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Los hitos de Mijaín

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Todavía no ha puesto un pie en París, pero casi todos los días se habla del luchador Mijaín López, la leyenda cubana que irá por varios hitos a los Juegos Olímpicos de la Ciudad Luz.

Todos están conscientes de que sale por su quinto título en la máxima categoría de la lucha grecorromana, con lo cual se convertiría en el único gladiador en la historia en lograr esa cantidad de lauros, pues en la categoría femenina la japonesa Kaori Icho (2004-2016) también eslabonó cuatro títulos estivales.

Pero es que además, «El Gigante de Herradura» pasaría a ser el único ser humano con coronas en cinco ediciones diferentes, pues los estadounidenses Michael Phelps y Carl Lewis y la rusa Larissa Latynina, los máximos medallistas en la historia de estas citas, no ganaron en tantas justas bajo los cinco aros.

Si logra la hazaña en la Arena del Campo de Marte también se convertiría en el luchador de más edad en alcanzar un título olímpico, pues superará al finlandés Adolf Lindfors, quien lo consiguió con 41 años, seis meses y 12 días en los Juegos de 1920 celebrados en Amberes, Bélgica.

El mejor deportista cubano de todos los tiempos dos semanas después estaría celebrando su 42 cumpleaños, o sea que colocaría el listón de longevidad en 41 años, 11 meses y 16 días. 

Me llamó la atención que Sports Illustrated, la prestigiosa revista deportiva que en cada Olimpiada lanza un pronóstico de quienes ocuparán el podio en cada especialidad, lo colocó apenas con bronce, pero evidentemente eso obedece a que el nuestro estuvo desaparecido durante todo el ciclo.

A falta del turco Riza Kayaalp, el último que lo venció en el ya lejano 2011, Sports Illustrated pone como campeón al vigente titular del orbe, el iraní Amin Mirzazadeh (a quien dejó en el camino 8-0 en su segunda presentación en suelo nipón), seguido del egipcio Abdellatif Mohamed, dos muy buenos luchadores, pero todavía lejos de Mijaín si está incluso a media máquina. 
 
Es esa la única interrogante de cara a estos Juegos Olímpicos, pues el peso y él mismo son sus verdaderos rivales.

Con sus cinco coronas mundiales, tres en Copas del Mundo, un título mundial universitario, cinco pergaminos dorados en Juegos Panamericanos y tres en Juegos Centroamericanos y del Caribe, el pinareño es la leyenda viviente de la lucha mundial.

La pausa que se tomó tras conquistar Tokio fue vital para que siguiera pensando en atacar esta nueva cima, porque las exigencias sobre todo con el peso probablemente le hubieran hecho desistir a mitad de camino.

Eran 10 o 15 kilogramos los que tenía por encima antes de reincorporarse, y ahora no llega a dos, una cifra normal que rebajan los deportistas de alto nivel en este deporte antes del pesaje oficial, donde será la primera batalla de Mijaín.

Con las pilas recargadas, está listo para sentarse solo en el Olimpo para contemplar a los humanos.

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