Alternativas deliciosas de recetas para personas con intolerancias alimentarias
La intolerancia a la lactosa es una de las más comunes y se presenta cuando el organismo no produce suficiente enzima lactasa para descomponer el azúcar de la leche, llamada lactosa…
Las personas con intolerancias alimentarias son quienes notan una respuesta desfavorable a ciertos alimentos por la incapacidad de su cuerpo para metabolizar o digerir ciertos ingredientes presentes en ellos. Estas intolerancias pudieran afectar a individuos de todas las edades y antecedentes, y pudieran variar en gravedad desde severas a leves. Algunas de estas intolerancias alimentarias más frecuentes incluyen la intolerancia al gluten, la intolerancia a la lactosa y la intolerancia a ciertos aditivos alimentarios.
La intolerancia a la lactosa es una de las más comunes y se presenta cuando el organismo no produce suficiente enzima lactasa para descomponer el azúcar de la leche, llamada lactosa. Esto pudiera provocar manifestaciones clínicas como gases, hinchazón, diarrea y malestar abdominal después de usarse productos lácteos. La intolerancia al gluten, por su parte, es una reacción adversa al gluten, una proteína presente en la cebada, el trigo y el centeno. Los individuos con intolerancia al gluten pueden padecer de fatiga, síntomas gastrointestinales, dolor articular y otros problemas de salud después de consumir productos conteniendo gluten.
Además de estas intolerancias alimentarias ya señaladas, muchos individuos, además, pudieran percatarse de intolerancias a ciertos aditivos alimentarios, como colorantes artificiales, sulfitos, o conservantes. Estas intolerancias pueden mostrarse de varias formas, que van desde síntomas gastrointestinales hasta reacciones alérgicas más peligrosas. Los sujetos con intolerancias alimentarias suelen tener que ajustar su régimen alimentario y evitar ciertos ingredientes o alimentos para evitar la aparición de ciertas manifestaciones clínicas. Resulta importante señalar que aquellos con intolerancias alimentarias se mantengan en estrecho intercambio con profesionales de la salud para establecer un adecuado y satisfactorio plan de alimentación que cumpla con sus necesidades nutricionales y disminuya la probabilidad de manifestaciones clínicas desfavorables.
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Recetas
Tacos de lechuga:
Ingredientes:
Una libra picadillo que pudiera ser de res, pollo o cerdo
Una lechuga grande
Dos dientes de ajo, picados
Una cebolla pequeña, picada
Un pimiento rojo, picado
Una cucharadita de chile en polvo
Una cucharadita de comino molido
Pimienta al gusto
Sal al gusto
Preparación:
En una sartén grande a fuego medio, cocinar el picadillo junto con la cebolla y el ajo picados hasta que la cebolla esté transparente y la carne esté dorada.
Agregar el pimiento rojo picado y cocinar por unos minutos más hasta que esté blando.
Añadir el comino, la sal y la pimienta al gusto. Mezclar bien para que todas las especias se mezclen uniformemente.
Lavar y secar las hojas de lechuga. Utilizar las hojas más resistentes y grandes como si fuesen las tortillas de los tacos.
Rellenar cada hoja de lechuga con la mezcla de carne y los ingredientes para acompañar según elección, como tomate picado, aguacate en rodajas, queso rallado, cilantro picado, salsa fresca y un chorrito de limón.
Servir inmediatamente los tacos de lechuga y a disfrutar de esta saludable opción baja en carbohidratos para una comida nutritiva y deliciosa.
Ensalada de garbanzos y aguacate:
Ingredientes:
Garbanzos cocinados, enjuagados y escurridos
Un aguacate maduro, cortado en cubos
Un tomate grande, cortado en cubos
Un pepino, cortado en cubos
Media cebolla roja, finamente picada
Un cuarto de taza de cilantro fresco picado (opcional)
Jugo de un limón
Dos cucharadas de aceite
Pimienta al gusto
Sal al gusto
Preparación:
En un tazón grande, combinar el aguacate, los garbanzos cocidos, la cebolla roja, el pepino y el tomate.
Agregar el cilantro fresco picado si se estás utilizando.
El jugo de limón debe exprimirse sobre la ensalada y verter encima el aceite.
Mezclar suavemente todos los ingredientes hasta que ya estén bien mezclados.
Probar la ensalada y ajustar el sazón con pimienta y sal al gusto.
Servir la ensalada de aguacate y garbanzos en platos individuales o en un tazón grande como plato principal o guarnición.
