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Crear un ambiente de legalidad

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No creo que nadie disfrute la imposición de multas, ni siquiera el propio inspector que las aplica. Ojalá un día no fueran necesarias porque se ha creado un ambiente de legalidad como en otros países que nadie echa al piso una colilla de cigarros ni la excreta de sus mascotas, lo que debiera ser lo normal y no la excepción. Ya sabemos lo que puede costarle incluso a grandes personalidades de la cultura, el deporte, la política o los negocios, violar el fisco. Aquí no hay más remedio que crear la cultura de la legalidad imponiendo el orden y la disciplina. Ocultar mercancías está en el código penal como un delito pero es tanta la “bondad” con los violadores que apenas se les obliga a venderla a los precios establecidos lo que difícilmente disuada de volver a esconderla. 

Es de conocimiento público que muchas veces no coincide el precio de la tablilla con el real que piden por el producto. Hay que rebelarse ante el hecho y pagarles por el precio mostrado. Todo el que ejerce el oficio de comerciante debe mostrar a los clientes mercancía y precios, su misión es ganar por lo que vende no por lo que roba. Si el gobierno establece la obligatoriedad de poder pagar por vía electrónica no hay que ponerse a inventar o buscar otra tarjeta privada para evadir el pago del tributo. Las autoridades están para hacer cumplir la ley y nadie tuvo en cuenta años atrás por ejemplo el salario de cada motorista ni el valor del casco, simplemente se informó que a partir de tal día era de uso obligatorio. O sea las leyes no se adaptan a las personas, somos nosotros los que debemos acoplar nuestra conducta con las leyes. Y no se trata solo de multas, muchas veces lo aconsejable es el decomiso de la mercancía, no hay por qué tener lástima al violador de la ley, si hubiera que tenerle lástima a alguien sería a ese jubilado cuyo ingreso no le alcanza para alimentarse, pagar sus medicamentos y transportarse al hospital en una motoneta.  

Mano dura exige el pueblo contra todos los que abusan de él. No se trata de alegrarnos de las multas, sino de la necesidad de crear un ambiente de legalidad. Si a los que devengamos salarios que no alcanzan siquiera para alimentarnos correctamente se nos descuenta el impuesto “ipso facto” antes de cobrar, ¿Por qué convivir con los violadores de la ley ganando mucho más?. Hay que ser duros con los abusadores si es que queremos ser generosos con el pueblo.

(Jesús Álvarez López)

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