que el hombre entendió que la lluvia no es peligrosa sino calma. Por tanto, escuchar su rumor acompasado, así como olerla (petricor), nos sosiega. Nuestro cerebro lo interpreta de inmediato como señal de descanso, baja sus defensas y desconecta como si se tratara de un proceso de hipnosis.

Uno de los planteamientos que más he leído por aquí asegura que existe una razón biológica relacionada con la hormona del sueño (melatonina). Resulta que cuando el sol está radiante en el cielo nuestro cerebro no la produce, mientras ocurre todo lo contrario si ya oscureció o si el día está nublado o lloviendo porque baja la intensidad de la luz y nuestro cuerpo se dispone a reposar. Por eso es que, generalmente, dormimos mejor con las luces apagadas.

Otras lecturas detallan que también la soñolencia puede deberse a que cuando llueve aumenta la humedad, baja la presión de aire, y disminuye ligeramente la cantidad de oxígeno, y esto favorece a la relajación.

Para muchas personas la calidad del sueño tiene que ver con un ambiente no en silencio total, necesitan agregar ruido a su entorno, ya sea de la televisión, la radio, música grabada que rompa ese mutismo y les proporcione un buen descanso. De moda se encuentran algunas aplicaciones con ese fin como la Better Sleep en la que se puede elegir entre melodías y sonidos rítmicos del medio que reducen la ansiedad y el estrés, apacigua.

Esta soñolencia es común con otros sonidos naturales también constantes y tenues como el agua del río, las olas del mar o el viento, y esto es porque son repetitivos y funcionan como arrullo o canción de cuna.

Jose Antonio Zuloaga Martínez

Jose Antonio Zuloaga Martínez

Periodista, director de programas en CMHS Radio Caibarién.

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