Cultura

La historia de El Mejunje contada en sus mudanzas

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Itinerante por las circunstancias, la realización de la idea fue tomando tamaño hasta desbordar fronteras

El Mejunje centro cultural multifacético y antidogmático donde los diferentes estratos sociales tienen cabida.

En la calle Tristá #160 entre Aleman y Carretera Central comienza el recorrido por la historia del Mejunje, pero en este lugar todavía no tenía ese nombre, aunque sí los propósitos y el rumbo muy definido por sus creadores.

Allí en la sede del Guiñol de Santa Clara, Ramón Silverio Gómez evoca a Margarita Casallas Peralta, directora artística y general de de esa institución, a quien pide señalar también como iniciadora de esos encuentros nocturnos que entonces eran identificados como tertulias, café literario o cualquier otro nombre.

Había un piano, el patio no era tan estrecho como está hoy, aunque amplio en el momento para la concorrencia inicial que sufrió los embates de «la guerra» retrógerada que les hicieron, hasta que tuvieron que trasladarse hacia el patio de la Biblioteca Provincial Martí.

Frente al Parque Vidal, aquella segunda sede hubiera podido ser un buen escenario, pero presiones y obstáculos impidieron continuar más tiempo, hasta que Silverio decidió que la tercera posición sería en el callejón de Santa Bárbara número 30 (también conocida como calle Mariano Clemente Prado).

Silverio colocó un cartel dirigido a explícitamente a sus amigos a quienes les informaba que los esperaba en su casa, y aunque no estaba dirigido a nadie más, el letrerito colocado en la reja y visible desde la calle, también fue visto por los no amistosos.

Ya por estos días a esos encuentros nocturnos acudían artistas reconocidos como Sara González y figuras que comenzaban como Liuba María Hevia, pero también contaban entre el público habitual con la presencia de dirigentes del Partido y el Poder Popular a nivel provincial y del municipio de Santa Clara.

Por ser un período de celebración del aniversario 40 de El MejunjeSilverio solicita sin rodeos que demos espacio privilegiado en estas notas a los agradecimientos hacia quienes hicieron posible la obra, pues considera que facilitaron el camino.

Empieza por reconocer al periódico Vanguardia por una nota en la cual se alude al hecho de que fueron obligados a abandonar el Guiñol y extiende el reconocimiento a toda la prensa local, la nacional y también internacional que dio visibilidad a los propósitos y características de los encuentros.

Tras destacar la importancia de la formación de una opinión pública favorable en medio de un contexto general adverso a respetar la diversidad sexual, pide señalar el apoyo de quienes ocuparon cargos de primeros secretarios del Partido en la provincia y en el municipio de Santa Clara, así como en el Poder Popular también en esos niveles.

Recuerda con cariño y tiene frases de elogio para Tomás Cárdenas García, Alfredo Nieto Dopico, Manuel Vila, Humberto Rodríguez González, Lázaro Expósito Canto, Miguel Díaz. Canel Bermúdez, Julián González Toledo… pues considera que si El Mejunje existe es por la visión de futuro que ellos tuvieron.

Silverio se refiere a la voluntad política para buscar un local definitivo, y las gestiones para que tuviera una edificación propia ese proyecto que ya estaba bautizado como El Mejunje de Silverio, nombre inspirado en las infusiones de yerbas mezcladas que hacía para brindar a los asistentes.

En su penúltima sede en la calle Máximo Gómez, radica hoy el restaurante Santa Rosalía, una edificación donada por la familia Abreu Arencibia para escuela de niños y niñas pobres, y que en los momentos de mudarse para allí El Mejunje, era un ruinoso local donde compartieron el espacio con la Academia de Artes Plásticas Leopoldo Romañach.

Sin  grabadoras ni nada para tomar notas, comenzó informalmente la entrevista a Ramón Silverio Gómez, acompañado del colega Francisnet Díaz Rondón, en un intento de crear un ambiente favorable para hacerle recordar sus propias palabras de hace 40 años en el acto de inauguración de El Mejunje de Silverio.

Ya lo había advertido Alexis Castañeda Pérez de Alejo: ¿Que Silverio conserve aunque sea un papelito con lo dicho ese día? Hagan el intento, pero será un milagro si le hacen recordar lo que dijo.

Efectivamente, no hay quien le haga recordar nada que incluya cantidades, pero considera que los inmortales existen, y confía a Cubahora su filosofía de que la muerte solo llega cuando uno es olvidado, y entonces vuelve a insistir en los agradecimientos, y como pensando en voz alta, se refiere a los invitados para la celebración.

Mientras caminamos evoca un amigo fallecido que apoyó mucho al Mejune: escritor sobre la lucha contra bandidos, era programador cultural, fue custodio en la AHS y le completo: corresponsal jefe de la Agencia de Información Nacional y jefe de Información de Vanguardia.

Con la filosofía de no olvidar, emiten este mensaje:

«El Mejunje necesita localizar a Rosa Marquesina,  célebre administradora que tuvo el establecimiento del mismo nombre en Santa Clara y que fue una de las primeras mejunjeras. Si alguien sabe de su paradero, o tiene cómo avisarle,  favor de comunicarse con nosotros o informarle que está especialmente invitada para el día 24, a las 3.00 de la tarde para una actividad llamada Nosotros los de entonces.»

INTENTANDO RESUMIR 40 AÑOS

Fueron ruinas de un hotel las que acogen al Mejunje, donde está la sala teatro Margarita Casallas, una galería de arte, local musical y tienen servicios gastronómicos del sector no estatal, desde cuando no eran tan bien vistos en sus inicios,

Entre paredes cubiertas de grafitis y dibujos, y adornos rústicos se obra el milagro protector de la igualdad, donde un clima de diversidad artística brinda calma a los incomprendidos, discriminados y personas que ahí se sienten cómodas.

Este sitio bohemio se caracteriza por la inclusión, diversidad. ser para todos, ofrecer refugio ante prejuicios ligados al mundo LGBTIQ+, es un sitio que agradecen los marginados sociales, constituye un espacio de creación artística en sus más diversas manifestaciones, con un trabajo comunitario de su compañía teatral que fortalece la cultura cubana.

En esta sede ubicada entre Juan Bruno Zayas y Alemán se mezclan música, poesía, teatro y artes plásticas, se ha convertido en un centro cultural multifacético y antidogmático donde los diferentes estratos sociales tienen cabida porque es una institución y espacio culturales abiertos a todas las propuestas y formatos

Ofrece una cartelera variada cada días de la semana, destinada a todo tipo de públicos (infantil, ancianos y jóvenes) y referentes culturales (rock, trova, rap, boleros, música campesina…)

El Maestro de Juventudes, Premio Nacional de Cultura Comunitaria, Distinción por la Cultura Nacional, Premio Ser Fiel, Diploma Nicolás Guillén de la Uneac, Ramón Silverio Gómez se autodefine como un revolucionario de raíz, con paciencia para explicar lo que se puede hacer poco a poco, cambiando la mentalidad para que todo el mundo se respete y sea igual, que es el país con el cual sueña.

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