De la leche, el bloqueo y lo que puede decir la prensa
Cuba solicitó la colaboración del Programa Mundial de Alimentos (PMA) para la compra de las 375 toneladas de leche en polvo para los niños y niñas entre cero y seis años que, provenientes de Brasil, garantizarán la estabilidad en la distribución de marzo y abril.
También, para poder abastecer del producto a nuestra población infantil, se accedió a las excepciones establecidas por el Gobierno de Estados Unidos para vender determinados insumos a la Isla.
Se trata de 500 toneladas contratadas mediante el pago inmediato y en efectivo; así como 245 de Canadá, 500 más de Brasil, y 600 de otros proveedores, como informó recientemente Alberto López Díaz, ministro de la Industria Alimentaria.
Sin embargo, que en circunstancias económicas difíciles como las actuales –en gran medida agravadas por la persecución financiera de la política de bloqueo– la nación acuda al acompañamiento del PMA, organismo internacional con el que tiene una relación de cooperación desde 1963, y acepte las imposiciones discriminatorias de EE. UU. en sus negociaciones, ha levantado preocupaciones inusitadas entre los medios que le hacen coro a la propaganda en contra de la Revolución.
El miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba y ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, escribió en X que «solo bajo estrictas licencias, con imposiciones discriminatorias que violan normas del comercio internacional y la obligan a pagar por adelantado, Cuba puede importar alimentos de EE. UU.».
Dijo que esta política agresiva y unilateral nos priva de ingresos y «miente quien afirma que el bloqueo no impide el acceso a alimentos».
Para los que se oponen al proyecto socialista cubano se les hace más fácil atizar una imagen de insostenibilidad gubernamental que aceptar la permanencia en la Isla de un Gobierno que no ve límites en las posibilidades de gestión para garantizar insumos vitales al país.
En el caso del PMA, a pesar del hostigamiento impuesto por EE. UU., ese organismo de la ONU ha mantenido un estrecho vínculo que, en otras ocasiones, ha ayudado a sortear las limitaciones que afronta la Isla debido al bloqueo y con el cual se fortalecieron los vínculos en 1993, con un Acuerdo Básico aún vigente, y en 2021 con la aprobación del Plan Estratégico País para Cuba hasta 2024.