Temporada ciclónica: Las puertas que junio abre
La llegada de junio, julio y agosto es celebrada por muchos porque equivale a fin del curso escolar, vacaciones, playa… pero junto con este sexto mes se abre también la puerta a una etapa nada aplaudida: la de los ciclones.
Y esta viene con cara fea, así lo anuncian expertos nacionales y de otras geografías.
Pronostican que la actual temporada ciclónica, iniciada el pasado día 1ro. y que se extenderá hasta el 30 de noviembre, será muy activa para la cuenca del Atlántico norte, incluyendo al Golfo de México y al mar Caribe.
Incluso, se prevé que «pudiera ser la más agresiva conocida», según indicó a Granma la doctora Miriam Teresita Llanes Monteagudo, jefa del Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología.
Fue también en junio, pero de 2005, cuando la tormenta tropical Arlene asoló la Isla. Foto: Internet
En particular, el Instituto de Meteorología de Cuba prevé la ocurrencia de unas 20 tormentas tropicales, de las cuales 11 podrían convertirse en huracán. De ese total de tormentas tropicales, es posible que cuatro ocurran en el mar Caribe y dos en el Golfo de México.
Existe un 80% de probabilidades de que, al menos, nos afecte un huracán, y un ciclón tropical, en un 90%. En junio, la principal zona de formación de los ciclones se localiza en el mar Caribe occidental.
De acuerdo con lo informado por el colega Orfilio Peláez, las condiciones oceánicas y atmosféricas sobre el Atlántico y el mar Caribe son, en la actualidad, muy favorables para la actividad ciclónica, debido al inusitado calentamiento del mar en toda el área, donde se registran valores inéditos.
A lo arriba descrito se añade la alta probabilidad de que, al evento El Niño/Oscilación del Sur, le siga los pasos, a partir de agosto, La Niña/Oscilación del Sur (Aenos).
Con información de la doctora Miriam Teresita Llanes
El Instituto de Meteorología de Cuba (Insmet) es de las pocas instituciones científicas del mundo que emiten pronósticos estacionales sobre la actividad ciclónica, a partir de un método sinóptico estadístico creado por los doctores en ciencia Maritza Ballester Pérez (ya fallecida), Ramón Pérez Suárez y Cecilia González Pedroso, según reporta la ACN.
Junio lluvioso
Este junio que recién comienza, no solo inaugura la temporada ciclónica cada año, sino que es el segundo mes del período lluvioso en Cuba, y, como promedio, resulta el más lluvioso del almanaque, según indica el Centro del Clima del Insmet en ese sitio web.
Sobre todo en los primeros 20 días de este mes ocurren las mayores precipitaciones, que suelen tener una duración de varios días.
Foto: Irene Pérez
Dichas precipitaciones dependen de la influencia de los sistemas propios de la zona tropical, tales como las ondas y las bajas tropicales, así como de su interacción con sistemas de latitudes medias.
Las lluvias de junio suelen también deberse al calentamiento diurno, y generalmente se acompañan de tormentas eléctricas, cuyo período de mayor actividad empieza también este mes, aunque no simultáneamente en todas las regiones de Cuba. Suelen mostrar un gradual incremento hacia zonas del interior del país, durante la tarde y las primeras horas de la noche.
En este mes es poco frecuente que nos afecte un ciclón tropical, señala la misma fuente, «pero cuando ocurre, suele producir grandes precipitaciones».
Foto: Ismael Francisco
Según estimados, este junio deben ocurrir precipitaciones por encima del promedio histórico en las tres regiones de la nación: occidente (307 mm), con un estimado de temperaturas para el período de entre 31,3-32,5 grados Celsius; centro (289 mm), con temperaturas de entre 31,5-33,1 grados Celsius; y oriente (177 mm), con entre 31,8-32,4 grados Celsius.
En los cielos del sexto mes
Aunque le será difícil competir con el eclipse total de sol ocurrido en abril, o con la tormenta geomagnética de mayo, junio también está decidido a que miremos a sus cielos, no solo por tormentas o lluvias, también por interesantes fenómenos astronómicos.
Además de una sucesión de conjunciones de astros, el día 20 tendrá lugar el Solsticio de verano, que se produce cuando el sol alcanza su punto más alto de declinación norte o sur en relación con la línea del Ecuador.
Foto: tomada de okdiario.com
Los solsticios acontecen dos veces al año, asociados al comienzo de las estaciones. El de verano ocurre este mes en el hemisferio norte, y en diciembre, en el sur, cuando los días son más largos y reciben más luz del sol. El Solsticio de invierno tiene lugar en junio en el hemisferio sur, y en diciembre, en el norte.
Es así que el venidero jueves 20 marcará el primer día de verano y el más largo del año para la parte septentrional del planeta; en tanto para la otra cara, el hemisferio sur, acontecerá el día más corto y la noche más larga.
Imagen: tomada de starwalk.space
En los países del hemisferio norte, el Solsticio de verano tiene lugar entre el 20 y el 22 de junio de cada año. El pasado, fue el día 21. Marcado por tradiciones milenarias, ese evento es celebrado por muchas culturas, ya que se asocia a las cosechas y la fertilidad. No por gusto el propio nombre del mes, junio, se asocia al de la diosa romana Juno, la de la fertilidad, el matrimonio y la familia.
Y justo después del solsticio, para el día 21, tendrá lugar la Luna llena conocida como «Luna de fresa», cuyo nombre no se debe a un cambio en el color de ese satélite, sino a que pueblos nativos americanos y tribus indígenas del este de Norteamérica así la bautizaron porque en este período tiene lugar la recolección de fresas silvestres en esa parte del mundo.
Supuestos profetas, videntes y otros de igual orilla aseguran que este sexto mes llega cargado de energías positivas y buena suerte, lo cual sería magnífico; pero, de todas formas, además de contemplar soles y lunas, en este pedacito del Caribe vale tomar precauciones desde ya ante posibles lluvias y de cara a la temporada ciclónica, que se anuncia con cara de pocos amigos.