Dar vida a la historia (+Audio)
Hoy eres Julieta, una joven que es demasiado para tus años pero que el maquillaje, la magia y tu desempeño logran sacar de la trágica historia de Shakespeare, sin embargo, nada como un personaje que conoces porque lo tienes cerca, recreado y vivo, ahí es donde comienza entonces la vida, es el instante que te hace convertirte en alguien más, latente, con conflictos desiguales, con ropas prestadas, rostro diferente, pero al dar el primer paso en las tablas, nace y crece Estela, una chica extraña que todos rechazan y entonces…entonces vives otra historia.
Así se ve a los teatristas en su espacio, así los observas reales, extasiados en lo suyo, a su alrededor solo sus atuendos, atrezos, ideas descabelladas que más tarde aparecen en escenas comunes.
Cada año en el planeta se celebra el Día Internacional del Teatro, incentivado de manera especial por la promoción de esta forma de arte, concientizar a las personas de su valor, que trascienda la manifestación a gran escala en la búsqueda del apoyo necesario y se disfrute conscientemente
Y en el 2024, el mensaje habitual de una personalidad seleccionada llega desde el Nobel de Literatura 2023, el noruego Jon Fosse que asegura que se impone reconocer el teatro como un elemento esencial de la Cultura porque “el arte es paz”.
Caibarién se suma a la celebración, con una tradición probada, donde floreció la escena cubana desde la fundación y se amó el teatro.
Cada etapa, traía el resurgir de actores y actrices, pasaron años buenos y malos, no obstante muchos persistieron en el empeño de regalar a su pueblo un pedacito de fantasía, de magia.
Aún existen muchos artistas en el pueblo cangrejero con prácticas en la manifestación, algunos peinan canas, otros se insertan por afinidad actoral y otros nacen y crecen por sus habilidades e instintos.
Muestra irrefutable de esa dedicación, Rimariyama, una agrupación que persiste en sortear los escollos de las circunstancias para regalar a los niños lo mejor de cada actor o actriz pues para ellos es más que la simple aparición en el escenario.
O esos instructores de la manifestación empeñados en buscar y formar nuevos artífices porque saben de la existencia en un pueblo que a pesar de todo ama las tradiciones y cree en su identidad.
Por todo ello, este 27 de marzo es un día para festejar, la osadía de esos locos de las tablas y disfraces por mantenerse en la difícil tarea de hacer teatro, y dar vida a la historia.
Imagen: Archivo CMHS.
