El orgullo patrio y la bandera en el pecho de sus hijos
Mijaín y Omara, Robiel Yankiel Sol e Idalys Ortiz. Las glorias doradas olímpicas y paralímpicas de un pequeño país que, desde su estatura de David, ha levantado una gigantesca y hermosa obra de amor, unieron sus brazos para recibir la bandera de la estrella solitaria que defenderán en los Juegos de París.
Antes, la ocho veces campeona paralímpica, Omara Durand, y el tetracampeón bajo los cinco aros, Mijaín López, llenaron sus pechos con la Orden al Mérito Deportivo que, a propuesta del Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, este les impuso en la base del Memorial José Martí, en la Plaza de la Revolución.
Allí, donde Cuba mantiene el ideario humanista del más grande de sus hijos, el paratleta Ulicer Aguilera, y el luchador Gabriel Rosillo, medallistas mundiales, honraron con una ofrenda floral al Apóstol, y Díaz-Canel le entregó la enseña nacional a Mijaín, a Omara Durand y a Robiel, escoltados por los jóvenes Andrea Becali, de natación, y Hugo Franco, de tiro con arco; y por la parajudoca Sheyla Hernández y Michel Ernesto Suárez, de parataekwondo.
Justo en el momento en que sus manos portaban el pabellón patrio, en París, de manos del embajador cubano, Otto Vaillant, Idalys recibía también la bandera, según se vio en una pantalla gigante.
«No hay presión, estoy orgulloso y muy motivado por ser el primero en competir», nos dijo Franco, quien será, con sus flechas, el que estrene, el día 25, en el escenario de competencias, a la delegación de la Mayor de las Antillas.
Rodeado de cámaras, de personas que no querían perder la oportunidad de eternizar el momento junto a Mijaín, el gigante pudo, sin dejar de compartir con todo el que se le acercaba, contarnos que siente «el mismo honor y satisfacción que el primer día que llegué a unos Juegos Olímpicos, hace 20 años, en Atenas-2004, y el mismo compromiso de la primera vez que fui el abanderado».
Preguntado sobre cómo recuerda aquella lid ateniense en la que se quedó sin medallas, respondió: «Como el punto de partida de la quinta medalla de oro que iré a buscar a París».
La delegación olímpica la integran 62 deportistas, 35 hombres y 27 mujeres, y la paralímpica, hasta ahora 17.
Sus hazañas en París serán un regalo de este verano para el pueblo. «Los recibiremos victoriosos», les dijo el vice primer ministro Jorge Luis Perdono Di-Lella, en una mañana que contó con la presencia del miembro del Buró Político y primer ministro, Manuel Marrero Cruz; Osvaldo Vento Montiller, presidente del Inder; el embajador de Francia en Cuba, Laurent Burin Des Roziers, así como otros dirigentes del Partido y del Gobierno.
Ellos escucharon, en voz del campeón olímpico Luis Orta, el compromiso de una delegación que «será merecedora del aplauso del pueblo», aseguró el gladiador.