Disfrutar de esta ensalada nutritiva y refrescante como parte de una equilibrada comida.
Batido de frutas tropicales:
Ingredientes:
Una taza de piña fresca, cortada en trozos
Una taza de mango fresco, cortado en trozos
Un plátano maduro, cortado en rodajas
Una taza de leche vegetal o agua
Jugo de un limón
Miel o azúcar al gusto (opcional)
Hielo al gusto (opcional)
Preparación:
En una batidora, agregar el mango, la piña y el plátano.
Verter la leche o el agua y exprimir el jugo de limón sobre las frutas.
Agregar hielo al gusto si se desea que el batido esté más frío o más espeso.
Opcionalmente, agregar un poco de azúcar o miel si se prefiere un batido más dulce.
Batir todos los ingredientes hasta obtener una mezcla cremosa y suave.
Probar el batido y ajustar el sabor según preferencia, añadiendo más azúcar, miel o jugo de limón si fuese necesario.
Servir el batido de frutas tropicales cubanas en vasos grandes y a disfrutar de esta deliciosa y refrescante bebida.
Crema de brócoli sin lácteos
Ingredientes:
Una cabeza grande de brócoli, cortada en trozos pequeños
Dos dientes de ajo, picados
Una cebolla grande, picada
Dos cucharadas de aceite
Cuatro tazas de caldo de verduras
Pimienta al gusto
Sal al gusto
Jugo de medio limón (opcional, para dar un toque de frescura)
Una cucharadita de tomillo seco (opcional, para aromatizar)
Preparación:
En una cazuela grande, calentar el a fuego medio. Agregar el ajo y la cebolla picados y cocinar hasta que estén aromáticos y dorados más o menos entre 5 a 7 minutos.
Agrega los trozos de brócoli a la cazuela y cocinar por unos minutos más, revolviendo de vez en cuando.
Verter el caldo de verduras sobre el brócoli, el ajo y la cebolla. Añadir el tomillo seco si se está utilizando. Llevar la mezcla a ebullición, luego reducir el fuego y dejar cocinar a fuego lento por unos 15 a 20 minutos, o hasta que el brócoli se ablande.
Retirar la cazuela del fuego y dejar que la sopa se enfríe un poco.
Utilizar una batidora para triturarlo todo hasta obtener una textura cremosa y suave. Si la sopa está demasiado condensada, se le puede añadir un poco más de caldo de verduras hasta conseguir la consistencia deseada.
Volver a calentar la sopa a fuego medio y ajustar la sazón con pimienta y sal al gusto. Si se desea, exprimir el jugo de limón sobre la sopa en el momento antes de servir para darle un toque de frescura.
Servir la crema de brócoli sin lácteos caliente en tazones individuales y a disfrutar de esta reconfortante y deliciosa sopa.
Sopa de tomate y albahaca sin gluten
Ingredientes:
Un kg de tomates maduros
Tres dientes de ajo, picados
Una cebolla grande, picada
Dos cucharadas de aceite
Una taza de caldo de verduras
Un cuarto de taza de hojas de albahaca pero que sean frescas
Pimienta al gusto
Sal al gusto
Preparación:
Precalentar el horno a 200°C (390°F). Lavar los tomates y cortarlos por la mitad. Colocarlos en una bandeja para hornear con la parte que fue cortada hacia arriba.
Rociar los tomates con una cucharada de aceite y espolvorearlos con pimienta y sal al gusto. Hornear en el horno precalentado por unos 25 o 30 minutos, o hasta que los tomates estén blandos y ligeramente caramelizados.
Mientras tanto, en una cazuela grande, calentar la cucharada restante de aceite a fuego medio. Agregar el ajo picado y la cebolla picada, y cocinar hasta que estén blandos y aromáticos, por unos 5 minutos.
Añadir los tomates asados a la olla, junto con cualquier jugo que hayan soltado en la bandeja para hornear. Verter el caldo de verduras en la olla y dejar que la mezcla hierva.
Reducir la candela y dejar cocinar a fuego lento por unos 10 minutos para que los sabores se combinen.
Retira la olla de la candela y agregar las hojas de albahaca fresca. Usar una batidora para triturar la sopa hasta obtener una textura cremosa y suave.
Volver a calentar la sopa a fuego medio y ajustar la sazón con pimienta y sal al gusto.
Servir la sopa de albahaca y tomate sin gluten, caliente.
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