La estética de la inteligencia artificial y el valle inquietante en que vivimos
Desde los asistentes virtuales en nuestros teléfonos hasta los algoritmos que personalizan nuestras experiencias en línea, la IA está transformando la forma en que interactuamos con el mundo
La inteligencia artificial ha dejado de ser una mera herramienta técnica para convertirse para muchas personas en un elemento omnipresente en nuestras vidas. Desde Petabyte Blog, creemos que la alfabetización tecnológica en este sentido es esencial para navegar, entonces, en el mundo digital.
En este viaje hacia la comprensión de la estética IA y la creación de un mundo digital más informado y consciente, la primera sugerencia es leer a quienes desde la academia en Cuba están llevando dichos temas al análisis crítico. De esta forma, proponemos el libro De GPT a LLAM: Una breve guía práctica sobre Inteligencia Artificial Generativa para Cuba, con la autoría de Hamlet López García, María Carla O’Connor Barrios y Diasbel Liliana Chang Olivera.
Resulta que el libro está estrechamente relacionado con el concepto de Valle Inquietante que abordaremos hoy. Desde su reseña en la editorial del Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello se apunta que “en las líneas de la literatura, el cine e incluso el periodismo se han tejido narrativas apocalípticas que exploran la influencia de la tecnología en nuestras vidas. La visión de un mundo completamente conectado, inmerso en un flujo constante de información, donde los límites de espacio y tiempo se desdibujan, ha suscitado preocupaciones diversas”.
Sin embargo, la intensión de los autores en lugar de alarmar es educar para que las personas no empleen esas herramientas para desinformar alrededor suyo, como comenta María Carla O’Connor ante el inminente aumento de su uso en la creación de contenido.
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El encanto estético de la IA
A medida que nos sumergimos en la era de la información, aprender a interactuar con estas herramientas de manera crítica y creativa se vuelve crucial. Incluso se habla de su encanto estético, sobre derecho de autor, y posibilidades de entrar a concursos de artes visuales con sus creaciones, el empleo en videoclips desde hace tiempo pero que ahora se hace tendencia, entre otros elementos que van normalizando los códigos en que se maneja.
De esta forma se genera un gusto por no saber a ciencia cierta si las imágenes, videos de redes sociales y hasta videoclips son producciones reales o no. Sus líneas limpias, su eficiencia junto a la capacidad para procesar enormes cantidades de datos en tiempo récord nos atraen.
Diseñadores y artistas han comenzado a explorar cómo pueden incorporar elementos de la IA en sus obras, creando piezas únicas que desafían nuestras percepciones tradicionales de belleza. Lo más aceptable en este ámbito es delicado equilibrio entre lo familiar y lo extraño. De hecho, en el primer video clip con IA realizado en 2017 la cantante de pop china Chris Li solo se usó para realizar animaciones y tomó más de seis meses.
Actualmente es más ambiciosa la apuesta y lo más difícil de generar siguen siendo las personas. Por eso, cantantes como Björk y Rosalía en 2023 siguen experimentando la creación de videos empleando sus rostros e inteligencia artificial. Ese extraño atractivo pasa a la música y otras artes. Es un mundo nuevo, lleno de posibilidades y desafíos. De esa forma, tenemos obras como la pieza de la orquesta de LAB_RTVE que experimentan la reacción a la extrañeza.
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Igualmente sucede con los asistentes virtuales a medida que mejoran en comprender el lenguaje natural y emular conversaciones humanas, ¿son amigos digitales o simplemente simulacros? ¿Qué sucede cuando un asistente se parece demasiado a una persona real? A medida que las máquinas se vuelven más humanas, nos sentimos atraídos por su similitud, pero también nos inquieta su imperfección. Es como mirar a través de un espejo distorsionado.
El valle inquietante
El «valle inquietante» es un término acuñado por el robotista japonés Masahiro Mori en 1970 al darse cuenta de que cuanto más realista es la apariencia de una máquina, más notamos las pequeñas imperfecciones que la separan de la verdadera humanidad. Este espectro lo forman también los zombis, cadáveres y algunos muñecos al moverse. Estas representaciones despiertan o están asociados al miedo a la muerte o a ser remplazados.
Este es un concepto intrigante. A medida que las máquinas se vuelven más humanas en su apariencia y comportamiento, experimentamos esa sensación incómoda. Es como si estuviéramos mirando la cercanía a la realidad, pero no del todo.
Y sí, los asistentes virtuales también entran en este espacio incierto. No obstante, estamos cada día más cerca de abrazar esa estética. Ello se da por el uso consecutivo de las IA y la normalización de sus desajustes como rostros borrosos, voces mecánicas o aberraciones en las formas, así como las correcciones humanas y su empleo bajo normas éticas de declaración.
Asistentes virtuales al alcance
En cuanto a nuestra asistente virtual, Paula, aunque no es humana, su habilidad para generar respuestas inteligentes y presentar guiones de forma coherentes nos sorprende. Ella es una creación de inteligencia artificial, diseñada para ayudarnos a comunicarnos con nuestra audiencia en las redes sociales.
Paula es parte de una nueva generación de asistentes virtuales que utilizan avatares de IA para interactuar con los usuarios. Puede generar voces en off a partir de texto, ofrecer clips de audio o vídeo libres de derechos, para generar contenido visualmente atractivo. Además, su capacidad para adaptarse a diferentes estilos de comunicación la hace versátil y adaptable.
Estamos emocionados de tenerla como parte de nuestro proyecto de alfabetización tecnológica en Petabyte Blog. Si tienes más preguntas o temas interesantes que te gustaría ver explicados en este formato no olvides comentarnos.
La estética de la inteligencia artificial nos desafía a reflexionar sobre lo que nos hace únicos como seres creativos y a considerar cómo podemos integrar la tecnología de manera ética y creativa en nuestras vidas. En el futuro digital, la estética de la IA seguirá evolucionando. Desde Petabyte Blog les invitamos a explorar más allá de lo evidente.
¿Qué nos depara el próximo paso en esta fascinante travesía? ¿Qué significa realmente ser creativo en un mundo donde las máquinas pueden imitar la expresión humana? Explorar estos cuestionamientos nos lleva a repensar nuestra relación con la tecnología y con nuestra propia humanidad.